domingo, 17 de agosto de 2014

ALGUNOS MISTERIOS INSOLDABLES DE ANDAR POR CASA


¡Es curioso! Estamos a 17 de Agosto, y ayer ya oí que a este mes le quedaba poco, quizás en un intento de “tocar la moral” a aquellos que acababan de llegar a su hogar vacacional durante la segunda quincena, por aquello de que la felicidad no sea completa. Sin embargo, cualquier semana de China, o de Corea, anunciada por El Corte Inglés, dura más que siete días. ..
Y es que hay misterios insoldables, como que los llamados periodísticas del corazón, otro misterio insoldable, no tienen que ver nada con “hacedores” de crónicas médicas sobre el citado órgano, sino con el cotilleo puro y duro. Esos mismos periodistas, precisamente, que también tienen problemas para medir el tiempo, pues con relación al hijo de cualquier famoso que ha podido cometer cualquier tropelía, la mayoría de las veces, con excepción del hijo de José Ortega Cano, intentan maquillar sus “fallos” bajo el epígrafe de “que el niño es inexperto todavía”, y el niño o niña puede que ya tenga treinta años o más.
Por cierto, ayer a este vecino del mundo le tocó ir a despedir a La Nuri, su sufrida, a la estación de autobuses, ya que volvía a Bilbao. Cuando el autobús, repleto de turistas en proceso de dejar de serlo, estaba abandonando las instalaciones, se oyó la voz de un iluminado diciendo eso tan manido, y que hasta ahora este vecino solo lo había oído aplicado a festejos, como los Sanfermines: “Se han terminado las vacaciones, ya queda menos para Agosto del año que viene”. 
Odié esa expresión, más que nada porque los mismos que nos tachan a todos los españoles de haber vivido por encima de nuestras posibilidades,  y que este vecino no recuerda, por mucho que lo intenta, cuándo él lo hizo, inventen ahora  una frase profética, cada vez que alguien pierda su puesto de trabajo, y le digan con una sonrisa “profiden”: “Tranquilo, ya queda menos para el próximo trabajo”. O que al mismo Ortega Cano, o en un futuro, presumiblemente a un presunto Bárcenas, o a algún presunto Pujol, que estando en la cárcel, su abogado defensor con una sonrisa y mirada proféticas le diga a su cliente: -Tranquilo, ya queda menos para que salgas en libertad.
De todas maneras, sí hay algo de verdad en todos "estos misterios insoldables", y es que la vida pasa tan rápidamente que mejor sería que nos dejáramos de poner obstáculos en el camino propio o ajeno, y disfrutar de lo mucho o poco que nos quede, porque, y es la única verdad irrefutable, la muerte siempre nos va a venir demasiado pronto para algo, especialmente para seguir viviendo.

*ILUSTRACIÓN: DE LA RED

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