Esta noche me he desvelado sobre las cuatro de la madrugada, y en lugar
de contar ovejas y que empezaran a balar y me despertaran otra vez prácticamente antes de volver a dormirme, he preferido entrar a Twitter. Y ha
sido peor que si mil ovejas se hubieran puesto a balar un reguetón.
He visto que Amaia Montero era Trending Topic, aunque deberíamos acostumbrarnos a decir "Tendencia", y he sentido
miedo de lo que le hubiera podido pasar.
Todo ha debido de comenzar a raíz de
dos tweets que ha puesto ella (“The game is over” y “Empezando a despedirme y
empezando por el principio”), y se ha comenzado a especular sobre el posible
retiro de la cantante irundarra.
Vaya por delante
que este vecino no ha sido un gran seguidor de la Señorita Montero durante su época
en solitario, pero sí durante su pertenencia a La Oreja de Van Gogh. No por nada
especial, lo de oírle muy poco en solitario, sino que son diferentes etapas
como oyente o escuchante también. Y en esa segunda época me tocó más buscarme la
vida tras perder mi trabajo, que ir tras la pista de la canción perfecta.
En Twitter, y hoy lo he comprobado una vez más, no hay
término medio. O te arrojan “insulto-excrementos” o son seguidores tuyos que
hagas lo que hagas lo perdonan todo. Por supuesto que de elegir, prefiero a estos
últimos, ya que la perfección, más que no existir, es totalmente subjetiva.
Como hubiera dicho mi antiguo profesor de latín, a Amaia
Montero le han puesto hoy como chupa de dómine. Es curioso. Si un artista,
hombre, bebe o utiliza sustancias digamos que “complicadas”, como en su momento
pudiera haber ocurrido con un Joaquín Sabina, es un bohemio, o un vividor en el mejor sentido de la palabra. En
cambio, en una mujer, artista también, se utiliza para desacreditarla
dando a entender en muchos casos que como no es la mujer perfecta, está claro
que para ellos no, de ahí puede venir un comportamiento frustrante.
Últimamente Amaia Montero desde ciertos ambientes de
redes sociales, si así se pudiera decir, ha sido asediada y maltratada. Algunos
mensajes que intentaban defenderla empleaban expresiones como víctima de “bullying”.
Para este vecino del mundo es más claro un ciberacoso. Lo de esta noche ha sido
hiriente, maltrato en toda regla, del que alguien debería de hacerse cargo.
Está claro que en un artista, siempre hay una parte
delicada que le hace sentir hasta sufrir una especie de catarsis que llega a
transformarse en algo, en Amaia por supuesto que en una canción. Y tras esa fachada de una Amaia Montero luchadora, con las cosas muy claras, seguro que también se esconden arenas movedizas a las
que muchos hoy han querido confinarla.
Este vecino no es nadie para dar consejos, pero al
entender que una persona, Amaia en este caso, pueda estar sufriendo, yo le
recomendaría que dejara, cuando menos, de fijarse en la opinión tanto de sus
seguidores como de sus detractores. Tiene que seguir viendo, surcando, y
saboreando su vida de la manera que lo hacía, y razón
por la que muchos se fijaron en ella, tanto para bien como para mal.
Hay una máxima tan simple, y al parecer tan complicada de
llevar a cabo, como “Vivir y dejar vivir”. Y hay muchos que su vida solo les da
para ocupar una ventana de cualquier forma metafórica y agredir al que más se
mueve, y hoy te ha tocado, querida Amaia.
Viéndolo de la manera más positiva,
si puede haber maneras positivas en un ciberacoso, seguro que te da para una
canción, y si nos dejas durante un tiempo, esa canción te hará volver, porque
un compositor, una compositora, no deja de ser una creadora de mundos, y no nos
puedes dejar así, en el nuestro, al parecer tan triste e injusto…
*FOTO: DE LA RED