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miércoles, 17 de enero de 2018

¿NO ES PARA PICARSE?


Hace un momento, nueve y media de la noche, me estaba preparando la cena mientras tenía de fondo la radio, la Cadena Ser, retransmitiendo el Español – Barcelona, de los cuartos de final de la Copa del Rey. En un momento dado, una de las enviadas por la Cadena, haciendo una especie de resumen de lo vivido en el campo hasta ese momento, ha relatado que en un momento dado un grupo bastante localizado, ha empezado con insultos racistas hacia Piqué, concretamente hacia su pareja y su origen. Y lo ha ilustrado con las dos o tres frases que formaban pare de la cancioncilla que entonaban.

Sinceramente, creo que repetir esas frases sobraba, porque en cierta manera estás ayudando a los descerebrados y su triste objetivo.

Es el periodismo que más se lleva ahora, un amarillismo disfrazado de fidelidad a la realidad. Y está en la misma línea, salvando las distancias, evidentemente, de esas imágenes que son habituales en nuestros días, del periodista o "freelancer" de turno armado con su alcachofa a pilas, y persiguiendo a un famoso, por ejemplo, durante un funeral de un familiar o conocido para hacerle la inteligente pregunta: ¿Cómo te encuentras? El día que la respuesta sea algo parecido a “Con ganas de atizar un mamporro al inteligente periodista, o sucedáneo, que me está entrevistando ahora”, seguro que hago la ola, pero, claro, cuando ésto ocurra, el de la alcachofa ya habrá logrado su objetivo: crear una noticia de la nada.

Sé que más de uno será de la opinión de que la periodista en cuestión ha hecho bien en no guardarse nada, pero este vecino del mundo os plantea:

Siempre se comenta que en internet se puede encontrar de todo, incluso cómo fabricar una bomba. ¿Sería de recibo que un periodista para ilustrar la noticia y demostrar que eso es verdad, nos diera una clase, siguiendo los detalles del informe encontrado en internet, de cómo fabricar la bomba?


No neguéis la evidencia, porque lo único que podréis decir es eso de que “es lo mismo pero no es igual”. Lo que también equivale a decir:  “No me da la gana de bajarme los pantalones, porque entre otras cosas son míos”. 

Se debería de meditar si en la búsqueda de contar la realidad, más de una vez deberiamos de evitar, y más propagar, detalles escabrosos que sólo sirven para ayudar a todos aquellos que actúan con mala fe.

*FOTO: DE LA RED



lunes, 23 de mayo de 2016

EL MOMENTO EMOTIVO, Y SU CIRCO MEDIÁTICO




Los que siguen a este vecino del mundo ya saben que en nuestro ático normalmente no se habla de fútbol en su versión de deporte puro y duro (no por nada, sino porque hay prensa especializada), pero sí de alguna anécdota  que pudiera venir a colación. Y ayer este vecino estaba viendo los fastos de la Final de la Copa del Rey, siempre posicionado, a falta del equipo de sus amores (Real Sociedad), a favor del más débil,  y en este caso, claro está, del Sevilla, cuando observó y degustó “el momento de la noche” en opinión este vecino: el hijo de Messi con la camiseta como la de su padre, con su número, el 10, pero que sólo la puede llevar él, porque de nombre sólo llevaba PAPI.


Lo que ocurre, es que luego, ese cielo, se ensombreció primero con los nubarrones de la realidad,  qué hacen unos niños tan pequeños (porque también estaban los de los otros miembros de su equipo, los hijos de Piqué incluidos) a esas horas, entre la una y una y media de la madrugada, lejos además de su casa, porque estaban en Madrid. Si han ido hoy al colegio, lo habrán hecho no habiendo dormido sus horas, se supone, que reglamentarias.


Digamos que el momento emotivo duró unos segundos y todo lo siguiente fue de la más pura y dura revista del corazón. Porque con los niños, claro está, estaban madres, novias y… el cotilleo puro y duro. Si hubiera sido la Fórmula 1, el titular hubiera sido obvio, “su circo mediático”.

Y ahora viene una pregunta que me ronda desde el mismo momento en que vi todo lo referido en el párrafo anterior: ¿Dónde termina la celebración y empieza la ostentación de un cierto poder o estatus? ¿Los cimientos de un futuro por ser hijos de, novias de, mujer de?


Con un rictus de sonrisa congelada, y con ironía en vena, me pregunté ¿cuántas futuras estrellas de reality teníamos delante nuestro?, ya que para más inri la retransmisión se hacía por “Telefive”.


