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domingo, 4 de agosto de 2019

UN DOMINGO CUALQUIERA EN AGOSTO


Lo que puede tener un domingo, y además si es de vacaciones de Agosto, es romper con las normas de la costumbre y hacer lo que te viene en gana. ¡Vamos! como en un anuncio de tampones,que parece que por el mero hecho de que los vayas a usar, te convalidan el título de saltimbanqui, y lo que menos te apetece es estar en una postura normal.

Este año, como en la mayoría de los años, salta la misma noticia en informativos televisivos y noticias de internet: Tras las vacaciones de Agosto es cuanto más demandas de divorcio se generan. Quizás, es lo que tenga estar todo el día juntos, y por lo que resulta al final, en malas compañías.

Este vecino del mundo, por su parte no tiene ninguna queja de La Nuri, su sufrida. Y además, por consenso de ambos en la república de su casa está prohibido comenzar cualquier tema con: Cariño, tenemos que hablar. Porque no hay una frase más perjudicial para el corazón de quien la escucha. Eso es pánico y no la escena de la ducha en “Psicosis”.

Por cierto, siempre que este vecino oye la noticia del aumento de divorcios tras las vacaciones, tiene la sensación de estar ante un anuncio de los abogados preparando su vuelta al cole particular. 

Agosto tiene sus ritos: la lluvia de estrellas (“Las Perseidas”), sobre el día 12, es uno de ellos. Otro sería la proliferación de fiestas en prácticamente todos los pueblos el 15, Día de la Virgen de la Asunción. Y otro, como ya comentado, y para cerrar el círculo vicioso de gastos veraniegos, la campaña a todos los niveles de la vuelta al cole, de todos, incluyendo ya, y por la puerta grande, a los abuelos, que si se han librado por vacaciones de hijos, nietos, y otros tipos de “chupópteros”, seguro que quedaron a cargo de pasear al perro, o  al gato, esa mascota que a ellos no les gusta, pero que por su nieto, o por cojones, con y sin perdón, tienen que atender como chantaje sentimental.

Si alguien deseaba lucir “Agosto” como bandera blanca, de paz o descanso, ya ve que este vecino del mundo, al menos, no está por la labor, y si tiene alguna duda y está en una localidad veraniega, que vaya a comprar, a primera hora de la mañana, unos churros. Eso sí, que no se olvide aparte de la cartera, de ponerse el chaleco antibalas, para responder a esos que con cara beatifica se intentan colar, o que tardan horas en hacer su pedido, porque pese a que han estado mucho tiempo en fila, y haciendo el indio, ni han preparado mentalmente el pedido ni saben dónde tienen la cartera.

Domingo, agosto, un asco…

*FOTO: DE LA RED

domingo, 28 de julio de 2019

HUEVOS ROTOS COMO METÁFORA...



Hay días de la semana, para este vecino del mundo, que tienen sus ritos; y los domingos comienzan leyendo el artículo correspondiente en “Gente con luz” en EL PAÍS, de Luz Sánchez-Mellado. Esta vez habla de y con Lucio Blázquez, sí, el de “los huevos rotos”, con y sin perdón, porque el que quiera entenderme, seguro que lo hace.

Hablando desde sus 86 años de lo mucho que ha visto y currado, y que como antes no se divertía uno, en un momento de la conversación y como sin darle importancia, describe una de las noches de famosos de entonces, que comenzaban en su restaurante y acababan llevándoselos al Bar de Chicote. Y que en una fiesta de Dominguín, jugando Lucio le bajó las bragas a Ava Gardner.

Si algo tiene este vecino del mundo es la capacidad, como que no quiere la cosa, de juntar pares y nones y contar al menos sin dificultad del 1 al 10, así, de seguidito. Y al instante he recordado que en aquella época Doña Ava Gardner, “el animal más bello del mundo”, como en un momento, más machista que machista, se le conoció, rodó en España “55 días en Pekín”, en el que Charlton Heston, Don Charlton, aparte de “prota” junto con David Niven, era parte implicada por ser coproductor. Y en aquel rodaje, no estuvo muy contento, se dice, con el comportamiento de La Gardner porque parece ser que llegaba tarde muchos días, y en no muy aceptable estado.

