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domingo, 5 de abril de 2020

¿VERDADES ESTÚPIDAS?



Ya solo nos faltaba que hasta los dibujitos de Google nos recuerden que debemos de quedarnos en casa. Una cosa es que haya caraduras en todas partes, e insolidarios, y egoístas, y otra cosa es que nos restrieguen el “quédate en casa” por la cara hasta hacer sangre, por culpa de unos insensatos.

Siempre se ha dicho que la letra con sangre entra, y como no les puedes atizar con un letrero que diga “te tienes que quedar en tu puta casa”, pues les aparcas un multón entre mano y mano, que sea algo así como el padre y la madre de todas las multas, para que se vayan enterando. Y si fuera por este vecino del mundo, con un suplemento por intento de cachondeo a la autoridad competente, o no, que si seguimos así todavía estará por validar lo de la competencia...

En otro orden de cosas acabo de ver los ocho capítulos de la cuarta temporada de “La casa de papel”. Y sin ánimo de hacer ningún spoiler, o dicho en el idioma de Cervantes, sin desvelar nada que pueda ser determinante a la hora de que otros vean más tarde la serie, si seguimos así, en próximas aventuras cada vez habrá más gente en el pasado que incluso en el presente.

Y hablando del idioma de Cervantes, no me gusta nada que la copia que nos distribuyen a los que hablamos español de España, los títulos de crédito estén en inglés. ¿Os imagináis si eso ocurriera con una serie francesa?

Nos pasamos horas enteras diciendo que con esta serie hemos puesto una pica en Flandes, y en cualquier lugar del mundo, y después aceptamos disfrazarla de británica o americana, por aquello del idioma y no contradecir a papá Netflix.

Cualquier día le vemos a Antonio Banderas con su piel oscurecida en varios tonos, por aquello de que para los americanos todo hispano es de color, y no es cuestión de contradecirlos. 

Hay cierto tipo de verdades, y todos las reconocemos, que no son verdaderas, sino estúpidas, y más bien una especie de peaje, o de bajarte los pantalones, para que te sigan dando los de siempre.

*ILUSTRACIÓN: GOOGLE



viernes, 15 de noviembre de 2019

CUENTA ATRÁS, LA NAVIDAD AL FONDO



El primer velo hacia la Navidad ya ha caído, encarnada por la “inauguración extraoficial” que siempre supone el anuncio del sorteo de la lotería del 22 de Diciembre.

En realidad, este año no es un anuncio sino cuatro; pequeñas historias que tienen al sorteo de la lotería de Navidad como una especie de nexo (de ahí quizás su lema de este año,  “unidos por un décimo”) entre el problema y parte de la solución, ya que un dinero inesperado, aunque siempre deseado, nunca viene mal como tabla de salvación en cualquier inundación de problemas.

Otra coincidencia, y ésta muy importante, entre todas las historias es que la forman en cierta manera parejas inesperadas que se sienten unidas, quizás, por el pequeño drama o huracán de sentimientos que está atravesando una de ellas.

A destacar que en todas “los cortos” hay caras conocidas al servicio de una intensa historia...

Pilar y Félix”, o ese suegro que en el fondo se niega a tener que olvidar oficialmente a esa nuera que para él siempre seguirá siendo de la familia. Ramón Barea y Lorena López Borial nos han traído su enorme verdad en unos personajes que nos harán soltar incluso una lagrimita de comprensión, "porque a mí me pasó lo mismo".

Carmen y Víctor” en esa pequeña historia hospitalaria que no podía faltar entre enfermero (Edgar Costas) y paciente (Bárbara Santa-Cruz) que se siente prácticamente desahuciada. Con el fin de animar, y darla cierta tranquilidad,  Víctor toma la rápida decisión de compartir su décimo con ella antes de llevarla a Rayos.

