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viernes, 15 de noviembre de 2019

CUENTA ATRÁS, LA NAVIDAD AL FONDO



El primer velo hacia la Navidad ya ha caído, encarnada por la “inauguración extraoficial” que siempre supone el anuncio del sorteo de la lotería del 22 de Diciembre.

En realidad, este año no es un anuncio sino cuatro; pequeñas historias que tienen al sorteo de la lotería de Navidad como una especie de nexo (de ahí quizás su lema de este año,  “unidos por un décimo”) entre el problema y parte de la solución, ya que un dinero inesperado, aunque siempre deseado, nunca viene mal como tabla de salvación en cualquier inundación de problemas.

Otra coincidencia, y ésta muy importante, entre todas las historias es que la forman en cierta manera parejas inesperadas que se sienten unidas, quizás, por el pequeño drama o huracán de sentimientos que está atravesando una de ellas.

A destacar que en todas “los cortos” hay caras conocidas al servicio de una intensa historia...

Pilar y Félix”, o ese suegro que en el fondo se niega a tener que olvidar oficialmente a esa nuera que para él siempre seguirá siendo de la familia. Ramón Barea y Lorena López Borial nos han traído su enorme verdad en unos personajes que nos harán soltar incluso una lagrimita de comprensión, "porque a mí me pasó lo mismo".

Carmen y Víctor” en esa pequeña historia hospitalaria que no podía faltar entre enfermero (Edgar Costas) y paciente (Bárbara Santa-Cruz) que se siente prácticamente desahuciada. Con el fin de animar, y darla cierta tranquilidad,  Víctor toma la rápida decisión de compartir su décimo con ella antes de llevarla a Rayos.

Ramón y José”, protagonizada por un padre, Mauro Muñiz, que ante la mirada de su esposa, ha comprado décimos para todos, excepto para el nuevo novio (Diego Olivares) de una de sus hijas, alegando que casi no es de la familia.  Quizás proveniente de ese “vininchi”, está lleno de inexperiencia, mucha esperanza y toques de humor fresco.

Y por último, “Emilio y Gloria” o la pequeña historia, como todas en aproximadamente  minuto y medio, de ese gerente,  interpretado por Juan Manuel Lara, que en el fondo se niega a ceder los trastos de la empresa que fundó a su hija, una María Morales comprensiva y tierna, que utiliza el décimo de lotería navideña que regala a su padre, como homenaje a toda su vida dedicada a ese pequeño negocio.

Los anuncios comienzan a emitirse hoy en televisión y cada historia se nos irá acercando semanalmente. No son el típico anuncio navideño que quizás esperabas. Pero no defraudan. Podrían haber formado parte de aquella película tan entrañable, y siempre navideña, "La gran familia".

La cuenta atrás hacía la Navidad ha comenzado. Ni queremos ni podemos pararla.

*FOTO: DE LA RED

sábado, 16 de junio de 2018

ÁGATHA, Y SU TRAJE DE PALABRAS


Hay personas, de esas famosas y que no conoces, ni seguramente conocerás nunca, que sin saber por qué, de siempre te han caído muy bien. Y Ágatha Ruiz de la Prada es una de ellas. 

Leo hoy en El País, versión papel, y ví ayer por televisión en esos antiguos "ecos de sociedad" que por momentos tan bién representa "Corazón", de la primera de TVE, que esta semana ella y su recién estrenado novio, Luís Miguel Rodríguez (que no diré eso de "El Rey de la Chatarra", porque como hubiera dicho mi padre "no parece que le hace mucho chiste"), han aparecido juntos en una fiesta de Vanity Fair en Madrid. En la frase anterior iba a decir "nuevo novio", pero no sé por qué sentía que en eso iba implícito el que ya había jalonado su vida últimamente con variada compañía masculina, y nada más lejos de la realidad, en el caso de Doña Ágatha, que siempre ha sido muy suya.

A lo que iba. A la pregunta que obviamente le hicieron sobre su pareja, ella dijo "Me encanta cómo recicla". Para muchos será una tontería, pero para este vecino es una más de las genialidades de la diseñadora. 

