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sábado, 13 de febrero de 2016

CORRE, FRAN, CORRE



Lo de Francisco Nicolás Gómez Iglesias es un gran libro, siempre me negaré a catalogarlo como “culebrón” por lo despectivo que resulta, que lo estamos escribiendo entre todos. Y lo de ayer en el “Deluxe” es de juzgado de guardia, literal.


Para marcar las distancias y no engañar a nadie, porque nunca es mi intención desde estas páginas, hace tiempo que me declaré simpatizante y defensor de él, lo cual no quiere decir que él esté limpio de errores, y además es el primero en decirlo.


Francisco es una rara mezcla entre Peter Pan, Don Quijote de la Mancha y Forrest Gump, con el claro poder, al menos desde mi humilde punto de vista, y sin pretenderlo él, de desenmascarar a la gente.


Por cierto, el viernes de la semana pasada, y tras pasar por el polígrafo, se encendieron todas las alarmas, y quedó un cierto regusto a miedo. Por eso, se puede pensar que lo de ayer era una manera de desactivar las alarmas reales, o las reales alarmas, que de todo puede haber en la viña del señor, y entiéndase por “viña” incluso desde un cortijo a un palacio…


Ayer, y desde mi punto de vista, quedaron muy tocadas, y sin pretenderlo Francisco Nicolás, lo cual es lo mejor que tiene, una María Patiño, cada vez más personaje que periodista, y empeñada una y otra vez en querer ver en él el comportamiento de otros muchos que han ido pasando por el programa, y que bien pudieran ser clones los unos de los otros.


Además, la Patiño y su vena juegan, y jugaron ayer también, a dar un órdago con su solvencia profesional, queriendo olvidar que con la cantidad de veces que aseguró en su momento, que se iban a separar La Campa y Jesulín (al final más de uno estaba convencido de que no se separaban para poner más de los nervios a la periodista de raza), su solvencia hace años que quedó sepultada entre muchas capas de orgullo y paripé.


No me creí, ni me creo en ningún momento, que Francisco Nicolás, estuviera detrás del negocio de las fotos con Ylenia, porque él no tiene maldad, y se ve a la legua. Él siempre ha estado más por historias de espías, y su libido estaba en el poder.


Visto desde el otro lado de la pantalla, hace tiempo que veo en María Patiño, al poli malo y al poli bueno, pero todo junto, y revuelto, que es peor. Últimamente, y cuando va de farol, se le nota mucho, y si no va de farol, peor, que se lo haga mirar, porque entonces sus “fuentes” están más secas que la mojama.


Por cierto, tal como está el percal, creí que ya estaba vacunado contra el sonrojo, y, sin embargo, ayer lo hice en dos ocasiones, cuando oí que se ensalzaba (Kiko Hernández y María Patiño), todo es cuestión de gustos, claro, a Federico Jiménez Losantos. Sirvió de Norte de por qué zonas nos estábamos moviendo, y por qué La Patiño va siempre con la vena presta a estallar, demasiado sensacionalismo hasta para descansar.


La otra persona que ayer, no es que quedara mal, sino un pelín cruel, y como queriendo depilar con un destornillador, fue la psicóloga,  Irene López Assor. En fin, me imagino que ayer su código deontológico quedó traspapelado debajo del contrato de Francisco Nicolás, que se supone le daría permiso, y sé que además va diciendo, para más inri, que “no dije ni la cuarta parte de lo que pienso y observé…”, y lo entrecomillado es literal. Lo cual induce a pensar, que al menos como jurado hubiera sido desestimada su presencia porque ya venía, presuntamente,  con una clara opinión.


No se puede hacer una prueba que puede ser tan trascendental para alguien dando tanta sensación de premura, y no me refiero, por denominarlo de alguna manera, al "paciente", sino a la psicóloga. Se comenzaba prácticamente a dar los resultados, y ella todavía estaba corrigiendo, en el mejor de los casos, el último test. Se supone que los resultados se deberían de reposar, estimar, evaluar...


Esperemos que en un futuro, y personalmente temo al futuro porque todo va a peor, no se haga lo mismo con ningún resultado médico, porque en ese caso nos podemos enterar de que alguien, algún famoso, tiene cáncer porque se ha dejado chequear en riguroso directo. Y, como siempre, la culpa de darle el resultado de malos modos, tendrá él, el paciente, el entrevistado, y nunca, nunca, el programa.


