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lunes, 21 de septiembre de 2015

AYER, CUANDO FUIMOS LOS MEJORES...


Cuando fuimos los mejores”, la canción de Loquillo, me vino a la mente ayer en el momento en la que la selección española de baloncesto se hacía con el cetro de Europa, cuando los chicos del Rey Gasol lucían sus medallas y la mejor de sus sonrisas.

Era un presente presentísimo, pero mi frase, o mejor la de la canción, ya tenía un cierto tufillo a ayer. Y es que cuando tienes mal cuerpo, estás en una crisis crónica, las buenas noticias siempre tienen fecha de caducidad.

En España siempre hemos sido de poner una pica en Flandes, o tres buenos pares de banderillas, aunque ahora eso sea como mentar a la bicha, o columpiarse en lo políticamente incorrecto. Siempre hemos sido de hacer la guerra por nuestra cuenta, y cuando el campo del deporte parecía que estaba yermo aparecía un Manolo Santana que ponía a España en el mapa, o un Ballesteros al que le querían adoptar en Inglaterra.

España siempre ha sido país de emigrantes y de buscarse la vida como pudieras, y en el deporte lo mismo, pero eso sí cuando ha aparecido alguien, al político de turno le han faltado décimas de segundo para ponerse en modo lapa fundido con la estrella del momento.

¿Cuál es el secreto del éxito en el deporte? En España no lo sabemos, en ningún sitio lo saben con certeza, pero aquí ni se preocupan. Los políticos tienen suerte, y los deportistas constancia y muchos sueños por cumplir. Porque los éxitos del deporte en España, al margen del fútbol, donde poderoso es Don Dinero, el resto es como las setas, que, aparentemente, aparecen de un día para otro. Pero, no lo olvidemos, siempre tiene que haber alguien regando y abonando el terreno, y esos, normalmente, no aparecen en las fotos, porque éstas siempre enfocan hacia arriba, y el secreto siempre está en la base. En unos padres que han hipotecado su vida, y muchas veces algo más, y unos hombres, y mujeres, de muy gris, que han dedicado su vida a recolectar los deportistas-setas que aparecían una mañana cualquiera, y allí estaban ellos pare reconocerlos.

Ayer fuimos los mejores.

Cuando fuimos los mejores
los bares no cerraban
cada noche en firme
a la hora señalada.

Cuando fuimos los mejores
las camareras nos mostraban
la mejor de sus sonrisas
en copas llenas de arrogancia..

Y ayer las ediciones de los periódicos estuvieron abiertas hasta que el último elogio se colocó en el punto exacto de cada editorial y en cada programa de televisión se repitieron hasta la saciedad las imágenes de Gasol y sus amigos, porque eso son especialmente,  pletóricos de felicidad y vida. Eso sube las cifras de share.

Ayer no hubo camareras sino políticos y “peces gordos” a la captura de cada uno de los objetivos para llenarlos con su presencia. ¿El resto de la historia? Es un déjà vu, y con el tiempo, unas fotos que ya nacieron amarillas.


Enhorabuena a todos y cada uno de los miembros de la selección y del cuerpo técnico. El resto no dejan de ser, como en los alimentos, productos químicos para mantener el sabor el máximo de tiempo posible, para que no hablemos en pasado y digamos “Cuando fuimos los mejores…”



