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martes, 3 de diciembre de 2019

LO CARGA EL DIABLO...



Ahora vivimos en lo reiterativo. Es la única manera de explicar lo que me pasó ayer por la noche. 

Me había quedado traspuesto como una Santateresa cualquiera, pero en lugar de rezando, viendo la tele, y al irme a continuar el empalme con el reino de Morfeo, pero ya en plan homologado con cama y todo, pasé un momento por el frigorífico de cabecera, porque junto con la Farmacia es lo único que está abierto las veinticuatro horas.

Al abrirlo, salió José Luis Perales, con la mejor de sus sonrisas, ofreciéndome el triple disco que acaba de sacar para así anunciarme además su última gira. Detrás, por el runrún debía de haber mucha más gente, todos hablando de lo suyo, pero acerté a ver en segundo lugar a un Carlos Arguiñano tan campechano como te puedes ofrecer en un hueco de cincuenta por cincuenta con su último libro de recetas. Y detrás de su nuca adiviné, más que acerté a ver, a Cayetano Martínez de Irujo, la clase desde luego resalta aunque solo le dejen unos centímetros, con su libro de “Cayetana a Cayetano”.

Ya he dado orden en casa: hasta que no pasemos estas fiestas navideñas no debemos abrir el frigorífico, y menos por la noche, no sea que nos acusen los vecinos de organizar fiestas ahora extrañas.

Ahora dirán que ha sido internet el que ha acercado el comercio  a las casas… Hace tiempo que nuestra televisión es el nexo de unión  con el comercio, y creándonos vinculaciones con todo tipo de fiestas y similares con  lugares hasta ayer extraños, e internet nos ha evitado quitarnos las zapatillas, y que podamos seguir restregándonos con candidez la entrepierna en la intimidad de nuestra familia o así.

Va a llegar un momento, si no estamos ya en él, en el que primero compremos algo, y luego nos inventemos la excusa. Un San Porque Sí, que unos lo vestiremos con kaiku vasco, sin pompones mejor, que ya nos tocan otras cosas sin que demos tantas facilidades, y otros, por ejemplo, de traje de faralaes, o de corto.

Lo dicho, cuidado con el frigorífico que estos días lo carga el diablo, que alguien lo ha desatado.

*FOTO: DE LA RED

viernes, 30 de mayo de 2014

VERDADES VERDADERAS

La sociedad en general suele estar sometida, aunque no se dé cuenta a las denominadas “verdades como templos”, que no pueden ser discutidas; del tipo de “la mejor dieta es la mediterránea”, o “el mejor aceite es el de oliva”. Nunca se sabe quién dicta la verdad verdadera pero todo el mundo la tiene que seguir si quiere sentirse bien y dar menos gastos al sistema sanitario, que ese sí que no debe de seguir la dieta mediterránea porque de salud no anda muy bien…
El problema con el tiempo es que lo que ayer era blanco, hoy es negro, porque hemos oído de todo, que bueno es el pescado blanco, que bueno es el pescado azul, que hay que ducharse con agua y jabón todos los días, que no hay que pasarse con los jabones porque con el tiempo la piel se puede quedar sin defensas.
Esta mañana el vecino que les escribe, casi se carga el teclado del ordenador, al caérsele encima el café con leche, que tampoco es muy recomendable, dicho sea de paso, por muchas verdades verdaderas. Y es que no es que le haya temblado el pulso, es que ha sufrido un terremoto de 6.1 escala Richter en su juicio, al explotar en mil pedazos una de sus verdades verdaderas: la ropa hay que lavarla con gran asiduidad, por aquello de los gérmenes y olores que todo lo habitan. 
Chip Bergh, presidente ejecutivo de la marca de tejanos Levi´s ha “confesado” que sus vaqueros favoritos tienen más o menos un año y todavía no han visto la lavadora. Y hay otros “sabios” que ahora dicen que los vaqueros solo, solo, hay que meterlos una vez al mes en el congelador, y con eso ya es suficiente. Y es que ahora "se supone" que el tejido “denim” de los vaqueros es como el buen vino, que mejora con los años. El problema es que otros sabios dicen que en lugar de en el congelador, lo bueno para los vaqueros es pasarlos por el microondas. Y por un momento este vecino ya se estaba imaginando a Carlos Arguiñano explicándonos una receta para cuatro comensales de vaqueros en salsa verde.
Quizás la clave esté en que las declaraciones del mencionado presidente ejecutivo se dieron en el foro sobre sostenibilidad Brainstorm Green, y claro en ese ámbito hay que vender concienciación ecológica, mientras que antiguamente se vendía gasto de agua y jabón.
Este vecino inmediatamente se ha acordado de las sabias palabras del filósofo Marx, Groucho Marx: “Estos son mis principios; si no le gustan, tengo otros”.
¡Ver para creer!

*FOTO: DE LA RED