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domingo, 23 de octubre de 2016

REVISITANDO ... "ENAMORARSE"


Hoy vamos a inaugurar una nueva sección, y en la que de vez en cuando, y bajo el título “Revisitando … “ recordaremos películas ya vistas en su momento, pero que por uno u otro motivo, incluso como el de hoy, porque "simplemente me apetecía",  se han cruzado en nuestro camino, por su puesto de manera consentida, ya que no me imagino a ninguna película violando a algún espectador despistado…


No es mi intención revisitar toda la historia del cine, porque compromisos a largo plazo no los hace ni el gobierno (¡Esos, menos!), sino una película vuelta a ver que en su momento quizás me dejó indiferente y ahora he descubierto (más vale tarde que nunca) “su punto”, o al revés, películas que en su momento me encantaron/deslumbraron, y ahora no le veo el “por qué”.
Aunque bien pensado la relación de una película con cada uno de los espectadores es como el de una pareja que con los años, los usos, costumbres y experiencias van separando o uniendo más.


Demostrando que en “Revisitando” no hay ningún tipo de lista ni listón, hoy vamos a recordar, o incluso para los más jóvenes “presentar”, la película “Enamorarse” (Título original “Falling in love”) de 1984, y con una pareja de actores de altos vuelos: Robert De Niro y Meryl Streep. Bajo la dirección de Ulu Grosbard (junto a esta película, otras obras destacables suyas podrían ser “Georgia”, con la que estuvo nominado al Oscar, y “En lo profundo del océano”, con una de las mejores interpretaciones de Michelle Pfeiffer, y aconsejable, además, verla sin “rimmel” por lo que pudiera ocurrir).


En “Enamorarse” además hay unos secundarios de lujo como son Harvey Keitel, íntimo amigo de De Niro en la película y en la vida real, y colaborador en más de una de sus películas, Jane Kaczmarek, su mujer en la película, más conocida quizás en televisión, pero un valor seguro, y Dianne Wiest, la amiga íntima del personaje de la Señora Streep, (dos Oscar a actriz de reparto la avalan, y en ella siempre parece más importante lo que no te cuenta, sus silencios, que lo que te desvela).


Para los que no la han visto en su momento, jóvenes la mayoría, el argumento  es simple:
Un hombre y una mujer, ambos casados y de buen nivel social, en los que el dinero no es precisamente el problema, se conocen casualmente en una librería mientras compran los regalos de Navidad (muy bien la ambientación conseguida). Debido a las prisas y a la gran cantidad de gente, tropiezan e intercambian algunos de sus regalos. Después irán coincidiendo en el tren y compartiendo cafés, almuerzos, y sobre todo sentimientos….


Aunque en la película se note el paso del tiempo, en especial por esas hombreras que marcan una época, que no es la de ahora, la historia puede ser intemporal. Es de agradecer que el director no haya querido que rompamos a llorar, sino especialmente que nos veamos envueltos en un aroma a nostalgia, y a amor sin fecha de caducidad, donde lo importante no es el sexo sino los sentimientos. A destacar el tiempo que tardan en darse el primer beso.


Comprendo que pueda ser una película más para gente de cierta edad,  y que nos haga recordar especialmente esas historias que pudieron nacer, y que las dejamos morir antes de que afloraran, por miedo a un futuro incierto.


Siempre es grato recordar a un Robert De Niro, antes de que tuviera la cara más tensa que un tambor y más tics que Chiquito de la Calzada, que por una vez no tiene tampoco problemas con la ley, y a una Meryl Streep que siempre, siempre, está impecable. En esta película la Señora Streep, como dicho también para la Señora Wiest, es más lo que sugiere con sus miradas y gestos, que lo que dice, y en eso, nuestra Meryl, es una maestra.


Antes de terminar, es digna de mención la música, de David Grusin, en especial el tema principal de piano, y en el que se puede apreciar ese bagaje de jazz que el compositor lleva dentro. Todos conocemos ese tema, especialmente por programas radiofónicos, y la mayoría no sabe de dónde proviene, ahora es el momento de descubrir su origen y en todo su esplendor.



Película muy recomendable para verla en una tarde fría y lluviosa, acurrucado con nuestros recuerdos en el sofá. Me ha gustado más que en su momento; será que los años siempre te doman…


*FOTO: DE LA RED