Ramón y José”, protagonizada por un padre, Mauro Muñiz, que ante la mirada de su esposa, ha comprado décimos para todos, excepto para el nuevo novio (Diego Olivares) de una de sus hijas, alegando que casi no es de la familia.  Quizás proveniente de ese “vininchi”, está lleno de inexperiencia, mucha esperanza y toques de humor fresco.

Y por último, “Emilio y Gloria” o la pequeña historia, como todas en aproximadamente  minuto y medio, de ese gerente,  interpretado por Juan Manuel Lara, que en el fondo se niega a ceder los trastos de la empresa que fundó a su hija, una María Morales comprensiva y tierna, que utiliza el décimo de lotería navideña que regala a su padre, como homenaje a toda su vida dedicada a ese pequeño negocio.

Los anuncios comienzan a emitirse hoy en televisión y cada historia se nos irá acercando semanalmente. No son el típico anuncio navideño que quizás esperabas. Pero no defraudan. Podrían haber formado parte de aquella película tan entrañable, y siempre navideña, "La gran familia".

La cuenta atrás hacía la Navidad ha comenzado. Ni queremos ni podemos pararla.

*FOTO: DE LA RED

miércoles, 16 de diciembre de 2015

LO QUE LA VERDAD CONLLEVA


Algunas veces, siempre, cuando se pide que te digan la verdad, conviene mantener una conversación interior sobre si verdaderamente quieres saberlo, o quieres que la supuesta verdad tenga el esquema que previamente te has montado en tu interior. Porque la verdad puede ser dolorosa, sobre todo si involucra a tus seres queridos, más incluso que sobre ti mismo, porque, personalmente, creo que eso lo podría “manejar” mejor, que la figura de tus seres queridos. Quizás, porque éstos han podido formar tu geografía interior, tus valores, la manera de ver y deglutir las señales que recibes del exterior.


Durante muchos años ves la vida según tus padres (aunque en tu interior haya surgido ya la chispa de la rebeldía), quizás bajo la apariencia de lo que es tradicional, aunque solo sea costumbre en tu casa y porque alguno de los dos miembros, padre o madre, lo quisiera de esa manera.


Digamos que, durante muchos años, la figura de la ley, o la justicia, esa señora con los ojos tapados y una balanza, tendría fisonomía que en cierta manera recordara a nuestra familia, hasta que un buen día te vas dando cuenta de que una cosa es predicar y otra dar trigo, y que tanto tu padre como tu madre se pueden confundir, y de hecho lo hacen. Y la seguridad del suelo en el que habías pisado con fuerza hasta ese momento, puede ser ahora tan firme como unas arenas movedizas.

Y a todo el proceso anterior se le llama madurar, crecer, e incluso hacerse adulto. ¡Hay que joderse! Al final la vida misma está llena de publicidad engañosa, y no existe una OCU a la que puedas ir contando tus cuitas. En realidad sí hay alguna, que bajo la forma de “vamos arreglar lo espiritual”, al final lo que quieren es venderte la moto de lo suyo. Incluso, algunos te pueden limpiar tus pecados más blanco que las otras religiones o que los otros partidos políticos.

Quizás, y solo quizás, si la belleza está en tu interior, tal vez sea prima hermana  de la verdad y cuñada de las buenas maneras, y “acuñaron” entre todas esa frase de “no hagas o no quieras para los demás, lo que no quieres para ti”. Fácil de decir, pero difícil de llevar a cabo, porque nosotros somos nuestros mejores amigos, y con mucha frecuencia nos dejamos sobornar por nuestro propio amiguismo, que si es exacerbado se apellida “soberbia”, porque el nombre, o la excusa, siempre la pones tú mismo.


¿Seguro que realmente querías saber la verdad?

*FOTO: DE LA RED

jueves, 6 de agosto de 2015

PENSAMIENTOS F.M.



