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domingo, 12 de enero de 2020

CARAS QUE SUENAN




Me ofrecen por internet, como elixir de vida y llave de la felicidad, ordenadores portátiles a muy buen precio. Pero donde se pone interesante el tema es en el tratamiento que le dan al, digamos, "acercamiento". Dicen mi nombre, sin apellido, y me dicen que me echan de menos. Que desde hace un tiempo notan mi ausencia.

¡Vamos! Que me suena más a desidia o cuernos por mi parte que la transacción pueda ser difícil por los precios que proponen. Al final, y al principio, la culpa siempre es nuestra, y nuestro sexo desde hace ya mucho tiempo, parece residir tristemente en nuestro bolsillo.

Entre otras cosas  también este viernes pasado tocaba la vuelta de “Tu cara me suena”, y siguiendo con las referencias sexuales, "la cosa", al menos por mi parte, resultó más mecánica que satisfactoria sentimentalmente.

Desde hace mucho tiempo, ellos, el programa, sabe cómo comportarse para resultar "perfecto en su planteamiento", con un poco de todo, cantantes profesionales que lo hacen muy bien, buscadores de vuelta a la notoriedad,  y humoristas que ya desde el principio les hacen poner la yugular como presuntas víctimas de "las puntuaciones más indeseables". Ya han salido a relucir, a las primeras de cambio, esa retahíla de besos e intentos de poner de moda más latiguillos forzados.

Por último, pero no por ello menos importante, y hubiera jurado no hablar del tema en mi post, estoy hasta el gorro de los que usan de “punching ball” a los Duques de Sussex, Enrique y Meghan, en cualquier tertulia que se precie, y especialmente como minutos de la basura, porque en realidad, y voy a ser lo más cortés posible. nos trae al pairo, o nos la bufa, los problemas que dicho sea de paso estamos seguros que es una pareja que lo tiene todo, y que estén un poco incómodos tampoco nos parece tan mal, por aquello de que en el pecado llevan la penitencia.

Me caía muy bien su madre, Lady Di, y el destino cometió una injusticia, como casi siempre, con ella; y los hijos, especialmente Enrique, por la edad que tenía, es más que probable que quedaran con secuelas, digamos que morales o sentimentales.

No se puede comenzar una historia de amor, que se lo digan al Príncipe Carlos, cuando ya estás enamorado de otra, y empleas a una jovencita de buena familia, como conejillo de indias…

Ahora dicen que Meghan Markle ha respondido con una espantada porque no estaba educada para ello. Lady Di tampoco lo estuvo. Pero hay un detalle que se intenta obviar, ella era británica, y la otra, la de ahora, no seamos fariseos, es “afroamericana”, y no necesita en su ADN  un té a las cinco de la tarde, ni aislarse de todo lo demás en su "mundo-isla".

*FOTO: DE LA RED

miércoles, 25 de septiembre de 2019

A FALTA DE BESOS...



Leo que al parecer este martes pasado se produjo un beso entre el príncipe Harry de Inglaterra y su mujer, Meghan Markle, durante su estancia en su viaje oficial a África que ha debido de volver locos a todos, a sus incondicionales y a los que serían capaces de “armarles” un "impeachment" (palabra de moda ahora especialmente relacionada con un tupé muy americano) a las primeras de cambio. Y además dicen, los detractores, claro, que no venía a nada porque, por ejemplo,según la revista People, califica el beso de extraño y subraya que se produjo antes de que ambos se montaran en coches diferentes (sic).

Harpers Bazaar, a su vez,  describe el beso como adorable y asegura que con esa acción derritieron a muchos de los testigos. En el mismo sentido, The Sun califica el beso como “dulce”. 
Se suele decir que para gusto los colores, pero, visto lo visto, ha quedado clarísimo que parece que también para gusto los besos.

Y bien pensado, la gente está muy a falta de besos, especialmente en las Islas Británicas. Y si no que se lo pregunten a todos esos turistas dejados de la mano del Dios, hasta ahora, Thomas Cook, y que como pasa siempre a la hora de ganar dinero, lo hacen unos pocos, pero cuando hablamos de pérdidas a los pobres españolitos siempre nos toca pagar. Y tiene pinta que esta vez también habrá que hacerlo… Para una industria, la turística, que siempre mira y mima más al de fuera que al de casa...

Besos también se necesitan en el parlamento británico para que se quieran los unos y los otros. Al menos para que se separen del viejo continente sin pegar portazos, que siempre vienen mal a todos.

Y si de besos hablamos, a nosotros también, nuestros políticos nos tienen abandonados. Ni una caricia aunque sea en la espalda. Sólo siempre toqueteos junto a nuestra cartera… Y eso que los más cercanos parecen ser, esta vez,  los políticos vascos que por lo menos están pesando en ampliarnos la cocina, aunque eso también tenga muchas, todas, connotaciones machistas...

*FOTO: DE LA RED