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domingo, 17 de noviembre de 2019

MENTIRAS REPETIDAS Y ZUMOS CON EXPLOSIVO...



Mirando por la ventana para comprobar, aunque no haga falta, que tenemos por delante otro día de esos de frío y lluvia.

Este momento, el de mirar por la ventana, lo coge cualquier partido político y ya lo monta para echar la culpa al partido contrario por ese tiempo tan desagradable. Y si eso lo hace todos los días al final terminamos por creernos esas mentiras reiteradas.

Nuestras madres no es que nos dijeran mentiras, sino que nos aleccionaban con información que no siempre se correspondía con la verdad verdadera.

Hoy es el día, y ya estoy en la década de los sesenta, que comenzar a hacerme un zumo de naranja, es convertirme en una especie de Tom Cruise de Misión imposible, y que las naranjas, normalmente dos, pueden explotar en cualquier momento, si no consigo obtener su zumo en muy pocos segundos y bebérmelo raudo y  veloz, por aquello de que no pierdan las vitaminas en el proceso.

Cualquier día de estos me voy a rebelar aunque esté yo solo, y voy a empezar a dar voces en la cocina mientras desafío a la nada diciendo que no me apetece tomarme el zumo todavía, y que ya esperará hasta que me de la gana, que para chulo mi pirulo. Por cierto, esto último no lo hubiera sabido decir si no fuera un ávido consumidor de “Gran Hermano”.

Y es que, triste o felizmente, somos lo que vemos, y para educar hay que vivir conjuntamente, y no tener los hijos sólo al lado, y que los eduquen los profesores que para algo les pagan.

Quizás un gran fallo de estas generaciones que ya están dando el mando en plaza a sus hijos, es esa filosofía de “yo soy amigo de mis hijos”. Eso ha hecho mucho daño, especialmente a ellos, y algunos todavía no son conscientes de ello.

No es bueno generalizar, pero la mayoría de los machistas, por ejemplo, ya vienen hechos de casa. Y muy pocas veces hemos repartido, como padres, los mismos roles si son niños o niñas. Y el que esté libre de pecado que no tire la primera piedra, porque posiblemente esté mintiendo…, y lo sabe.

*FOTO: DE LA RED


lunes, 16 de abril de 2018

RETRATO EN NEGRO



En la época en la que ha surgido la “posverdad” a la verdad le han puesto los cuernos disfrazados de trenzas y peinados al revés.

Los niños ya no juegan al columpio intentando llegar a la luna, directamente  tripulan naves espaciales más allá de Orión y del blade runner de turno en su video juego pirateado.

En los días en los que continuamente al hablar en público se diferencian los sexos, a todos les espera la misma indiferencia.

Ahora que se ha inventado el master de línea blanca, no se puede pedir sueños inmaculados a almas torpedeadas mil veces con publicidad negra. La felicidad se dice que está sobrevalorada  para impedir que busquemos el Edén soñado. Ya no hay un solo muro, sino muchos y de diseño, por supuesto a pagar por el más pobre.

Sin un despertar que comience por reconocernos a nosotros mismos frente a nuestro espejo con un pensamiento libre y propio, no podremos distinguir a los "replicantes" disfrazados de Moisés en el viaje a su “nuestra-tierra-prometida”, y que está al otro lado de ese telón de nubes negras populistas que les rodea y que nunca han querido convertirse.

Respirar verdad cada vez es más difícil en un mundo en el que las niñas ya no desean ser princesas, sino a tener millones de seguidores en su Instagram, mientras en sus fotos siempre se perfilan con morritos amorosos ofrecidos a la nada. Y los niños, siempre más perdidos que ellas, quieren los televisores más grandes para verse un día triunfando en el equipo de fútbol que les llevaría al estrellato.  

Hay días en los que te despiertas buscando la luz, y otros, tristemente la mayoría, en los que ya te levantas con tus zapatos de bailar la música que los de siempre han decidido que se lleva, con los pasos de baile marcados de antemano.

Hay días que son noche y su banda sonora es la soledad. 

*FOTO: DE LA RED