Puede que este vecino del mundo sea raro, incluso muy raro, pero algunas veces me pongo a escribir para comprobar no sé si lo que estoy pensando, sin saberlo, pero sí lo que me inquieta. Ignoro si a eso se llama “musas”,  pero están ahí, en una especie de segundo nivel, escondidas de la realidad pero trabajando como hormiguitas. Solo hay que saber que están y por dónde, y buscarlas. Este vecino del mundo lo llama pensar en FM (fuera de la moral, o dicho de otra manera, a calzón quitado).

Ayer salieron unas nuevas encuestas en las que, según parece, el Partido Popular ha cogido nuevo brío, y sigue siendo la primera fuerza electoral. Hay que aprender de la historia, y si la literatura en primer lugar considerada como “fantástica”, de un tal Julio Verne, al final se convirtió en obra de todo un visionario, al tomar cuerpo sus ensoñaciones,  no va a ser este vecino del mundo quien diga que esas encuestas están equivocadas. Sin embargo, si sería de preocupar que cuanto menos  piensan en nosotros, a los del gobierno me refiero, más pensemos en ellos como padres tutores del futuro de nuestros hijos, e incluso nietos.

Y es que en realidad de eso se trata al poner el futuro de ellos, de los nuestros, en sus manos. La duda que tengo, inocente, siempre inocente, como os podéis imaginar es que, al menos según presuntos hechos, no saben distinguir la importancia de ciertas cosas. Mientras han dado presunta cobertura a celebraciones de cumpleaños a particulares, o particulares fiestas de cumpleaños a gente de su entorno, con nombres y apellidos, que es lo mismo, a la hora de dar cobertura a ciertos entornos sociales se deben de encargar organizaciones no gubernamentales, que no nos engañemos, cuya financiación sale del mismo sitio: de nuestros casi anoréxicos bolsillos.

Quizás al final no sea este vecino del mundo el único que piense en una especie de segunda dimensión, que solo sabremos que existe cuando realmente la busquemos en momentos importantes, como puede ser la búsqueda de un nuevo pastor de la manada para salvaguardarnos de los lobos, y que no se alíe con ellos.

Preocupante lo que hoy estoy pensando en esa segunda dimensión, pero más preocupante puede ser lo que pueden estar pensando en ese mismo nivel FM, o a calzón quitado, personas a las que en un tiempo cercano, podemos llegar a poner el futuro de nuestros hijos y nietos en sus manos…Y me temo que en ese momento, las musas ni nos van a ayudar, ni van a querer.



*FOTO: DE LA RED

viernes, 20 de marzo de 2015

¿FELIZ POR DECRETO?


Ayer, día del padre, entre las cosas que me regalaron estaba el famoso libro “Yo fuí a EGB”, de Javier Ikaz y Jorge Díaz. Tras agradecerlo les comenté que ya había oído hablar del libro y de su éxito, pero que, en realidad, yo no había hecho la EGB.
Ante la cara de asombro de uno de mis hijos, con cierta sorna le dije: -Ha habido vida antes de la E.G.B.” -Como ya me conoce, le afloró una sonrisa en los labios. –Cuando yo estudié- proseguí con una seriedad fingida – no existían ni los pupitres.- Puso cara de “otra chaladura de mi padre” y desconectó yéndose.

La primera vez que sientes el paso del tiempo es cuando alguien más joven que tú te habla de usted al abordarte en la calle para preguntarte, por ejemplo, la hora, o pedirte un cigarro. Pero cuando verdaderamente te hace mella, ya que tú te sigues sintiendo igual que siempre, es cuando tienes que explicar algo que parece evidente para ti, porque lo has vivido durante mucho tiempo, y los demás no tienen ni repajolera idea de qué estás hablando. Por ejemplo, los famosos cassettes, esos que se podían restaurar si la cinta se saltaba unos metros, girando un bolígrafo Bic en su interior. Lo tenemos tan interiorizado, que la extrañeza va por ambos lados. Por nosotros, en los que el cassette fue en un momento dado símbolo de que los tiempos evolucionaban, que es una barbaridad, y por la gente joven, una generación criada mamando los bits, para los que el cassette tiene que ser como un hacha de piedra. 

