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domingo, 2 de febrero de 2020

LA MARMOTA QUE NOS PERSIGUE



Me acabo de dar cuenta ahora mismo. Hoy es 2 de Febrero, el famoso día de la marmota. Y me visitan, así sin haber llamado antes, varios sentimientos contradictorios.

Ya han pasado un mes y un día, a modo de condena, de este año, y como hubiera dicho la madre que me parió, “sin haber vendido una escoba”.

A medida que te haces mayor, el tiempo en lugar de detenerse va cuesta abajo, y nunca mejor dicho, sin frenos.
Todavía parece que huele a fritanga de cualquiera de los ágapes navideños, pero ya estamos en febrero y seguro que si doblamos cualquier esquina, ya vemos en lontananza el color rojo de los corazones de San Valentín en cualquiera de sus formas y precios, siempre con un precio.

Sin embargo, volvamos a la idea del comienzo, el día de la marmota. Nos levantamos cada día y tenemos los mismos problemas, o nos crean los mismos problemas, o hablamos siempre de lo mismo. De una parte de los catalanes que siempre quieren hablar de “lo único”.  De las izquierdas, de las derechas, del centro, que nunca existió, pero que en época electoral todos los partidos están en ese lugar. De los equipos de fútbol. Que para que te hagan caso tiene que ser uno de los grandes, o que te están machacando todos los días en los medios de comunicación de que son grandes.

Ya nadie habla de los sueños pequeños, de los anhelos de cada uno, del perejil de cada día y de cada salsa.  Parece que todos tenemos que llevar un Ferran Adriá dentro, y nuestras ideas tienen que ser platos magistrales que dejen a los demás a la altura del betún. Porque es requisito indispensable dejar a los demás pequeños, siempre en diferente nivel.

Serán los años, los cumplidos y los que sé que no cumpliré, pero como el protagonista de aquella película, veo más factible, y además con ensueño dentro, aprender a tocar el piano, partiendo de cero, para una probable conquista a la que sé que veo todos los días y en las mismas circunstancias, que intentar cambiar al mundo, que en realidad es algo inabarcable y que nace y muere cada día, y del que, en realidad, además, solo oyes el eco, y no el origen de la opinión.

*FOTO: DE LA RED

lunes, 28 de marzo de 2016

SUSANITA, Y SU RATÓN



Ya se ha terminado esta especie de paréntesis que ha sido la Semana Santa, y que la especie “político” se había escondido en sus abrevaderos, cuando hoy ya nos despiertan con más de lo mismo. Y lo que es peor, con Susana Díaz en mayúsculas.


Es que a mí lo de la Señora Díaz hace tiempo que me cansó. Que me presento, que no, que estoy bien en Andalucía, que para qué al ruedo nacional, deja, deja… Y ahora parece que ya es la definitiva…


Ha dejado trenes pasar, pero cuando ve que con otro parece que puede ir por la vía buena, le entra congoja, y se apunta a un bombardeo.


Susana Díaz, al humilde entender de este vecino del mundo, no deja de encarnar la figura materna que está ahí, vigilante, con la zapatilla preparada para darnos en las manos si la opción que elegimos no es la buena, es decir, la suya. O incluso, esa vecina, que este bloguero tiene, y la mayoría de vosotros también, que cuando salís al descansillo, os convertís en participantes de su particular “Gran Hermano”, porque sabéis que desde la mirilla de enfrente te está observando alguien que además, sabe lo que piensas.
 

Levantarse, todavía como víctimas del cambio horario, y encontrarse en los kioscos, con la Señora Díaz como en una especie de día de la marmota, pues no debe de ser muy higiénico mentalmente.


Por cierto, para los muy listos/listas, que los hay, y que crean ver en lo que acaba de decir este “vecino del mundo” cierto machismo, que conste que lo dicho, el cansancio que me produce, no es por ser mujer, sino el papel que hace tiempo asumió. Eso de voy pero no voy, un "moonwalking" que para sí lo hubiera querido el mismísimo Michael Jackson;  no me interesa pero me interesa, Sánchez está bien, pero no.


Dice el chiste, “o semos o no semos, pero somos”. Y está claro que aquellos inolvidables payasos de la tele, fueron una especie de profetas cuando crearon “Susanita tiene un ratón”, que

…Duerme cerca del radiador
Con la almohada en los pies
Y sueña que es un gran campeón
Jugando al ajedrez…


Como se descuide Pedro, nuestro ratón, Susana le va a subir la temperatura al radiador, y …fue un accidente, y a mí que me registren.

*FOTO: DE LA RED

sábado, 8 de junio de 2013

AMOR PARA TODA LA MUERTE

Este vecino del mundo está contemplando seriamente la posibilidad de volverse trashumante en busca del buen tiempo.
Tengo la sensación de ser el protagonista de aquella película en la que un día se repetía incesantemente, y que sus distribuidores se empeñaron en llamar “Atrapado en el tiempo”, mientras los espectadores, con un sentido más práctico, siempre se han referido a ella “Como el día de la marmota”.
En nuestro caso en general, en marmotas nos vamos a convertir porque este tiempo invita a dormir para olvidar el panorama.
Y hablando de panoramas, en lo que intentamos sea un segundo plano, pero que en realidad tenemos resoplándonos en el cogote, una crisis a la que los políticos a cargo del todavía gobierno, como si fueran médicos de la salud de nuestros bolsillos, quieren cambiar su dictamen, de mortal a simplemente crónico.  Y en el plano local, teniendo en cuenta que este vecino se encuentra en tierras vizcaínas, seguimos conmocionados con el caso del ya denominado shaolin asesino.
El agravante de todo ésto es que el susodicho era muy conocido en la zona, incluso a nivel nacional, con algún reportaje en programas televisivos importantes.
Esas imágenes, que siempre se repiten en este tipo de casos, de vecinos sorprendidos por un comportamiento insospechado en el que siempre se dice que parecía una buena persona porque te saludaba al cruzarse contigo en el rellano de la escalera, amplía ahora su foco a que ningún vecino de este país había sospechado siquiera de que el título de “shaolín” era falso.
Desgraciadamente, ahora en nuestro panorama terrorífico, y junto con el antiguo “sacamantecas” de nuestros abuelos, para los niños un inquietante “hombre del saco”, mezclaremos todos nuestros nulos conocimientos del lejano oriente, y los teñiremos de desasosiego cada vez que veamos un rasgo oriental, o simplemente a alguien vestido de yudoca, olvidando rápidamente el pequeño detalle de que el encausado ni tiene rasgos orientales, ni se llama Huangh, sino Juan, Juan Carlos Aguilar.
Mucha gente ya ha puesto en entredicho todas esas artes milenarias como motivo o escusa de la violencia generada, cuando todo el mundo sabe, o debiera saber, que desde las primeras lecciones, a cualquier neófito se le enseña a defenderse y no a atacar, y que incluso un pincel de un artista puede servir como arma, cuando alguien lleva la maldad en su interior.
Conviene no olvidar, aunque a muchos ésto les de miedo, que la violencia no avisa, y como un camaleón se puede disfrazar de una rosa, con muchos pinchos naturalmente, o de amor para toda la muerte.

*FOTO: DE LA RED