En este mundo en el que la vida, la experiencia, y los años, te hacen ser un malpensado, hace tiempo que dejé de creer que las cosas pasan por casualidad. Y en el mundo televisivo, como en todos los mundos, existen también las cadenas de favor, y ayer tiene toda la pinta de que alguien, como hubiera dicho ese gran filósofo que fue Don Miguel Gila, se cobró un favor a alguien.


La conclusión ahora, y debido a su, en teoría, bajo cociente intelectual, es que Francisco Nicolás debería de ser tratado. ¡Bien! ¿Y hacia dónde llevamos su personalidad…? ¿Quién es perfecto? ¿Le explicamos que los molinos no son molinos, sino gigantes? ¿Que Aznar tenía razón, o estaba equivocado? ¿Que debe de seguir en el PP, o debe de alejarse de la política porque fue su principio y su fin?


¿Teniendo en cuenta la fauna que se ve en nuestra sociedad, por ejemplo, ser Estela Reynolds, es tan malo? Hubiera quedado más de psicólogo definir a Francisco Nicolás como Peter Pan, en el que incluso Ylenia podía haber jugado a ser Campanilla, pero siempre es más contundente, incluso machacante, llamarle Estela Reynolds. 


Quizás, haberle llamado Peter Pan, nos recordaría lo mucho que ha volado, y alto, este joven, y eso no sería conveniente. Y cuanto más alto vuelas, más ves, observas y tomas nota. Y ahora viene la segunda parte de volar alto, y que alguien tenga miedo de lo visto, y de lo oído: la caída, es mucho mayor. Y más si durante la caída te disfrazan de  Estela Reynolds.


Quizás, en el fondo, y es lo que puede doler a muchos, durante un tiempo habían encontrado “un tonto útil”, y ahora cuando muchos han salido por piernas al grito de “sálvese el que pueda” quieren que se quede el tonto, y lo de ayer puede formar parte del plomo que se le ha puesto para que se quede, y en el fondo.



Esperemos que nunca tengamos que terminar esta historia con el célebre y triste “entre todos lo mataron y él solo se murió”, porque a mí, Francisco Nicolás, me produce cuando menos ternura, porque no quiero que nadie me dé pena, aunque todos los días le traten mal, como a un Forrest Gump cualquiera. Quizás, como él, como Forrest, debería de comenzar a correr, y no parar.


*FOTO: DE LA RED


domingo, 6 de diciembre de 2015

TOÑO SANCHÍS, Y LAS CASUALIDADES DE LA VIDA



Este vecino del mundo nunca ha soportado que se haga leña del árbol caído, y esta semana pasada, hemos asistido, en frío, y en apenas un abrir y cerrar de ojos, al linchamiento de Toño Sanchís, que de manos de una de sus representadas, la número uno, y erigida extraoficialmente como “Princesa del pueblo”, ha vivido momentos de gloria, al menos para sus respectivos bolsillos.

Antonio Sanchís García, Toño Sanchís para la mayoría, quién lo hubiera dicho tan solo unos meses atrás, ha sido vapuleado, destruido su honor, su pasado y su futuro, utilizando las palabras de una persona/personaje, Doña Belén Esteban, que el paso de los años nos ha demostrado que no siempre lo que contaba era la verdad, al menos única, con presuntos amoríos, por ejemplo, paralelos a los de la "versión oficial".

Vaya por delante que Toño Sanchís no es una persona a la que este vecino ponga velas todas las noches, para que cumpla sus sueños. Pero tampoco puede olvidar que todos los que ahora le quieren dilapidar, hasta ahora comían de su mano, o han comido con él contándose sus cuitas.

Bajo la imagen de un exceso de confianza al llevar los asuntos de La Esteban, lo que prima al parecer es el resultado de una auditoría según la cual han desaparecido más de un millón de euros, y que ella, La Esteban, ha preferido tocar las campanas a arrebato antes que hablar unos segundos con el hasta ahora su representante, al menos según la versión oficial.

Una de las cosas que más chocan en toda esta historia es que quien cuenta todo esto, y en el foro en que se cuenta es, a la postre, la propia Cadena Alegre, y lo hace desde la óptica de quien no conoce nada de la historia. Y en esta España llena de pícaros desde el medievo, este vecino se pregunta un tanto retóricamente: ¿Un representante como Toño Sanchís, máximo proveedor de concursantes, famosos y sucedáneos, que tiene el poder o la suerte de colocar a sus representados en la mayoría de los programas de la cadena, de veras que no tiene nada que ver con ella, con esta historia?