Por cierto, hoy es el día internacional de la felicidad. Esperemos que no salga Doña Dolores de Cospedal en el mismo tono que sus declaraciones de no silbar al himno español durante la final de copa, que sino suspenden el partido, y lo juegan con el campo vacío, y nos diga que si no somos felices que nos marchemos de España. Porque en ese caso además les haríamos un favor, ya que acabarían con gran parte de los parados, siendo ya el problema de otros. 
Este vecino siempre que se celebra un día internacional se pregunta para cuándo el día internacional del rico, e inmediatamente siempre llega a la misma conclusión: ese día lo es siempre, pero claro, solo para unos pocos.


La verdad es que cuanto peor estamos, en cuestión de paro, y de choriceo en general, sale alguien y lo empeora contando ese chiste de que el PP, con relación a las donaciones que recibe, es igual que Cáritas, y hoy el Señor Montoro, santo y seña de nuestra Hacienda, en lugar de envainársela ante la prensa, tiene la desfachatez, porque no hay otra palabra que mejor defina ese hecho, y sigue  en esa defensa. No solo es la jeta que tiene este gobierno, sino la sensación, que es lo peor, de que a la gente no es que no nos tomen enserio, sino que nos toman por tontos; esos mismos tontos, dicho sea de paso, que quieren crear bajando las becas, y subiendo las tasas universitarias. Me parece que este vecino hoy no va a poder ejercer lo del día internacional de la felicidad… 

*FOTO: DE LA RED

jueves, 4 de septiembre de 2014

OTRO TIPO DE GALLETA



Se supone que cuando se diseña un anuncio, para televisión especialmente, ha habido un estudio previo. Y entre otras cosas se ha tenido en cuenta la manera de presentar el producto. Por eso nunca he entendido el objetivo que está detrás del anuncio de las galletas Chiquilín.
Ese niño que vuelve a casa tras, se supone, hacer los recados, y que con gestos más que ostensibles a su hermano pequeño, de que sabe lidiar con la situación, a la pregunta de su madre de si ha traído “los cereales, los huevos, y la miel”, le presenta en su lugar las galletas, se mire como se mire es de juzgado de guardia. ¡Ojo! Digo el comportamiento del niño, no del anuncio.
Llevaba ya mucho tiempo desaparecido ese “mensaje comercial”, como algunos pedantes los denominan, y este vecino del mundo pensaba, afortunadamente, según su opinión, que ya había sido desechado para su uso. Sin embargo, con mucho pesar suyo, está otra vez en antena.
No sé si os habrá ocurrido a vosotros, con algún otro "consejo comercial", y me podáis entender, pero es que, literalmente, no lo soporto. 
El escenario para presentar un producto no se puede decir que, en el mejor de los casos, es más que dudoso. Ese hijo, resabido y autosuficiente, y esa madre que se deja torear, y que al final de la historia, parece que encima se alegra de la ocurrencia de “su niño”, cambiando los recados que se le ha mandado, para, al fin y al cabo, traer lo que a él le sale de sus mismísimas ganas, se mire como se mire, no es nada afortunado.
Si lo que se ha querido es que se sepa que ese producto lleva esos tres elementos, el objetivo se ha cumplido con creces. Personalmente no lo olvidaré nunca. Otra cosa es que a raíz del citado anuncio se compren más galletas de esa marca.
Se supone que como ese anuncio lleva mucho tiempo, por parte de la citada compañía se habrá estudiado el tema, y no les debe de ir nada mal. Sin embargo, este vecino, y teniendo en cuenta que eran sus galletas preferidas desde su niñez, no es que no compre las galletas, es que cuando él mismo va al supermercado correspondiente, ni se acerca al lugar donde el citado producto está.
De hecho, teniendo en cuenta que para preparar este “post”, y buscando el anuncio por internet, en menos de cinco minutos este vecino se ha encontrado fácilmente, porque han sido ellas las que han venido a él, dos parodias del mismo anuncio (y que inciden en el mismo punto de vista, cada una de ellas, además, más bestia que la anterior), es evidente que a más de uno le ha producido la misma reacción.
Seguro que si el anuncio hubiera sido al revés, y es la madre la que supuestamente “se pasa” con su comportamiento hacia su hijo, rápidamente hubiera habido alguna asociación de algo, en algún lugar de esta España nuestra, que hubiera puesto el grito en el cielo.
A quién no nos ha ocurrido alguna vez, el estar en un bar, por ejemplo, y tener a un matrimonio cercano, con hijos, de unos cinco o seis años, y al cabo de pocos minutos el ambiente es insoportable, porque el comportamiento de los niños deja mucho que desear. Ya se han convertido en pequeños tiranos, que chillan y no dejan títere con cabeza, bajo la absoluta ausencia de actuación de sus padres para que cesen en su comportamiento. Da la sensación de que como ellos tienen un problema, lo quieren compartir con todos, para que a ellos les “toque” menos.
Ya para terminar, en ese anuncio, y seamos sinceros, se echa de menos la escena en el que la madre (digo madre, porque es la que aparece en la historia), le da una bofetada, he dicho una (a la que, curiosamente, también se le denomina como “galleta”), a su hijo, para que no se vuelva a repetir ese comportamiento. Pero, eso, claro, no es políticamente correcto. Y eso, señores,  no es maltrato, es educación. Pero, claro, quién le pone el cascabel al gato. ¡Y así nos va!