Hace años, famosos eran los futbolistas, actores y artistas varios, pero ahora ya lo son sus familias, y muchos viven de eso, de lo que lograron sus padres (dinero y presunto estatus). Pero, eso sí, cuando quieren, tanto unos como otros, se ponen al “amparo de su intimidad”. Como decía aquel viejo chiste “o semos, o no semos, pero ser somos”.


Sinceramente, si por ley hay que proteger al menor, hubiera sido deseable evitar esas imágenes de hijos pequeños. Como se evitó, presuntamente, dar demasiadas imágenes de esteladas, y culés demasiado culés, descafeinando convenientemente el lado político del tema. Y creo que se me entiende si digo que por otra parte se derrochó imágenes sevillistas como si no hubiera un mañana. Y recuerdo que desde el principio he dicho que éstos tenían mis simpatías.


Ahora,  y ya para terminar, voy a decir una perogrullada como una casa, pero la tengo que decir: una noticia, es una noticia, pero luego hay maneras de tratarla. Y ayer se dio un primer paso, y se va a entender perfectamente, para la creación, si todavía no está creado, cosa que lo dudo, del “Deporte Sálvame”.  Y eso puede ser muy peligroso, aunque también me temo que muy rentable, y razón importante para cuidar y alimentar ese peligroso germen.


*FOTO: DE LA RED




lunes, 13 de octubre de 2014

"PAREJA", ¿UN TIPO DE DISCRIMINACIÓN?

Ayer durante el partido de fútbol Luxemburgo – España, el encargado de retransmitirlo por la televisión dijo lo siguiente: -Me comentan que otra vez está en el palco Shakira, compañera…, bueno, pareja de Piqué.
Vaya por delante que con ésto no quiero ni criticar ni hablar mal, ni bien, del comentarista de turno, sino que es un fiel reflejo del día a día, y que, además, ocurrió así.
En apenas una o dos generaciones, y estoy hablando de España concretamente,  hemos pasado, como en la película de Kubrick, de la prehistoria, con los monos rompiendo huesos para atemorizar al de al lado, a las más altas cotas de modernidad, y en teoría comprensión, de vivir la vida como se quiere, y no como nos decían que se debía de vivir. 
Parece que el espacio se nos hace pequeño y, sin embargo, quizás, nuestro "yo interior" (esa voz que nos habla cada vez que apagamos la luz en la cama), va más lento que la legalidad, y somos nosotros mismos quienes ponemos cortapisas, y discriminamos, en nuestra manera de hablar del día a día.
Fijémonos bien cuántas veces tenemos que oír, cuando alguien se ha metido en un jardín, o laberinto lingüístico, sin marcha atrás, eso de: -No he querido decir eso…Porque yo tengo muchos amigos homosexuales...- Y pones cara mezcla de “ynopasanada” y”olélovalientequesoy”, con lo cual lo empeoras.
En el caso  con el que he comenzado este “post”, ¿quiénes somos nosotros para discriminar con nuestro lenguaje, a unas personas que han decidido vivir “su vida”, porque es la suya, de una manera determinada?
En el fondo, y el locutor se dio cuenta, y nos dimos cuenta todos, de que estamos dando mil vueltas lingüísticas intentando obviar que no están casados, cuando eso solo debería ser un asunto de ellos.
Hace ya muchos años que este vecino tomó la decisión de que en lugar de referirse  a “compañero/a”, “pareja”, que también, hacerlo con “mujer” y “marido”.
Técnicamente con la primera palabra no hay problema porque en nuestra lengua, “mujer” también puede ser un sinónimo de “esposa”. El problema, si lo hay, que este vecino no ve ninguno, viene con “marido” porque para serlo tienes que “actualizar papeles”, pasando por el juzgado, y luego si quieres o no, por la vicaría. Pero prefiero utilizarlo, a dar pistas sobre la vida íntima de dos personas.
Así, además, el que sea tiquismiquis que hable corrigiendo ese pequeño detalle, y de paso retratándose.
Somos los más modernos del mundo y sin embargo en nuestro día a día, y sin darnos cuenta, que es lo peor, vamos sacando nuestra patita de presunta moralidad y apuntando una y mil veces quién tiene papeles, o está técnicamente homologado matrimonialmente hablando, y quién no. Un verdadero asco.

*FOTO: DE LA RED