Descartada la idea de cortarme las venas por el bochorno
acaecido una vez más en torno a la Real Sociedad y su manera de perder un
partido en cuatro minutos, esta vez contra el Getafe, y además con la extraña
sospecha de que sufrimos más por ello los seguidores que los propios jugadores,
sopeso la idea de echarme a la bebida. Pero si algo bueno
tiene una crisis, y estoy tan inmerso en ella que ni se me ve ni se me espera,
es que uno no tiene dinero ni para agarrarse cogorzas.
Lo que nunca he comprendido es esa total contradicción
que nos estrecha los bolsillos del ciudadano medio hasta límites insospechados,
intentando además que trabajemos más por menos, con la aspiración de la
patronal y del gobierno a que sigamos consumiendo, y más si es posible.
A mi personalmente que me expliquen el truco, porque tan
mal va la cosa que prácticamente es imposible ahora utilizar esa expresión tan
española como era “atar los perros con longaniza”. Porque perro se puede tener,
pero más bien famélico y explorador, para buscarse la comida en algún otro
sitio, pero lo que se dice longaniza, longaniza, más de uno seguro que cree que
como mucho eso ya es una leyenda urbana.
Eso sí, este vecino del mundo sigue teniendo buen humor y
predisposición a ello incluso como para reírse de sí mismo. Y por eso como lo
que no mata, engorda, en este caso es al revés, y es aprovechar la susodicha
crisis para intentar cuidarse el chasis con gimnasia puesta por uno, ya que el
ayuno últimamente viene de serie
No sé si en muchos sitios ocurrirá como en la zona donde
este vecino vive, en Amara, en Donosti, de todas las tiendas que antaño, eran
muchas, vendían televisiones, ahora solo recuerdo que quedan dos, lo de más tienes que ir
a las famosas grandes superficies, eso sí están abundando las tiendas de chinos
que venden pequeños altavoces, cascos y complementos tanto para los
equipos de música, televisión, o móvil, pero eso sí, de marcas desconocidas, al
menos para el común de los mortales, y eso es muy indicativo de cómo se
encuentra el bolsillo del ciudadano medio.
Además, seamos serios, hasta esos
que han utilizado las tarjetas “black”, se les ve la patita y junto a grandes
comilonas y ropa interior de encaje, hay detalles como el pagar el parking, o la
compra en el “super”.que en el fondo denotan que son pobres de espíritu. Y luego quieren que compremos más cantidad de más cosas.
En las próximas navidades, este vecino desde ahora mismo
ya advierte, que tanto el Olentzero como Santa Claus y los mismos Reyes Magos,
ya pueden andar con mucho cuidado porque a lo mejor les secuestran para pedir
rescate de tan mal que está la famosa cosa, porque ya de nada sirve para
amedrentarnos que nos digan eso de que si no nos portamos bien nos van a traer
carbón, porque al menos eso se puede vender, y en el peor de los casos da calor,
y no me refiero en la lumbre, porque quien más quien menos no tiene una cocina
antigua para usarlo, pero sí para arrojarlo a modo de protesta lo más cerca
posible del político de turno.
Por cierto, y ya para terminar, eso de que el hambre
agudiza el ingenio, debe de ser verdad, porque tengo un amigo, Rodri, que ese está más “canino” que
este vecino, y comer, tiene ocasión de comer poco, y el tiempo que le queda,
que es mucho, le ha dado por pensar, y lo hace profundamente. Lo último es que
ayer me dijo que “Dios no existe”, y me lo dijo con rotundidad, y con el
siguiente razonamiento:
-Todos éstos – me decía con voz baja, como quien cuenta un
secreto, por los últimos implicados en las tarjetas “black”- siempre manejan
buena información, más que tú y que yo, y si no les importa hacer todo tipo de
chanchullos, y condenarse, según la iglesia católica, para toda la eternidad, es
porque saben que el cielo y el infierno son un camelo.
Razonamiento simple, puede ser, pero que te deja con más
de una mosca detrás de la oreja… Por cierto, es una pena que las moscas no
tengan unos buenos muslos, como pollos, que se puedan comer.
Lo que es la vida. Pasar de tener un poster en casa de Meg Ryan en "Cuando Harry encontró a Sally", a otro de Carpanta comiendo un muslo. ¡Cuestión de prioridades!
*FOTO: DE LA RED