*VIDEO: DE LA RED

martes, 1 de octubre de 2013

SE LO VOY A DECIR A TU PADRE


De sobra es conocida esa teoría de que los niños tienden siempre a adorar a la madre, y las niñas al padre. Este vecino tras pensar mucho en su pasado, que se supone no debe diferir mucho del de la mayoría de vosotros, piensa que la figura paterna es esa gran desconocida, y estamos hablando de una época, que siempre hay que tener en cuenta, de mediados de los cincuenta a comienzos de los setenta, en la que haciendo un paralelismo con aquella cursi canción, pero pegadiza, de Julio Iglesias, este vecino pasó de niño a hombre.
Si a un matrimonio le quitas todo ese atalaje de amor y contigo-pan-y-cebolla, queda en realidad una sociedad diríamos que mercantil, en la que se reparten los roles entre los dos socios, uno es el poli bueno y el otro el malo, o la relaciones públicas y al que se suponía, y más por entonces, el amo del garito.
Si vamos haciendo un viaje introspectivo a nuestra niñez, la mayoría de las veces la figura materna queda suficientemente clara con todo tipo de imágenes, explicaciones y amenazas que todavía están dentro de nosotros. Sin embargo, el padre aparece poco, y la mayoría de las veces como repartidor de justicia.
Una de las frases que más hacía acordarnos de nuestro progenitor, es esa lanzada un día sí y el otro también por parte de nuestra madre cuando ciertamente al borde del paroxismo nos lanzaba aquel “se lo voy a decir a tu padre”. Y es que en el mundo de los niños, Dios siempre queda muy lejos,  y la mayoría de las veces encerrado en un templo y en una religión, y el que reparte justicia es el padre.
Como hubiera dicho una de mis abuelas, oír la palabra “padre” equivalía a que se me pararan los pulsos. Siempre me pareció enigmático ese presunto poder paterno, cuando luego muchas noches, y al llegar el susodicho a casa, recibía por razones que entonces se me escapaban, abundantes broncas por parte de mi madre, en forma de quejas, primero apresuradas, y luego más calmadas aunque con evidente aumento de decibelios.
Había algo que no lograba entender  un niño de entonces, entre el presunto poder de un padre,  y la leída de cartilla por parte de su mujer, que con el tiempo dio como resultado el pensamiento filial de que el padre tenía poder cuando se lo dejaba la madre.
Muchos años después y al conocer la célebre frase “la historia la cuentan los vencedores”, por unos instantes vi mi casa de la niñez convertida en una maqueta como la de los soldaditos de plomos en la que se libraba la batalla diaria de la vida, y en la que distinguí perfectamente quién lucía las medallas, y quién sin embargo el poder, aunque en ese momento su figura estaba junto a la cocina.

