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domingo, 17 de noviembre de 2019

MENTIRAS REPETIDAS Y ZUMOS CON EXPLOSIVO...



Mirando por la ventana para comprobar, aunque no haga falta, que tenemos por delante otro día de esos de frío y lluvia.

Este momento, el de mirar por la ventana, lo coge cualquier partido político y ya lo monta para echar la culpa al partido contrario por ese tiempo tan desagradable. Y si eso lo hace todos los días al final terminamos por creernos esas mentiras reiteradas.

Nuestras madres no es que nos dijeran mentiras, sino que nos aleccionaban con información que no siempre se correspondía con la verdad verdadera.

Hoy es el día, y ya estoy en la década de los sesenta, que comenzar a hacerme un zumo de naranja, es convertirme en una especie de Tom Cruise de Misión imposible, y que las naranjas, normalmente dos, pueden explotar en cualquier momento, si no consigo obtener su zumo en muy pocos segundos y bebérmelo raudo y  veloz, por aquello de que no pierdan las vitaminas en el proceso.

Cualquier día de estos me voy a rebelar aunque esté yo solo, y voy a empezar a dar voces en la cocina mientras desafío a la nada diciendo que no me apetece tomarme el zumo todavía, y que ya esperará hasta que me de la gana, que para chulo mi pirulo. Por cierto, esto último no lo hubiera sabido decir si no fuera un ávido consumidor de “Gran Hermano”.

Y es que, triste o felizmente, somos lo que vemos, y para educar hay que vivir conjuntamente, y no tener los hijos sólo al lado, y que los eduquen los profesores que para algo les pagan.

Quizás un gran fallo de estas generaciones que ya están dando el mando en plaza a sus hijos, es esa filosofía de “yo soy amigo de mis hijos”. Eso ha hecho mucho daño, especialmente a ellos, y algunos todavía no son conscientes de ello.

No es bueno generalizar, pero la mayoría de los machistas, por ejemplo, ya vienen hechos de casa. Y muy pocas veces hemos repartido, como padres, los mismos roles si son niños o niñas. Y el que esté libre de pecado que no tire la primera piedra, porque posiblemente esté mintiendo…, y lo sabe.

*FOTO: DE LA RED


lunes, 1 de julio de 2013

Y NADIE DICE NADA

Y ahora nos sale Miguel Bosé sin preguntarle nada de nada, pero eso sí en la portada de una revista, y nos aclara que no tiene dos hijos, sino cuatro. Lo que no aclara es si parará en esa cifra o cada cierto tiempo nos seguirá sorprendiendo.
Que cada uno puede hacer con su capa un sayo, es evidente. Lo único que uno pide, si es que puede pedir algo, o al menos pensar en alto, es que debería de haber una lógica en el comportamiento humano. Me explico. Si hay personas famosas, el Señor Bosé es una de ellas, y muy inteligente además, que recuerdan el derecho a la intimidad, cada dos por tres, luego que no anden enseñando retazos de su vida, a modo de anzuelo, si en el momento que quieran se van a hacer los estrechos.
Está claro, y ahora no me refiero al Señor Bosé, que hay personas famosas que utilizan el hablar sobre su vida para envolverlo en el paquete de promoción de lo último que tienen entre manos, en cuanto a trabajo se refiere.
Es más, si el común de los mortales se puede equivocar en cuanto a la educación de sus hijos, y la administración le podrá sacar tarjeta roja, lo mismo debería de pasar con los famosos. Ser una persona “importante”, artista, o lo que sea, no significa que no se pueda equivocar en la manera de educar a sus hijos, o incluso en la manera de ver la vida.
A todos nos viene a la cabeza el caso Mikel Jackson. Se ha dicho hasta la saciedad de que la mayoría de sus problemas le vinieron porque no se respetó precisamente su etapa de niño, y no pudo ser un niño normal, sino que tenía que hacer la vida de un hombre de negocios. Y nunca se ha sabido que la administración, en ese caso, americana, tomara cartas en el asunto.
Ahora, y desde hace años, hay una cantante americana, que tiene a su hija, todavía adolescente, como socia de su negocio de ropas, y su hija misma diseña, y por lo que parece hace una vida de adulto, obviando su edad.
En España tenemos también el caso de una mujer muy importante, que ahora no es española, y que tiene dos niñas de vientre de alquiler, y que muy poca gente ha podido verlas. Y por lo que parece, hacen una vida bastante separada de lo que es la sociedad “normal”. Y nadie dice nada.
Con el dinero ocurre algo curioso, mientras a unos les hace libres, a otros les amordaza.

*FOTO: DE LA RED