Que todavía estamos en primavera no hay más que mirar a nuestro alrededor. Con su sangre, con su cartera alterada, España está intentando ligar y hasta procrearse...
Por un lado el Señor Rajoy, intentando convencer a sus colegas europeos de una mayor intervención del Banco Central Europeo. Me lo imagino bien peinadito, y con el pelo empapado en la mejor de sus colonias, contando sus mejores chistes, que además de que seguro que serán viejos
y oídos, no tiene pinte de que él despunte precisamente a la hora de contarlos.
Por otro lado, el ayuntamiento de Madrid, con el Gobierno Central, y todos nosotros por detrás, intentando camelar al Comité Olímpico para que conceda la sede del 2020 al oso y el madroño. Ya es la tercera vez, y esperemos que sea la vencida.
Esta noche han pasado el primer corte, quedará otro y luego la gran final, casi, casi, como en el Festival de Eurovisión, que por cierto se celebra esta semana.
Se suele decir que lo importante para seguir viviendo es tener objetivos y esperanzas. Y nosotros, de los dos andamos sobrados.
Sin embargo, lo que hay que tener muy presente es que nadie ayuda por ayudar, en realidad todo es un asunto de supervivencia, y cada uno mira primero por él mismo, por estar en la mejor posición, y si puede, rodeado de los que a él le viene bien para sus planes posteriores.
Nosotros sin embargo parecemos el vecino de al lado que empezó pidiendo perejil, y si puede ahora te pide hasta la vajilla.
Las cosas empezarán a ir mejor, cuando no pasemos la responsabilidad a otros países, e intentemos levantarnos por nosotros mismos.
Desde la atalaya que dan los años, con el tiempo vamos comprendiendo que uno da buena imagen a medida que va arreglando su interior y está en paz consigo mismo, y es en ese momento cuando, quizás los demás te van prestando más atención porque parezcas más atractivo.
Lo mismo tiene que ocurrir con un país. Cuando todo se tiene manga por hombro en la propia casa, no puedes ser nada atractivo de vistas para fuera.
Con la primavera el Señor Rajoy parece que está buscando una aventura meramente para procrear y no un gran amor. Y al final volverá a casa, solo y preñado de problemas.
*FOTO: DE LA RED