*FOTO: DE LA RED

lunes, 4 de abril de 2011

LA NIÑA DEL AUTOBUS


Hoy he tenido que hacer un corto viaje y como siempre utilizo el autobús. Detrás mio se ha colocado un hombre con una niña pequeña, por lo que los dos iban en el mismo asiento; debían ser padre e hija. La niña nada más sentarse ha empezado a pegar patadas al asiento de delante, es decir al mío. Me ha dado un profesional masaje en los riñones que me ha dejado como nuevo. Es una manera de tomarselo, por no hacer sangre en las relaciones paterno-filiales, eso sí, remarcando el hecho de que en ningún momento el adulto ha insinuado en lo más mínimo a la infanta de que cesara en sus ejercicios de piernas.

Como decir autobús es decir sueño, entre el "run-run" del vehículo y el masaje del angelito de atrás, me he quedado roque.

Llevaba un buen rato en brazos de Morfeo cuando el mismo angelito me ha tirado del pelo, pero he fingido seguir durmiendo, y así la vez siguiente. A la tercera vez, al darme cuenta, me he girado y le he pillado a la niñita en cuestión a punto de tirarme, del poco pelo que me queda, por cuarta vez. Me he enfadado y dirigiéndome a su padre le he dicho: - ¡Creo que ya está bien! – arrastrando el sonido de la "n" final para que se notara que estaba ofendido y bien ofendido.

El padre de la futura gamberra me ha dicho: - Es una niña.- Me lo ha dicho con un tono de desvelar un gran secreto. No lo he entendido, pues era obvio que yo ya sabía que era una niña. Como al parecer yo no he reaccionado como él esperaba, me ha vuelto a confesar su gran secreto: - Es una niña. - Hemos entrado en un bucle, y cuando ya me lo había repetido por tercera vez, al ver que yo seguía cabreado, el padre y su niña se han quedado sin pilas, y han permanecido quietos hasta el final del viaje.

Una pregunta ha rondado por mi cabeza: -¿Me he debido de dejar arrancar la cabeza por la buena educación de la niña en cuestión?
Ahora muchos padres son de la opinión de no coartar la libertad de sus hijos y les dejan convertirse en pequeños tiranos, que con el tiempo se pueden revelar incluso en contra de ellos mismos. He llegado a pensar que incluso son los propios niños quienes disponen del sueldo total, y son ellos quienes dan la paga a sus padres.

Ese tipo de casos cada día saltan a la luz pública con más frecuencia. Madres que incluso han tenido que interponer demandas por malos tratos de sus hijos.

Tengo amigos que son maestros y hace tiempo que me comentan que ahora a los niños no se les puede tocar ni un pelo, pues se pueden buscar la ruina, pero niñas a calvos sí por lo que adivino del viaje de hoy.

Aunque han pasado muchos años, recuerdo como si fuera ahora, el sentimiento que nos invadía en nuestra niñez. Cada vez que recibíamos un castigo, sabíamos que si lo comentábamos a nuestros padres lo primero que nos iban a decir era el célebre: - Algo habrás hecho tú.

Ahora si pasa lo mismo, es probable que sea el padre quien diga al maestro: -Algo habrás hecho tú.

Eso, sí directamente no aparece el padre acompañado de un abogado cuya minuta si pierdes el juicio puede que  la termines pagando tú.


*DIBUJO: DREAMSTIME