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martes, 2 de febrero de 2016

EL ETERNO RUIDO DE SOÑAR CONTIGO...



Es curioso. Este vecino del mundo ojeando los periódicos digitales se encuentra con un titular que en el fondo pudiera ser un gran chiste:


Rita Barberá rompe su silencio y asegura que no ha adjudicado un contrato a dedo "en su vida".


Con respecto a la primera parte de la sentencia, “Rita Barberá rompe su silencio…”, raramente hemos visto a la Señora Rita Barberá callando, más que callada, porque siempre ha sido de esos políticos que se apuntan a un bombardeo. Y todavía recuerdo, desgraciadamente nunca lo podré olvidar, esas imágenes de toda una alcaldesa asistiendo desde una altura, en un gran balcón, a uno de los actos festivos de las Fallas.  Mientras, algún colectivo de "afectados por...", no recuerdo ahora exactamente cuál, se manifestaba, literalmente, a sus pies, con sus pancartas y letreros correspondientes y, ella entre risas les hacía todo tipo de mohines primero, y después abiertos gestos de repulsa. En una especie de aclaratorio discurso corporal se entendía claramente: “Yo no soy alcalde/alcaldesa de todo tipo de súbditos, sino del que se porta bien  y se calla”.


A la segunda parte de ese encabezamiento … y asegura que no ha adjudicado un contrato a dedo "en su vida" se podría argumentar que para adjudicar un contrato precisamente no hace falta hablar, sino asentir y buscar lugares comunes de entendimiento, como “tú me das y yo te doy” o “yo tengo y tú lo necesitas”.


Una vez soñé, y no lo había contado nunca por lo traumático que me había resultado el momento, con una Rita Barberá, sentada en el suelo, piernas cruzadas, sin ropa, pero colocada de tal manera que no se le veía nada, pintada totalmente de púrpura, y asemejándose a un gran Buda.


Fueron unos momentos, los del sueño y su traducción al despertarme, tensamente confuso-religiosos.



Recuerdo que me fijé en su mano izquierda, la cual se acercaba a su boca con un grano de uva negra entre sus dedos. En un momento dado sus ojos apuntaron a los míos y abrió, lentamente, su boca, como para decirme algo, y en ese momento se oyó un gran y húmedo eructo incrementado por un inmenso eco que duró incluso mientras ya estaba despierto…


¿Cuando los dioses no tienen nada que decir, solo originan fenómenos extraños?... Me lo he preguntado desde aquella mañana.


*FOTO: DE LA RED

domingo, 11 de agosto de 2013

LABEL DE EXQUISITEZ

La semana que termina ha tenido como uno de los “platos” fuertes, y nunca mejor dicho, en cuestión de noticias, y además de “futurible” comida, a una hamburguesa sintética obtenida por científicos holandeses. Lo único que rechina especialmente, por ahora, el precio que ha costado, la friolera de 250.000 Euros.
Este vecino se pregunta, puestos a cocinar carne cara y sin escrúpulos, ¿por qué no obtenerla mezclando empresarios y políticos? Así se juntaría la bravura de una educación exquisita y rancio abolengo con arrojo y arrestos para llevarse por delante a todo el que se interponga entre ellos y su objetivo en forma de dólar americano, y el saber hacer y el “look” correcto y tremendamente tradicional de un político curtido en las mejores dehesas de los mentideros patrios.
Más de uno se rasgará las vestiduras ante el menor atisbo de una presunta antropofagia, cuando estamos cansados de ver como nos deboramos los unos a los otros sin apenas un leve pestañeo, en todo tipo de trabajos.
Incluso ahora el gobierno quiere fomentar el “chivateo”, con tal de enterarse de la mala obtención del derecho al “desempleo”. Más carne destrozada, y candidata a ser modelada en hamburguesa. Sin olvidarnos de los empresarios que quieren bajar los sueldos un veinte por ciento, y convertir los contratos fijos en temporales.
Cuando eres joven, y vas probando diferentes comidas, a la vista de nuevos sabores, uno siempre pregunta la composición del plato que está degustando, hasta que un buen día se da cuenta de que no siempre el sabor va acorde con sus planteamientos, digamos aquí también, “morales”. Y a partir de ese día, no decide “no-comer”, sino que se decanta por “no-preguntar”.
Este vecino siempre se acordará del día en que comió “criadillas”, y lo mismo ocurrió con los sesos rebozados. La primera y última vez, y todo por preguntar su origen. Y sin embargo, por aquello de “lo que se come, se cria”, qué bien hubiera venido más de ambos.
Por lo tanto este vecino propugna una hamburguesa hecha de la mejor carne, de “reses” criadas en los mejores pastos y con “label de exquisitez en grado sumo”. Además, es totalmente ecológica, porque desaparecerán los deseos de construir, mediante el “pelotazo”, en paraísos de la naturaleza, y no solo no costará la cuantiosa suma gastada por los científicos holandeses, sino que evitaremos el tráfico de “chorizo” con sus sustancias nocivas para la vida del españolito medio
Se está acrecentando, desgraciadamente, una cultura del "no saber" del mirar hacia otro lado, antes de tomar decisiones que pueden llegar a ser dolorosas. Y conviene recordar aquello de quien calla otorga.

*FOTO: DE LA RED