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domingo, 10 de diciembre de 2017

LOS DERECHOS HUMANOS, EL SUBCONSCIENTE Y ...UN TRAJE EN BLANCO


Me desayuno, literal, con la noticia de que hoy es el Día Internacional de los Derechos Humanos, y con lo primero que enlazo mentalmente es que si les han otorgado un día, es que la cosa anda muy mal, casi tanto como el tiempo que se adivina tras la ventana.

La mente, la de este vecino del mundo, siempre juega con claves, que muchas veces intenta ligar con palabras, y más de una vez se pierde en el intento, pero el subconsciente, la mayoría de las veces, lo tiene más nítido que su propietario...

Por eso, las primeras imágenes que me vienen mentalmente, me llenan de intriga desasosegante, y son aquellas de un Donald Trump intentando dar la mano a su esposa durante una comparecencia pública, si mal no recuerdo durante su viaje a Israel (aunque muchas ya han sido las ocasiones), mientras ella mirando al frente, siempre al frente, se la aparta drásticamente. Y es que si las cosas andan mal, al menos lo parecen, en la intimidad, donde el respeto mutuo es indispensable, ya que a la postre es donde uno se supone se muestra tal cual es, será imposible que luego, por decirlo de una manera desenfadada, se pueda pedir peras al olmo.

Quizás esa imagen me ha venido porque el respeto en nuestros días es rara avis, y sería indispensable para “contemplar” los Derechos Humanos, junto al posicionamiento de “igual a igual” y no como ciudadanos de diferente categoría, e incluso sexo.

En cualquier asunto o materia nos ocurre que siempre nos fijamos en casos lejanos, cuando, y espero que se me entienda, tenemos al enemigo en casa. Esos refugiados, que entran en nuestras fronteras con cuentagotas, en contradicción con las cifras que en su momento se contemplaron, y esas pateras que hoy más que nunca inundan nuestras costas, y cuyos tripulantes son alojados en una cárcel sin estrenar, pero que es una metáfora viva de todo lo que ocurre.


Estos días han trascendido imágenes de mafias que trafican con esclavos en estos mismos momentos. Pero eso sí, hoy más de uno de nuestros políticos se pondrá muy serio y pomposo y dirá, como en aquel anuncio de detergentes, que su partido siempre limpia más blanco, casi tanto como el traje de Melania, por siempre Señora de Trump.

*FOTO: DE LA RED