Otra cosa que choca viendo el Sálvame Deluxe es que muchas de sus historias ocurren en paralelo o en directísimo con la emisión del programa. Es como si la casualidad viera siempre La Cadena Alegre.

Se pone el énfasis, estos días se ha recalcado varias veces, en que Toño Sanchís ha pasado de ser un vendedor de teléfonos móviles a uno de los representantes más importantes de España, y  no se dice nada, por otro lado, de dónde proviene la Princesa del Pueblo y el mismísimo Kiko Hernández, sin olvidar a cuñadas de folclóricas (que se fueron pero que van a volver), a exmujeres de cantantes caídos en desgracia y que ellas a su vez se convierten en una especie de traductora de sentimientos de tonadillera con problemas con la ley.

Y lo malo, o lo bueno, quizás, según se mire, es que todo tiene pinta de ser una especie de castillos en el aire, o piezas de un dominó gigantesco en el que puede haber, presuntamente, conexiones con la mismísima Cadena Alegre, porque no hay que olvidar que en muchos concursos / programas de la casa, uno de los mayores representantes, a menos a vista del público, siempre ha sido Toño Sanchís. En esta misma edición de Gran Hermano, según se dice, muchos de los concursantes más controvertidos son de su cuerda, como ocurrió en el último Gran Hermano VIP, que tanto La Esteban como Olvido Hormigos, enemigas irreconciliables, pertenecían a su camada, sin olvidar a Ylenia. ¿Hasta que punto puede ser válido, moralmente al menos, que varios concursantes que luchan entre ellos, vengan de la misma raíz?

Por las manos u oficinas del Señor Sanchís ha pasado todo tipo de gente, como un Boris Izaguirre, que casualidades de la vida, tuvo un papel muy activo en que la Señora o Señorita Belén Esteban en momentos en que estaba a punto de quedarse eliminada en el concurso “¡Más que baile!”, con el 10, lo máximo, que le dio el poseedor de doble nacionalidad, hispano-venezolana, como juez del programa, consiguió que siguiera adelante, y que a la postre fue la vencedora. Y por casualidades que tiene la vida, otra vez,  cuando se preparó el libro de Belén Esteban, el mismo Boris Izaguirre fue el encargado de hacer el prólogo y las entrevistas que conformaron ese proyecto. Y uno, desde la distancia, y que va hilvanando una noticia con otra, aunque pasen varios años, se sigue preguntando si son casualidades o intercambio de cromos.

Desde hace unos años hemos ido aprendiendo en esta cadena que todo vale para ser convertido en espectáculo, aunque fuera lamentable. No ha importado hablar de cuernos, o de presuntos cuernos, del dolor de unas familias que en el fondo tienen que sufrir que unos cuantos hagan dinero de sus miserias.

Y lo triste es que en toda esta tragedia de un Toño Sanchís al que ahora se le disfraza incluso de topo contra su representada, solo se llega a una triste conclusión, y es que Antena 3 se ha hecho con el liderazgo de las noches de los viernes, con un programa más que blanco, blanquísimo, y ellos en cambio ya no saben qué hacer con las suciedades que durante mucho tiempo han sabido convertir primero en noticia, y al final, y especialmente, en dinero contante/constante y sonante.

En la retina de muchos quedará esa imagen de Belén Esteban llorando compungida al enterarse, otra vez durante el programa, de que el hasta hace poco su representante y amigo-para-siempre, estaba internado en un hospital, al encontrarle su mujer "en muy mal estado", preguntándose si habrá sido su culpa. En un país que ya estamos acostumbrados a todo, al final seguro que nos enteramos de que la culpa es nuestra, porque entre otras cosas, todo lo hacían para que les viéramos y, naturalmente, compráramos, los productos que nos anunciaban.

Quizás alguien se debiera de dar cuenta de que el público, tanto televisivo como el de cualquier espectáculo en directo, somos como ese novillo que puede ser toreado a la luz de la luna, y que si lo haces durante cierto tiempo, aprende, y ya nunca más podrá ser toreado, porque ya no buscará la muleta, sino al torero.


