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jueves, 13 de agosto de 2015

LA CABRA TIRA ... AL NEGLIGÉ



Formando parte del, digamos, batiburrillo veraniego en Agosto, estamos en plena noche de las Lágrimas de San Lorenzo, que como cada año y en el argot de la lotería no me ha tocado ni la pedrea de ver tan solo una de ellas. Bueno, mirando desde la ventana y por la noche, naturalmente, he descubierto que la morena del edificio de enfrente, aparte de que, y dado la estrechez de la calle que nos separa, he notado que se ha cambiado de perfumé, por uno más afrutado,  llevaba un negligé trasparentemente negro, que puede ser que fuera de mala calidad, porque me ha teñido del mismo color negro. Por cierto, bailaba sola, sensual pero sola, o quizás, conmigo en la distancia...

Me he sentido una mezcla de James Stewart en “La  ventana indiscreta”, y el protagonista de “Doble de cuerpo” vigilando a una desprendida (de ropa) y joven, Melanie Griffith. Pero, eso sí, el observador, yo, con muchísimo más calor.

Y es que la vida hay que tomársela  como viene,  eso sí, poco a poco, para no empacharse. Que en lugar de una lágrima de San Lorenzo, descubres una estrella, rutilante eso sí, pero de carne y hueso, muy cerca de ti…, pues a nadie le amarga un dulce, y además hay que amortizar las lentillas y aguzar la vista, aunque sea unas décimas de segundo, porque yo no quería, pero ha sido una verdadera casualidad…

Como vulgarmente se suele decir, “estando en éstas”, he pensado que lo curiosa que es la vida, mucho tema espiritual: la búsqueda de nuestra razón de ser, si hay algo en el más allá, en el caso del que más allá exista, o incluso lo que pudiéramos denominar “asuntos de la ciencia a nivel de usuario”, intentando ver algo de las Perséidas, y al final nos conformamos con nuestra vecina en, digamos,  estado de gracia. Es lo mismo que hablar todo el día de que no hay nada mejor que los documentales de la 2, y al final te pillan viendo “Sálvame” en cualquiera de sus versiones. Y es que no nos engañemos, la cabra siempre tira al monte, y los hombres, en cuanto nos dejan, perdemos no solo los papeles, sino hasta el orgullo, eso si alguna vez lo tuvimos.


Y ahora, qué excusa me invento para decirle a La Nuri, mi sufrida, si me ve “buscando las Perséidas”, por ejemplo, en pleno mes de Octubre. Se admiten sugerencias. Si al menos existiera Superman con sus vuelos…

*FOTO: DE LA RED

jueves, 4 de julio de 2013

DONANTE DE TODO

Esta mañana sobre las once camino despistado por la calle, mi manera natural de ser. De pronto tengo la sensación de que la acera se mueve y todo el mundo mira frente a mi. Una morena, más de uno ochenta de mujer, mujer, pasa a mi lado sin mirar a nadie, sabiendo que todos la miran. Tiene de todo, bien colocado pero para donar, y no me refiero a kilos de gordura. Da la sensación de que o todo le queda corto, o que se asoma por encima de su cazadora de cuero. Aunque todavía está a unos dos metros de mí, le puedo ver hasta los poros de la piel. En cualquier momento parece que la ropa le puede estallar, y seguro que tenemos un problema. Hay algo que me parece raro, pero no se decir el qué. Después, la oscuridad. Es como si un sistema de autodefensa haya actuado y me ha abstraído de la realidad durante un buen rato.
Habrá pasado más o menos un cuarto de hora cuando he vuelto otra vez en mí.
Ahora estoy al lado de una perfumería. Es una cadena importante. Una dependienta se dirige a su encargada y le dice: -¿Ya has visto cómo he ordenado todo?
-Sí, muy bien. Ya me he fijado – le contesta la jefa – Ahora has puesto aquí los productos obsoletos. Está muy bien así.
-Me alegro que te parezca buena idea. Por cierto, últimamente estoy vendiendo mucho eso. Nunca me había ocurrido. Todo el mundo viene preguntando por estos productos.
No he alcanzado a oír la respuesta de la encargada, ni me interesa.
Está claro que la gente se está buscando la vida como puede, y dándole al cerebro para intentar seguir con su manera de vivir anterior, pero intentando ahorrar al máximo, o al menos no derrochar.
De pronto, y sin venir en teoría a cuento, me he acordado de la morena donante de todo. Al verla por primera vez había algo que me había parecido diferente.
Ahora tengo una duda, y es que creo que ella por un motivo u otro, o no ha vuelto a casa por mucho tiempo, o no tiene más ropa, y ha crecido dentro de lo que lleva puesto.
En estos días inciertos, todo es posible menos la normalidad.

*FOTO: DE LA RED