Quizás también puede ser que uno ya esté cansado de oír siempre la misma respuesta en esos casos, y es la de "A mí me gusta mi novio porque me hace reír mucho". Y uno, que se cree bastante gracioso, tiene la sensación de que hay que ser, como mínimo, monologuista para, como al menos se decía antes, coger cacho. Aunque al rey de los monologuistas, que ni él sabía que lo era, ni que lo iba ser, Don Miguel Gilatampoco le imagino con una novia en cada camerino, en ropa interior y tronchándose de risa.

La verdad es que a Ágatha Ruiz de la Prada le he visto ultimamente lidiando con los reporteros del corazón, que a pesar de su larga vida en los medios, ella, por lo largo y consolidado de su matrimonio no estaba acostumbrada a ésto. Y les pone cara de "¿me lo preguntáis en serio?"

Muchos olvidan, periodistas y sucedáneos, que al hacer una pregunta, no sólo se retrata el que contesta. Y es que hay preguntas, que las mires por donde las mires, no hay, verdaderamente, por donde cogerlas. Por eso, estoy seguro que tras la respuesta del "reciclaje", la artista, sin muchos de los reporteros darse cuenta, les estaba haciendo un traje de los suyos, de los de todo corazón... Ágatha, una gran genio, como siempre.

*FOTO: DE LA RED


lunes, 27 de mayo de 2013

TENER UN NOVIO "VINTAGE"

Todos tenemos imágenes en nuestros recuerdos, de bien pequeños jugando con el baúl de los abuelos, y probándonos los hallazgos. Sin saberlo ya estábamos siendo modernos.
Desde hace bastante tiempo se ha puesto de moda el vestirse con rompa de los años cincuenta-sesenta, y anteriores. Y como a todo hay que clasificarlo se le ha llamado “vintage”. Además como “vestigios” del pasado hay lo que hay, cada vez es más difícil encontrar ropa de antes, y los precios van subiendo.
A esto se ha unido la crisis económica, y quieras o no, el vestirse como uno pueda, incluso con roturas, ayuda a la persona metida en problemas.
Desgraciadamente, lo más vintage sin embargo, son los sueldos. Se trabaja habiéndose pertrechado previamente de todo tipo de “masters”, y viajes por Europa, para reciclarse antes de quedarse obsoleto, y sin embargo los sueldos son normalitos para los años setenta, y “vintage” para nuestros días.
Aunque para vintage, vintage, las ideas de nuestro gobierno, y curas de cabecera, que en este caso parece que van de la mano, con ideas del cuaternario, y por si hubiera alguna duda al juzgarlo, el mismísimo Rouco Varela, recogiendo una idea de una novela, primero, y película después, pero como no podía ser de otra manera, ahora en plan superproducción, busca nada menos que a ocho exorcistas para su diócesis madrileña. O cree que están, lo que vulgarmente se denominaría, como “todos locos” en su diócesis, o prevé un aumento del vicio y corrupción con ayuda satánica en el futuro proyecto  Eurovegas.
Este movimiento, sin embargo, no se lleva también al lado amatorio, y nunca se tiene un novio “vintage”, sino que algún gracioso madrileño, lo llamaría “viejales” , y a ella como mínimo “aprovechada”. Es curioso, porque el hombre o mujer “vintage” siempre se presupone que tiene que tener dinero para “atraer” a la otra persona, con la diferencia de que él, al contrario de ella, no sería aprovechado, sino “gigoló”, que por cierto, al utilizar palabras en otros idiomas, se le da un significado especial. Es algo así como si lo malo no estuviera contemplado en nuestro idioma, o todo lo malo, si lo es, viene de fuera. Lo mismo funciona con las denominaciones de los nativos de un país, siempre será mejor para nosotros lo español. 
No se puede comparar, por ejemplo, una tortilla española, con todo lo que se le puede incluir, que una tortilla francesa, aunque como excepciones hay siempre, el gobierno que tenemos, netamente a la española, nos está dejando con un presente-futuro plenamente “vintage”, aunque quizás en la misma etimología de la palabra podemos encontrar la solución, si la hay, y es que “vintage” proviene del anglo-normando, y esta palabra a su vez del francés antiguo “vendage”, siendo una evolución de la palabra latina “vindemia”. Y como ya estamos hablando de vinos, habrá que recurrir a ellos para olvidar, y mediante su venta y consumo empezar a revitalizar la industria otra vez, que al final es el “quid” de la cuestión.

*FOTO: DE LA RED