Y en todo este asunto parece que alguien ha sacado un capote, pero todavía este vecino del mundo no sabe quién quiere dar las cornadas, a quién y por qué. Pero todo eso, al menos a este vecino del mundo, no hace olvidar que Antena 3 se ha hecho indiscutible propietario del PRIME TIME de los viernes noche, y eso, para unos cuantos al menos, es la mayor de las cornadas.

*FOTO: DE LA RED

martes, 24 de noviembre de 2015

PREGUNTAS A UN TELEVISOR APAGADO


Hoy se me ha estropeado la televisión. Y aunque estamos todavía, a pesar de la crisis, en una sociedad extremadamente consumista, no puedo comprarme otra televisión y tirar la actual, cosa que parece deducirse de muchas imágenes promovidas en los medios de comunicación, y tengo que esperar a que la arreglen.

Soy cabezón, tauro, y me he propuesto que aunque estropeada, lo que hasta hace poco era una televisión vivita y coleando, ahora, solo como mueble, también me tiene que servir para algo.

Me he sentado delante de ella con un whisky con hielo, para favorecer la comunicación, a modo de antena líquida, y mientras la miraba fijamente, este vecino del mundo ha comenzado a cavilar y hacerse una serie de preguntas, que en ningún momento ha pensado en contestarlas. Solo quedarán en el viento, y durarán lo que dure este whisky.

¿Por qué durante muchos años hemos pensado que tener muchos canales era lo más cercano a la perfección, y ahora al pasar por todos y cada uno de los canales, no dejamos de decir: “Más de lo mismo”?

¿Por qué desde hace unos años a los estrenos de las películas se les da el trato de noticias, hablándose de ellas en los informativos? ¿No es publicidad encubierta?

¿Por qué cada vez que Ylenia, la famosa Ylenia, la famosa porque sí, habla en televisión, parece que hay una diferencia horaria entre su cerebro y su boca?

¿Por qué Toño Sanchís representa a Belén Esteban, a Ylenia, y a Sofía de Gran Hermano 16, y todas ellas triunfan en la Cadena Alegre? ¿Fue antes el huevo o la gallina? ¿Triunfaban antes y él las fichó, o hay intereses ocultos para que triunfen unos, y otros no?

¿La juventud es como la que aparece en la Cadena Alegre? ¿Hay intereses ocultos para promocionar que la juventud solo sea fachada, es decir, un buen cuerpo, y solo ambición y envidia dentro?

¿La cadena alegre puede influir en que la juventud quiera dinero y fama rápidamente sin pensar en el futuro? ¿Nos espera un futuro de encefalograma plano? ¿Ésto le pudiera interesar al gobierno presente?

¿Es de recibo que los candidatos a las próximas elecciones busquen más el sorprender cantando, bailando y rompiendo su imagen supuestamente seria antes que destripar su programa electoral?

¿La programación actual de ciertos canales entre los que se encuentra la Cadena Alegre se podía denominar como “droga de diseño”? Y si fuera así, ¿a quién favorecería, a los políticos, a los bancos, todo es lo mismo?

¿Por qué si todos llevamos dentro un experto programador de televisión, los que sí llegan a serlo, lo hacen tan mal? ¿Les pasa lo mismo que a los políticos, que pierden la noción de la realidad, y confunden “noción” con “nación”  y diseñan una programación para unos espectadores ficticios?

¿Los máximos pensadores de las cadenas de televisión se han planteado alguna vez que con su manera de darnos publicidad, ésta puede ser nociva, y podemos realmente llegar a odiar aquello que publicitan?

¿En los basureros de los diversos canales pueden  también ser arrojados profesionales cuya sapiencia se desperdicia, y personas maltratadas porque solo importa el espectáculo cuanto más lamentable mejor?

¿Hay comentaristas y tertulianos que solo viven  cuando se encienden los focos, como una especie de efectos especiales, y por eso no conocen la realidad de nuestra sociedad?


He terminado el copazo.  Mientras, he descubierto que la televisión, como mueble, quizás me hace utilizar más el cerebro que viendo su programación. Verdaderamente, me voy a plantear si arreglo el televisor; porque la televisión, así en general, no hay quien la arregle. 

Hoy he pensado más que haciendo la quiniela, esa que nunca toca.

*FOTO: DE LA RED