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viernes, 17 de marzo de 2017

AÍDA NÍZAR, SEÑORA O SEÑORITA



Antes de nada, y dirigiéndome directamente a todos mis seguidores más fervientes, decirles que de lo que hoy voy a hablar, en realidad no me apetece nada, especialmente por ser quien es. Sin embargo este vecino del mundo va a hacer un esfuerzo porque dejar que, en este caso, una “individua”, campe a sus anchas, sin remarcar lo que hace, por cansino, o porque ya, desde hace mucho tiempo, forma parte de nuestro panorama televisivo, es darle una especie de patente de corso que no se lo merece.

Hablo de Aída Nízar, , esa, primero, concursante de un Gran Hermano, en su época de “experimento sociológico” que nos apareció con ínfulas de tele-predicadora, procedente lejanamente, según ella se encargó de que rodara el bulo, de las huestes de un importante partido político de nuestro país. 

Aunque no resistió la primera nominación, nunca lo hace, y se tuvo que ir por dónde vino, la Señorita Nízar se dio cuenta del nicho que había en una televisión con tendencia al espectáculo, aunque sea lamentable, y en la que no importa la verdad, sino gritar más que nadie, y ser diferente aunque sea impresentable. Y poco a poco, se fue introduciendo en el “Canal Alegre”, pero, ¡ojo!, no sólo ella, sino su familia, a modo de un "spin off" muy singular.

Lo triste, y nunca mejor dicho, es que aquellos tibios lodos, trajeron estos barros, y la Aída Nízar a la que se llama este año, y anteriormente en Supervivientes, es ya una marca usada cuando un programa está más dormido que las cuatro de la tarde en época veraniega.

La Señora o Señorita Nízar, por aquello de no querer de ningún modo ofenderla, es una especie de eco papal, hablando siempre en tercera persona, que no necesita megafonía ni nadie que le ceda la palabra, porque a la primera que puede, la secuestra.

Este vecino recuerda que tan solo hace una o dos semanas, el hermano de otra de las concursantes, se quejaba amargamente al presentador del evento, Jordi González, de que “no todo vale”. Y ante la extrañeza de muchos, entre los que me incluyo, le respondió, en mi opinión echándole mucha cara, que qué puede hacer él.

Entre otras cosas, y en nombre del programa, no haberle metido por la retaguardia, o como se diría en mi pueblo, “por cojones” una segunda vez bajo la manga ancha llamada “repesca”, con una clarísima licencia para matar, haciendo caso omiso,  por parte de la cadena, de la cantidad de dinero que muchos se gastaron, para intentar olvidarla.

Aída Nízar, Señora o Señorita, delicatessen o fast food, es la prueba andante de que muchas mentiras repetidas muy alto y frecuentemente, cunden a cierto sector que sigue rellenando el paisaje y el contenido de otros programas de la citada factoría disfrazada de canal televisivo.

Lo de estos días, y los seguidores del programa lo tienen que admitir “al pie de la letra", se ha convertido, y no se puede decir de otra manera, en una auténtica MIERDA (defecando en el suelo de los servicios). 

Es el ejemplo fácil de un dinero, no diría que ganado fácilmente ya que la “show-woman” (siendo  muy caritativo con ella) no para en ningún momento en que la cámara no solo le apunta, sino que le perfora hasta sacar un primer plano de sus entrañas y de su mala baba.

El problema viene cuando se apagan las luces del espectáculo, siempre lamentable, aunque suba el share en prime time, y se plantee tanto ella, Aída Nízar, Señora o Señorita, reo o verdugo, como la opinión en general, dónde “aparcarla”, esperemos, aunque no será así, para siempre. Ese famosa pregunta que en un momento dado todos nos hacemos: ¿Qué hacer con mi vida?

Este vecino del mundo no dudaría en dejarla, a Aída persona/personaje, en un cementerio nuclear, por aquello de su toxicidad infinita, pero seguro que tras otro tiempo en que descansen sus armas del insulto fácil y a cualquier precio, la misma Cadena Alegre, seguirá llamándola como faena de aliño en cualquiera de sus programas antes de retirarlo y dar con ello la razón a toda la gente crítica, cada vez más, con un medio, que para entretener, hace mucho tiempo que cogió el camino más zafio posible.


