Tengo el ordenador en horas bajas. Cada vez que le doy a
guardar información, es una mezcla de que se está haciendo el importante y de
Dory la amiga de Nemo que tenía, por decirlo de alguna manera, dificultades para recordar.
Resumiendo: que estoy en un sinvivir, porque además, ya
el ordenador en realidad es el refugio del bloguero, y lo mismo que en
televisión nos enseñaron que sin tetas no hay paraíso, sin ordenador no hay un
bloguero en condiciones, en buenas condiciones. Espero que lo de mi ordenador
sea solo un susto ocasional y no, por favor, una realidad verdadera.
Ayer, tras ver la final de Rafael Nadal ganando por
decimoprimera vez Rolland Garros
descubrí que la sombra de Rajoy es alargada, porque al ver al manacorí levantando
la copa y henchido de orgullo me descubrí pensando, con mucho eco, como se
supone que se relatan los pensamientos: “España es una gran nación y los
españoles muy españoles y mucho españoles” con lo que la lívido o lo que fuera
que estaba sintiendo bajó, como diría un engolado Matías
Prat, a mínimos históricos.
Leo en primera página de El País digital que “Los
críticos del PP exigen un debate ideológico en el congreso para la sucesión de
Rajoy”, y me imagino a muchos de ellos, a Rafael Hernando incluido, ubicando
el micrófono de la sala a la altura de su hígado, porque ni sus incondicionales
podrán negar que como mínimo son bastante viscerales.
Lo mismo que acabo de hablar de la oposición, ¡Qué raro
se me hace!, ahora comentaré algo sobre el recién estrenado Ministro de Cultura
y Deporte Máxim Huerta.
De todos es sabido, que el nuevo ministro siempre ha
llevado a gala lo de no practicar ningún deporte. Pero, tal como se le han
puesto las cosas, que no hay ningún periodista deportivo que no haga su “gracieta”,
ya que, al parecer, el decir siempre que no le gusta practicar un deporte debe
de dar derecho a que todos los que pasen a su lado le peguen en el morro,
aconsejaría a Máxim Huerta practicar un poco de boxeo, más que nada para que
así se lo piensan un poco esos cómicos de chiste único.
Sé que el Señor
Huerta está lejos de buscar la confrontación, pero algunas veces conviene que
te vean en otra faceta y sembrar un poco de confusión en su mirada, la misma que ayer sintió este vecino del mundo al oír en su mente la voz de Rajoy.
*FOTO: DE LA RED