No la despidieron, por lo que se pudiera generar en mala prensa, sino que simplemente su papel se acortó, muriendo bastante antes del desarrollo final de la trama.

Hoy en día, no hubiera pasado inadvertido el tema, y más teniendo en cuenta las tendencias políticas conocidas del actor norteamericano.

Estos días en los que se habla, al parecer, de la vuelta a la práctica con más fuerza de la pena capital en Estados Unidos, conviene recordar que también se practicaba en otros ámbitos de la vida, y de la muerte actoral, y que de unos huevos rotos se puede pasar fácilmente a actitudes machistas de guante blanco que proporciona la moral siempre escrita, como la historia, por los ganadores

Tras leer la entrevista de Luz Sánchez-Meyado, este vecino se pregunta si por la boca muere el pez, o solo sobrevive...

*FOTO: DE LA RED




martes, 14 de agosto de 2018

CUANDO BAJAN LOS ÁNGELES



Ayer cumplí uno de los ritos de mis vacaciones veraniegas desde hace muchos años: comprar dos números diferentes y con distinta terminación para “La lotería de Navidad”. De hecho, al centro comercial que acudí era con idea de ir al cine, pero fuimos muchos los que ese día debimos de pensar lo mismo, y al ver aquellas colas inmensas, quedaba claro que había gente para llenar todas las salas, nueve, en todas las sesiones y además colocados como las hamacas playeras tras un día ajetreado, uno encima de otro. Y me dije a mí mismo: “No es plan”.

Todos los años igual, gente por todos lados, como si de una superproducción americana se tratara, y con miles de figurantes que además hacen muy bien su trabajo, hacemos muy bien nuestro trabajo: molestar y molestar.

Era un día que tenía toda la pinta de que iba a acabar mal, la experiencia de los años en tus huesos te lo dice, como cuando viene cambio de tiempo. Y sin embargo, con todo en contra, en un paseo marítimo también atestado de turistas y manteros, unas notas primero bosquejadas como un rumor, me dieron la pista.

Era “City of stars”, tocada con ukelele y violín. Seguro que fue el momento pero…, no se puede tocar también, debería de ser delito. 

Dibujar belleza sonora, además en un entorno, en apariencia al menos, tampoco colaborativo, es como quemar las naves de primeras o apostar en el casino por un número que nunca ha existido.  Pero las dos jóvenes que en aquel momento servían para traer tanta dulzura, también te hacían sentir que aún hay esperanza. Que en la juventud no todo es botellón, ni comida rápida. Da gusto, debe de ser muy raro, que algo tan bonito te mueva todo lo que llevas dentro, y sientas que dos lágrimas luchan por reabrir unos lagrimales que hace mucho tiempo la realidad los había sellado.

Creo que cuando las descubrí llevaban poco tiempo tocando porque no había nadie parado observándolas. Y poco a poco nos fuimos agrupando, así en la distancia. Como no queriendo asustar a aquella belleza sonora.

Tampoco quise identificar la procedencia de aquellos ángeles, quizás porque el cielo no tenga un idioma definido. Apenas fueron media docena de canciones, con un espectacular  en su sencillez “Somewhere over the Rainbow”, basada en esa versión de Israel Kamakawiwo'ole, que si existiera una especie de diccionario sonoro de qué es la belleza, seguro que estaría en una de las primeras posiciones.

No quise grabar la actuación con el móvil, por aquello de que quizás al repetirlo posteriormente se pudiera perder la magia,  y sólo voy a publicar una de las fotos, como prueba de que no me he inventado nada. El cielo existe, pero está en momentos como el de ayer, y me siento un privilegiado por haberlo vivido.

Los que me siguen habitualmente ya conocen mi humor ácido. Y ayer mientras saboreaba el momento solo pude decir, y sin pasar por el filtro de mi mente: "Y Belén Esteban millonaria...". Una mujer que estaba a mi lado me oyó y me miró muy fijamente. Quedó claro que entendió por qué lo decía, y se dió por aludida. El que se pica...

*FOTO: F.E. PEREZ RUIZ-POVEDA