Personalmente este vecino del mundo, y siguiendo las últimas fechorías del personaje, ha cogido una foto de ella, y tras fracturarla en mil pedazos, los ha sumergido, y hecho desaparecer bajo una catarata de agua fresca. Ya sólo queda el eco de una bomba…

*FOTO: DE LA RED

sábado, 28 de marzo de 2015

BELÉN ESTEBAN, ¿LUCRONIENSE ADOPTIVA?, O CRÓNICA DE UNA TOMADURA DE PELO



Antes de nada he de decir que desde la gala final, este vecino del mundo se ha estado pensando, y rumiando, si escribir sobre el desenlace final de Gran Hermano Vip 2015. Y como ante todo es la salud, y si no lo comenta, pudiera acarrearle grandes problemas, cuando menos de agriarse su carácter en el futuro, pasa a comentar, no exhaustivamente, sino en grandes pinceladas su opinión sobre todo lo ocurrido.

En primer lugar, y visto lo visto, todo el concurso ha quedado en realidad como un anuncio de autobombo de la cadena, intentando ensalzar a un más a su producto-estrella-inversión, y en ese punto, la cadena, aunque no lo van a reconocer, no ha conseguido el objetivo marcado. Su princesa del pueblo, como si fuera una nueva versión de un vehículo estándar y que ha dado muchas satisfacciones a “la casa”, ha quedado más dañado y entre interrogaciones de lo que en principio se hubieran planteado.

Belén Esteban es un producto que gana cuando es “auspiciado” por el resto de compañeros, quienes le marcan el camino a recorrer, una especie de GPS para colaboradora (único caso conocido que siendo “colaboradora” el programa es suyo, al menos es lo que ella misma, La Esteban, no se cansa de repetir). Al quedarse sola, sin, en teoría, protección y guía, ante la duda daba leña a todo el que se movía. Y si se tienen que “guardar” imágenes, como ha ocurrido por de pronto en el caso de Ángela Portero, pues se guardan. Atrás han quedado momentos como el de Argi en Gran Hemano 14 que por un comentario desafortunado, debido, en este caso sí, a su juventud, fue expulsada una concursante con un alto porcentaje para haber ganado.

Como en otras ocasiones este vecino del mundo ya ha hablado del tema, incluso con una carta abierta al Señor Vasile (http://patxipe.blogspot.com.es/2015/02/carta-abierta-al-senor-vasile-desde-la.html) y enviada por twitter a él mismo, tomando decisiones que al final no ha cumplido en su totalidad, ya que ha visto la gala final, lo confiesa, esta vez va a obviar comentarios y pensamientos ya hechos anteriormente.

Vaya por delante que los guionistas, encargados de pergeñar la última gala, y gerifaltes varios, se han debido de pasar más tiempo en preparar el campo de batalla final propicio para la Esteban que en la documentación en sí, porque, además, demasiada documentación, o videos, no convenían.

Por de pronto no quisieron que cada una de las finalistas llegara al estudio por separado, porque así, juntando a los fans de las dos últimas concursantes (La Esteban, por supuesto, y una casi desconocida Aguasantas Vilches), y mezclando las entrevistas, conseguían disipar los posibles gritos, abucheos y disparidades varias en contra de una princesa con la corona cuando menos removida por los embates del concurso en sí, y de una audiencia que ya no mira y calla, sino que cuando menos se plantea muchas cosas.

Incluso el reparto de los cochazos usados para la llegada, ayuda a La Esteban, aunque ella por decisión propia lo eligió. En la primera toma de los coches, desde lejos, ya se suponía en que “carroza” viajaba la princesa, aunque no hubiéramos sabido en dónde iba quién, ya que el rojo/rosa/violeta siempre resulta más atractivo que un llano, limpio y vacío blanco. Así se terminaba un ciclo, que comenzó  con la llegada al principio del concurso, de La Esteban, por una parte, y Olvido Hormigos por otra. Y no olvidemos que su nombramiento como capitanas de dos equipos, fue hecho a dedo, para además aumentar todavía más la rivalidad de ambas, algo así como echar gasolina a un fuego ya de por sí importante, y evitar por otra parte subidas de chepa, e insumisiones varias, por parte del resto de concursantes.

