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domingo, 7 de septiembre de 2014

CARTA ABIERTA A LUC BESSON (...A ESTAS ALTURAS DE LA PELÍCULA)


Estimado Luc Besson,

En primer lugar le pido perdón por mi atrevimiento al escribirle la presente, pero tras ver su película "Lucy" se me ha creado una profunda necesidad de ponerme en contacto con usted.
Antes de nada, me he de declarar como un ferviente admirador de su cine desde aquel “Gran azul”, con su amigo Jean Reno, hasta esa humorada de cine negro que es “Malavita
Cuando uno sabe que va a ver una de sus películas ya va preparado con ropas cómodas, y nunca de estreno, porque con las mil y un aventuras que sabes que los protagonistas van a pasar, incluso el mismo espectador corre el peligro de salir magullado, y que quizás de su velocidad dependa su salvación.
Pero lo de hoy me ha generado muchas dudas. 
En primer lugar me gustaría que revisara muy bien su mesa de trabajo, porque, así de primeras, me da la sensación de que se le ha podido mezclar su guion, con ciertos aspectos del “2001: Una odisea del espacio”, de Kubrick, y de “Matrix” de los Hermanos Wachowski. Lo que viene siendo, por decirlo de alguna manera amistosa, un homenaje al espíritu de ambas obras. Eso, o que últimamente ha cambiado, y perdóneme la expresión, de medicación, de cualquier tipo, y ahora está en manos de algún galeno que previamente pudo atender a esos cineastas.
Da la impresión de que hoy nos ha querido demostrar que tiene tal dominio del cine que sabe hacer películas buenas,  y películas malas. Y que a última hora ha querido sorprendernos, ¡A fe que lo ha conseguido!, y ha convertido una historia que funcionaba bastante bien, con "algo" que hace que el espectador en lugar de mirar la pantalla, gire su cabeza para hacerlo hacia la persona que está a su lado, y comprobar que están viendo lo mismo, que no son alucinaciones.
No importa que todo el argumento se base en esa “leyenda urbana” que dice "que del cerebro humano solo usamos el diez por ciento". Se ha demostrado que no es cierto, y que se utiliza prácticamente el cien por cien. Pero eso no es una razón para que no funcione su película. Porque en “La Guerra de las galaxias” también se parte de que en el espacio podemos oír todo tipo de explosiones y destrucciones, cosa que es imposible, y sin embargo la historia funciona como un todo.
A medida que se iba desarrollando la trama, su trama, ya que el guion es suyo, me parecía hasta original esa filosofía que intentaba buscar el principio y el final de la vida mediante golpes, drogas y mafia, pero la última parte de la película no es que supere al espectador, sino que le supera hasta a usted, y eso no es de recibo.
Es la típica película que más de uno al ser preguntado si le ha gustado, dirá que sí, porque en el fondo tiene la sensación de que en el transcurso de la película (y no es que sea larga, porque no llega a los noventa minutos) se ha perdido, o no ha llegado a entender el mensaje. Pero eso no es real.
Si su película hubiera sido una casa, diríamos que el arquitecto ha mezclado planos de diferentes obras y estilos, y lo único que ha conseguido es "un batiburrillo de cosas” que no llegan a formar un hogar, y que además resulta “incomodo” no solo a la vista, sino también  para el descanso
Da la impresión de que usted, Señor Besson, estaba tan ocupado con tantas cosas que lleva a un mismo tiempo, en cuestiones de producción, e inspiración para otros, que no ha sido consciente de lo que nos presentaba a sus incondicionales.
A medida que se desarrollaba el argumento, incluso parecía que era su testamento cinematográfico en lo que a su filosofía se refiere. Con eso no le estoy llamando “mayor”, ni viejo, porque no lo es. Cada uno puede presentar su testamento cuando le dé la gana,  y parecía que hubiera llegado el momento. Pero en realidad, tristemente, todo ha sido un espejismo.
Incluso me ha parecido ver una película que estaba muy bien, con una convincente, y muy en su papel, Scarlett Johansson, y un Morgan Freeman que más que actuar, da una conferencia mezcla de ciencia y filosofía. Pero, al parecer, todo ha sido un espejismo, y lo único real es que el cine es muy caro, y hoy su broma, humorada, o “gatillazo” mental, nos ha costado un dineral del que seguro que usted sí es consciente, pues ha llegado a crear prácticamente un imperio cinematográfico. 
Recuerde, y ya para terminar, que a la postre somos sus espectadores los que hemos contribuido a su presente, supuestamente esplendoroso, y hoy nos sentimos hondamente decepcionados.

Sinceramente (como es más que evidente tras todo lo anterior) suyo.

*FOTO: DE LA RED