*FOTO Y VIDEO: DE LA RED





viernes, 5 de septiembre de 2014

EL MACHISTA EMBOSCADO

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Mientras todos pensábamos que la sede de Bilbao en el Campeonato del mundo de baloncesto, iba a traer, y no nos engañemos porque siempre es el fin último, dinero para la ciudad y los habitantes del “botxo”, lo que sí ha traído, y prácticamente desde el principio, ha sido una gran controversia.
Para esta hora todo el mundo ya sabrá, el desafortunado incidente del pasado domingo durante el encuentro entre Nueva Zelanda y la República Dominicana. En el descanso, las animadoras saltaron al campo y Carlos Olías, el animador, dijo: "A quién no le gustaría pasar una noche loca con una de ellas".
Para ser justos y hacer una descripción exacta del momento en que esto se dijo, hay que comentar también que en ese momento había estado sonando en la megafonia del recinto “Bailando”, de Enrique Iglesias, que como ya todos hemos oído este verano, una de las frases de su estribillo es ese “pasar una noche loca”, y que el “speaker” utilizó, a la postre “desgraciadamente” para él, como despedida al grupo de “animadoras” que en ese momento dejaban la pista.
Al poco tiempo de ser comentado por una periodista que estaba en el recinto, las redes sociales arden con la noticia, y parte del problema también ha venido porque esa señorita ha sufrido un ataque en su honor desde las redes sociales, tweeter concretamente, del que ha tenido que dar parte a Emakunde.
El speaker, aunque ya había pedido perdón inmediatamente al grupo de animadoras afectadas, y a la organización fue cesado fulminantemente.
Quizás, también, a todo esto hay que añadir que la gente con todos los casos, que se van repitiendo de maltrato de género, está especialmente sensibilizada, pero quizás, incluso, hemos llegado a un punto de no retorno, de caza de brujas, por denominarlo de alguna manera, solo que aquí al contrario del caso de Estados Unidos," en lugar de cazar, en su momento, comunistas, se caza comentarios machistas.
El problema de todo esto es que el baremo lo pone cada oyente de frases desafortunadas.
Si los comentarios los hace una mujer con respecto al hombre, es moderna, desinhibida e incluso ocurrente. Y si lo hace un hombre..., hay que ir a por él. Lo mismo ocurre con los anuncios. Ahora hay anuncios en los que se pone al hombre haciendo el rol, y este vecino ya lo ha comentado en artículos anteriores, que antes hacían ellas. Hasta aquí todo perfecto, solo que la mayoría de las veces se hace “un chiste”, o, digamos también, bofa y befa de la situación, y si hubiera sido una mujer no se hubiera permitido.
Que haya un estamento en el País Vasco como Emakunde me parece perfecto, pero al final habrá que crear otro para el hombre, y a este vecino del mundo no le vale eso de que hasta ahora todos los estamentos han sido gobernados por y para los hombres.
En cierta manera, la figura del hombre, y por favor, que  se entienda bien, ahora está desprotegida, porque en cuanto alguien grita "machista", hay que demostrar que no lo eres.
¿Por qué a la hora de escribir la nota que ha dado origen a todo esto, se omitió que estaba sonando la canción de Enrique Iglesias, que da origen a la frase, y se cambió además, PRESUNTAMENTE, "quién pudiera pasar una NOCHE LOCA con una de las 'Dreamcheers'" por "quién pudiera pasar una NOCHE con una de las 'Dreamcheers'"?
Hemos de creer que no fue intencionada esa omisión, y es posible. Lo que sí es cierto, es que “el hombre”, en general, en esta España, tiene que medir muy mucho las palabras para no herir susceptibilidades, entre otras cosas porque los hombres no tenemos un departamento específico que vele por nosotros, y ante la primera acusación de machista, eres tú el que tiene que demostrar lo contrario.
De todas maneras, al final, y es un decir,  "la culpa", en este caso, es del sistema empleado en el baloncesto, que permite y fomenta las "animadoras" o “cheerleaders”, pero no advierte que no se pueden hacer comentarios de ningún tipo porque siempre puede haber alguien a quien le puede molestar. 
En un ambiente tan machista como es una exhibición de cheerleaders en el descanso de un partido de baloncesto, lo más nimio, a mi entender, es lo que dijo el speaker.
Y ya para terminar, durante muchos siglos la sociedad ha sido terriblemente machista, por supuesto. Pero ahora, tal vez,  hemos pasado al lado contrario, a la caza del machista emboscado, y más de una vez, quizás, no podamos distinguir entre un hecho real o un espejismo.

*FOTO: DE LA RED