La manera de hablar de Jordi Gonzalez a Belén Esteban visto por alguien que ni conoce a la Esteban ni ha visto nunca esa cadena, hubiera hecho creer que la princesa era extranjera, no conocía bien la lengua, o tenía cinco o seis años. Le habló como cuando intentas hacerte entender con un extranjero. Fue algo mitad chocante y denigrante. Y entre medias iba sembrando datos importantes  a remarcar, entre ellos que no debía haber ninguna duda de pucherazo o tongo en la primera votación en la que ella se salvó, y que dio origen a la carta abierta de este vecino al Señor Vasile.

Para el Señor Jordi Gonzalez, y por supuesto versión del programa, lo que ocurrió durante el concurso fue que el televidente hacía lo contrario de lo que La Esteban quería, mandando fuera de la casa, uno por uno, a sus más allegados, y  cuando le tocaba a ella, y que pidió (forzada por el panorama que se intuía aun estando dentro del concurso) que le mandaran de la casa; en ese momento el público cambió la intención de su voto, para fastidiarla. Y puestos a suponer, podemos pensar también que entonces ha ganado para que se fastidie. ¡Un auténtico sin sentido!

Señor González, a nosotros no hace falta que nos hable como si fuéramos extranjeros, porque aunque no lo crea las cazamos al vuelo. La primera votación en la que la Esteban se salvó fue un pucherazo de manual, no hay pruebas, claro, de eso se trataba, y después el programa quedó, y ustedes lo saben, totalmente descafeinado.

Y durante la gala final, en un ámbito en el que la Esteban conoce y disfruta, sus respuestas se presuponían: -Primero tengo que ver los vídeos, y si tengo que disculparme, lo haré (nunca)... No lo habré hecho bien, pero los demás tampoco... Yo no noté que me hicieron la pelota. Y si es así, el problema es suyo.

Y para acabar una confesión-declaración-representación terminó como se terminan todas las confesiones, expiando las culpas. En este caso pagando las posibles culpas con una donación, que por otra parte ella ya se había encargado de airear durante el concurso, y además desgrava y “demuestra” que para esta aventura no le movía el móvil económico. Como para echar una vez más la bomba de nuestro inodoro repleto de indignación.

Y al final, como se suele decir,  el muerto (todos los dimes y diretes, presunto bulling a Olvido, insultos, menciones a su flamante y principesco, debe de ser, coño, ahora me cabreo, ahora lloro) al hoyo,  y el vivo (y en este apartado hay muchos, especialmente los que con la princesa ganan mucho, mucho dinero) al bollo. Para la historia del programa, y que da además un resumen de la grandeza del concurso, ese famoso ya: Tengo el coño de aquí a Logroño.

Esperemos que en este cúmulo de sinsentidos, al final a La Esteban no le nombren logroñesa, o lucroniense, adoptiva; aunque de “lucro” al menos seguro que algo hay.

*FOTO: DE LA RED



viernes, 27 de febrero de 2015

CARTA ABIERTA AL SEÑOR VASILE, DESDE LA PLAYA DE SU AUDIENCIA


                                San Sebastián,  27 de Febrero, 2015


Att.: Señor Paolo Vasile       

Muy Señor mío,

Hace unas dos horas se ha sabido la decisión de que Belén Esteban continúe en el concurso GH Vip.

El que ésto suscribe, como mucha gente de su generación, mediados de los cincuenta, está acostumbrado a perder todo tipo de votaciones, incluso a no tener votaciones durante muchísimos años. Pero lo de esta noche no se puede entender. No se puede entender, porque en realidad no era una simple votación para que una concursante abandonara el programa. Se jugaba algo más, el símbolo de toda una cadena, y muchos millones, los de los anunciantes de por medio, amén de una filosofía o manera de hacer programas.

Toda la semana han ido las votaciones en una dirección, que luego se ha sabido que era la expulsión de Belén Esteban.  Y en unos cuarenta/cuarenta y cinco minutos, una vez iniciado el programa,  se ha dado la vuelta  a las votaciones. Personalmente, no me lo creo. Me lo puede, si quiere, explicar de mil maneras, con fotografías, con videos. Pero, perdone, ni me lo creo, ni me lo voy a creer, porque mucha gente ya está harta de esos modales más mafiosos que democráticos, de una Belén Esteban desatada y arrebatada, primero con una concursante y luego poco a poco, con la mayoría. No tiene un Norte que la guíe, los otros colaboradores de su programa, y no distingue lo que está bien en general, de lo que es solo bueno para ella.

