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martes, 10 de septiembre de 2013

ATRAPADO EN SU PALABRA

Algunas veces te levantas y te sientes como el protagonista  de la película “Atrapado en el tiempo”, que muchos de vosotros, en realidad, la conoceréis como “El día de la marmota”. Lo que he leído hoy, Luis del Olmo se retira, ya lo leí hace más de diez años.
 ¡Ver para creer! Entre los gestos que caracterizan a una persona inteligente, es saber cuándo se debe de dejar una profesión, y ésto precisamente no es un rasgo del Señor Del Olmo, quien lleva retirándose unos cuantos años, y al final le van a retirar por aburrimiento, porque lejos está aquella figura que representaba el buen hacer de una profesión, y se le llenaba la boca de dar oportunidades a las nuevas generaciones, aquellas a las que niega con su actitud de que "me voy pero vuelvo", su puesto de trabajo.
Desde hace unos años el Señor Del Olmo hace su programa más largo en  horas,  y más cortas sus comparecencias,  por aquello de intentar  reflejar, en el famoso  “share”, la cantidad de gente que le escucha.
A este vecino del mundo se le ocurre que se debería de hacer un estudio sobre el porcentaje de intentos de suicidio, tanto por ahorcamiento como por corte de venas varias,  por parte de la gente que le escuchaba. Y es que el gran error de muchos periodistas-locutores-analistas es convertir su micrófono en un púlpito desde el que quieren convertir a sus oyentes. Lo mismo le está ocurriendo a Carlos Herrera, con momentos en que incendia las ondas con su vehemencia. En cualquier momento corre el riesgo de ser detenido por pirómano. Son muchos los veranos, estando de vacaciones en Torrevieja, en que al enterarme de algún incendio en el monte, siempre me imagino que ha pasado el Señor Herrera por ese lugar mientras llevaba el micrófono pegado a su boca, y las venas de su cuello a punto de reventar.
Desde el punto de vista de este vecino del mundo, Iñaki Gabilondo, Don Iñaki Gabilondo, sería el prototipo de periodista-locutor-analista, que se pone al servicio de la noticia, sin exacerbarse en el tono ni en su presión arterial, pero siendo perspicaz y sagaz en sus pensamientos. Y él sí que lo está dejando poco a poco, aunque su empresa se opone a ello, para que sus seguidores se vayan acostumbrando a verlo cada vez menos.
Lo importante en este caso, y es curioso tratándose de un comunicador, no son las palabras, sino los hechos, y parece que al Señor Del Olmo, a pesar de los años, con tantas idas y venidas, eso se le ha olvidado.

*CARICATURA: DE LA RED

sábado, 8 de junio de 2013

AMOR PARA TODA LA MUERTE

Este vecino del mundo está contemplando seriamente la posibilidad de volverse trashumante en busca del buen tiempo.
Tengo la sensación de ser el protagonista de aquella película en la que un día se repetía incesantemente, y que sus distribuidores se empeñaron en llamar “Atrapado en el tiempo”, mientras los espectadores, con un sentido más práctico, siempre se han referido a ella “Como el día de la marmota”.
En nuestro caso en general, en marmotas nos vamos a convertir porque este tiempo invita a dormir para olvidar el panorama.
Y hablando de panoramas, en lo que intentamos sea un segundo plano, pero que en realidad tenemos resoplándonos en el cogote, una crisis a la que los políticos a cargo del todavía gobierno, como si fueran médicos de la salud de nuestros bolsillos, quieren cambiar su dictamen, de mortal a simplemente crónico.  Y en el plano local, teniendo en cuenta que este vecino se encuentra en tierras vizcaínas, seguimos conmocionados con el caso del ya denominado shaolin asesino.
El agravante de todo ésto es que el susodicho era muy conocido en la zona, incluso a nivel nacional, con algún reportaje en programas televisivos importantes.
Esas imágenes, que siempre se repiten en este tipo de casos, de vecinos sorprendidos por un comportamiento insospechado en el que siempre se dice que parecía una buena persona porque te saludaba al cruzarse contigo en el rellano de la escalera, amplía ahora su foco a que ningún vecino de este país había sospechado siquiera de que el título de “shaolín” era falso.
Desgraciadamente, ahora en nuestro panorama terrorífico, y junto con el antiguo “sacamantecas” de nuestros abuelos, para los niños un inquietante “hombre del saco”, mezclaremos todos nuestros nulos conocimientos del lejano oriente, y los teñiremos de desasosiego cada vez que veamos un rasgo oriental, o simplemente a alguien vestido de yudoca, olvidando rápidamente el pequeño detalle de que el encausado ni tiene rasgos orientales, ni se llama Huangh, sino Juan, Juan Carlos Aguilar.
Mucha gente ya ha puesto en entredicho todas esas artes milenarias como motivo o escusa de la violencia generada, cuando todo el mundo sabe, o debiera saber, que desde las primeras lecciones, a cualquier neófito se le enseña a defenderse y no a atacar, y que incluso un pincel de un artista puede servir como arma, cuando alguien lleva la maldad en su interior.
Conviene no olvidar, aunque a muchos ésto les de miedo, que la violencia no avisa, y como un camaleón se puede disfrazar de una rosa, con muchos pinchos naturalmente, o de amor para toda la muerte.

*FOTO: DE LA RED