Aunque tenía la radio puesta en un discreto segundo plano auditivo, Eustaquio y sus trompas me hicieron comprender que algo debía de haber entendido mal sobre que Raúl González, uno de los siete de puntuación diez de toda la historia del fútbol nacional, se va a dedicar a catar durante dos años.
Oír, lo que se dice oír, lo había hecho bien porque solo era un pequeño error de escritura, y teniendo en cuenta cómo escribe ahora la juventud en sus correos electrónicos, eso era pecata minuta. Y es que era catar pero con “q” de Emiratos Árabes..., ¡bueno!, ya me entendéis.
Es de comprender que un deportista que ya está más cerca de retirarse que de ser llamado para la selección se plantee hacer caja y además haciendo lo que más le gusta que es jugar a fútbol, aunque no sea en una de las ligas punteras. Y es que viendo que España ya se ha convertido en un gran recorte, aunque antes ya lo era con las autonomías pero de otra manera, es preferible, pudiendo, ver los toros desde la barrera y los recortes desde un país un tanto lejano.
Antes cuando oías la palabra recortador en tu mente aparecía un joven vestido de blanco, como Raúl, en la mitad de un coso taurino intentado volver loco a un toro solamente con la rapidez de su cuerpo.
Ahora, decir recortador es decir una persona vestida de traje negro, con cara de sádico amargado, que recorta hasta la sisa que hace su madre cuando va a la compra, eso en el mejor de los supuestos de que tenga madre en lo que a sentido de estar homologada según los cánones de la Iglesia.
Pues eso, que Raúl, como buen recortador, se va una vez más, y ahora fichado por el club Al Sadd, de Qatar, donde también vestirá una camiseta blanca con el número siete, y es que las penas, las de la retirada no muy lejana, con mucho dinero, son menos, aunque la mayoría de sus fans de toda la vida se hayan quedado, como diría un latinoamericano, en la madre patria, porque alguien se tiene que quedar en este país para sufrir las consecuencias de los recortadores con el toro de la crisis. Y es que la única manera que se me ocurre de “joder” a un recortador es dejar este país vacío, y en el fondo es quizás lo que quieren.
*FOTO: DE LA RED
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