Tarde o temprano las mentiras y trampas salen a relucir, mediante extrabajadores decepcionados, o confesiones más o menos anónimas. Ha ocurrido en otros países con concursos similares, y estoy convencido de que con el tiempo se sabrá la verdad. Lo que ocurre es que con un buen puñado de millones siempre se puede explicar lo inexplicable, o al menos cambiar el color de la opinión. Y no me refiero a comprar personas, sino que con buenos abogados todo se puede resolver.


Esta noche, o ha habido un milagro del altísimo, o todos los relacionados con su cadena se han puesto a llamar como locos.  Es imposible, y digo bien, que es imposible que el perfil de las personas a la que Belén Esteban gusta, le vote con tanta fuerza. Porque esas viejecitas que viajan a verla en el programa que ella participa, que nunca será "suyo" como ella dice, ahora reparten su jubilación entre los desempleados de su familia. No me creo que gente muy mayor, el tipo de gente que todavía adora a la Señorita Esteban, se gaste un dineral como ha tenido que ser el caso.

Eso sí, estoy convencido que los colaboradores de Telecinco tienen que tener llagas en los dedos por tanto votar telefónicamente durante una hora más o menos. Me imagino, es mi opinión, que este mes los empleados de su empresa se merecen un sobresueldo, más que nada para paliar el gasto telefónico.

Hoy se jugaba la empresa que usted dirige, como al principio he mencionado, algo más que el destino de una concursante: su mayor apuesta, una manera de hacer televisión que no deja impasible, ataques personales entre los mismos colaboradores, y donde hoy se dice una cosa, mayoritariamente sin pruebas, y si mañana hace falta decir lo contrario, pues se hace, y punto. Si antes no hicieron falta pruebas, luego tampoco.

En realidad, no le estoy intentando convencer de nada, sino que quiero decirle que desde hoy hay una cadena menos sintonizada en mi aparato de televisión, la suya, Telecinco. Y aunque no me gusta la filosofía en general de su cadena, había, ya hablo en pasado, dos programas que me han gustado siempre mucho: Gran Hermano y Supervivientes, pese a supuestos tejemanejes, otros colaboradores convertidos también en concursantes, y concursantes que aunque desconocidos pueden haber sido favorecidos porque presuntamente le podía venir bien a la cadena para futuros programas.

Señor Vasile, mientras haya colaboradores, en realidad trabajadores de su cadena, que se conviertan en concursantes estrellas, la sombra de la manipulación planeara en su cadena (http://patxipe.blogspot.com.es/2015/02/la-tirania-del-balon-o-el-concurso-es.html).  Pero también comprendo, que hay un dicho que es: No importa que hablen mal, porque lo importante es que hablen, y eso debe de ser parte del encanto que destila en su cadena.

De todas maneras, y antes de despedirme, decirle que es una pena que sea tan evidente que lo que prima en su empresa es el insulto por el insulto antes que la verdad, aunque ésta, la verdad, sea aburrida.

Ni usted nunca ha sabido que existo, ni volverá a saberlo, pero en la playa de la audiencia de su cadena ya hay un grano menos. Si un día se da cuenta que ha podido perder muchos metros de playa de audiencia, y le importa la posible razón, entonces quizás le venga bien rescatar esta humilde opinión.  

De todas maneras, y ya antes de terminar, es curioso que buenos profesionales, como Paz Padilla y Jordi González, al llegar a su cadena hayan modificado su manera de comportarse en sus respectivos programas, siendo menos imparciales de lo que han sido en el resto de sus carreras. Estoy seguro que usted no estará de acuerdo con esta opinión, pero lo mismo que usted se cree, y no lo dudo, un buen profesional, este vecino del mundo es experto televidente y ha visto, disfrutado y padecido, horas y horas de televisión, y sabe de qué habla.

Toda decisión por nimia que sea tiene su coste, por un lado y por el otro.


Atentamente,

Un vecino del mundo

*FOTO: DE LA RED