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domingo, 5 de noviembre de 2017

VIGILANDO LA VIDA


Contradicciones de este mundo tan políticamente correcto que nos está tocando vivir: 

Me voy a preparar un gin-tonic en casa, y como la crisis si algo nos ha enseñado es que hay que pensar en el mañana, me lo hago de una marca blanca del supermercado de guardia. La tónica avisa que no tiene gluten. Eso está bien. Y va en la misma línea de esa leche que tomas en el desayuno, y que ya viene de fábrica con todo quitado, para que no sufras de exceso de grasa y colesterol, y que en lo único que se parece a la original es que sigue siendo blanca, pero con la sospecha de que ese “blanco” puede ser la ausencia de todo.

Ayer mismo, un amigo se dejó asesorar por un camarero y se bebió un “chupitazo”, porque el tamaño era ex profeso para un chicarrón del norte.

El brebaje debía de ser tan sano, tan sano, que el camarero-gurú le metió todo tipo de plantas. No se lo dije a mi amigo, por no estropearle el trago, pero al ver la propuesta a degustar, no pude por menos que acordarme del Ganges después de un funeral…

Llegará un momento en que el consumismo conseguirá convertirnos en los muertos más sanos del mundo.


De todas maneras, conviene seguir vigilando la vida con ojo crítico, pero al mismo tiempo, con mucho humor/amor, más que nada porque no nos queda otra; y observándonos podremos seguir aprendiendo de nuestros continuos errores, y en otra vida, si nos dan la posibilidad, opositar al Nirvana en mejores condiciones.

*FOTO: DE LA RED

domingo, 23 de agosto de 2015

EL DESTINO Y SU MALA LECHE



¡Lo curiosa que es la vida!

Antes de nada, mis lectores por correos internos me suelen decir que tengo muy mala leche, y que entre ironía e ironía reparto collejas, muy bien puestas eso sí.

Todo lo anterior según opinión de mis lectores, que también pueden ver las cosas de manera contraria, porque como comenzaba, lo curiosa que es la vida, que sabe rizar el rizo de la ironía. 

Ayer me enteré que la actual pareja sentimental de Antonio Banderas, Nicole Kimpel, tiene una hermana gemela, Bárbara, aunque en realidad bárbaras están las dos, que para eso son iguales. Y nada más enterarme de ello, una sonrisa, quizás malvada eso sí, afloró en mi rostro. Tantos años, unos veinte, los que duró la historia de amor de Antonio y Melania, con la sombra de una enfermedad, el alcoholismo, siempre al fondo de la relación, y ahora, el que ve doble es él.

Por cierto, lo mismo que en el cine el Señor Antonio Banderas usará dobles para las escenas de acción, vistas las imágenes de su baile con su novia en las gradas durante la actuación de Lionel Richie en el Starlite de este año, mejor que fuera pensando hacer lo mismo, usar un doble,  en este tipo de escenas de sublimación del amor. Y es que en teatro se utiliza la expresión "pasar la batería" para hacer cómplice de sus sentimientos al espectador, y en este caso lo único que hacía sentir, al menos a este vecino del mundo,  es una especie de estupefacción ante el cambio tan grande de comportamiento al que nos tenía acostumbrado.

Estoy seguro de que muchos me van a decir que este vecino del mundo es muy, muy, malo, pero en realidad él lo único que hace es leer entre líneas.

También es irónico el destino de Don Kiko Rivera Pantoja, el único de los tres hijos de Paquirri, Don Francisco, que no se dedica a los toros. Y, sin embargo, es el que más relacionado está con el mundo de los cuernos. En ese sentido, hace unas faenas de aliño resultonas al comienzo, teniendo en cuenta las armas con las que cuenta, que son más bien pocas; y desastrosas, esas mismas faenas, en la conclusión. 

Lo mismo que para defender al mundo de los toros, siempre se dice que da de comer a muchísimas familias, el mundo de los cuernos de Don Kiko también da de comer a mucha gente, empezando por él, y siguiendo con las afectadas/damnificadas, y con todos los que en cierta manera se llevan un porcentaje, periodistas y televisiones incluidas, por el hecho de que el también dj sea presuntamente de bragueta rápida y amnésicamente fiel.

Lo dicho, la culpa no es del que observa, sino del destino que cuando menos es juguetón.

*FOTO: DE LA RED