Tal como está el panorama de
reiterativo en tantas cosas, y me levanto con unas imágenes, en las redes
sociales, grabadas con teléfono móvil durante un concierto, en el que el grupo
Taburete, concretamente Willy Bárcenas, sí, el mismísimo hijo de su padre, anima
al personal a quitarse la mascarilla.
Ahora me imagino que todo terminará
como lo del disc-jockey escupiendo alcohol o lo del emérito en su momento: Lo
siento mucho, no volverá a ocurrir.
Por cierto, siempre se ha
dicho eso de que “la policía no es tonta”, y realmente no lo es, pero digamos
que desde que existe el teléfono móvil, prácticamente no se escapa nadie de ser
grabado, por decirlo de alguna manera suave, en su momento de insensatez al margen de
que luego pueda ser punible o no.
En otro orden de cosas, en un
agosto que no lo conoce ni la madre que pare veranos, se están dando y se
seguirán dando las no-fiestas. A este vecino del mundo hay algo que se le escapa. Al parecer, no queremos que la gente se altere,
pero tampoco queremos que se esté quieta.
Ahora le toca a la no-fiesta
de la Semana grande donostiarra. No se hace un programa de fiestas por aquello
de la pandemia, pero se crea un programa alternativo. Al más puro estilo de:
sexo no, bueno, solo la puntita.
Lo más triste es llegar a ser
parodia de uno mismo (gigante o cabezudo que lo mismo da), y muchas veces lo conseguimos. Y para más inri, sin
ningún esfuerzo, ni pudor.
*FOTO: DE LA RED
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