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domingo, 24 de noviembre de 2019

CUANDO ERES TÚ EL PATRÓN...



Domingo, diez y veinticinco de una fría mañana. Llevo más de una hora buscando tema con fuste para mi post. Llaman al telefonillo de la escalera, al final serán las mismas musas que me tienen que llamar directamente para que me dé por aludido. Son los de Amazon y traen un paquete. Queda inaugurado el día.

A este vecino del mundo le da lo que solemos bautizar en el pueblo como “la bajona”. Eso de que, prácticamente sin pretenderlo, alguien trabaje un domingo a primera hora de la mañana para ti, deja a las claras el nivel de cómo está todo. 

Porque al final el sistema está montado para que te sientas el empresario que hace que una persona esté trabajando un domingo a primera hora de la mañana para cubrir tus necesidades. El paquete en realidad no era, no es para mí, pero eso da igual.

Lo del bajón ya me pasó hace un tiempo cuando una noche entre semana, sobre las diez, al ir a bajar la basura me crucé en las escaleras con uno de los de “Glovo” que llevaba todo el “chiringuito” montado menos la bicicleta. Y recuerdo perfectamente mi primer pensamiento sobre el tema:

Y es que así está montado el negocio, aparentemente trabajan a nuestra petición, pero el que pone el cazo y se lleva casi todo, no aparece en la ecuación. O lo que viene pasando con esas nuevas versiones de sucedáneos, o lo que sea, de taxis, que el que se lleva el bocado del león, no es el que conduce, sino el propietario de la licencia. Y a ese, que tendrá muchas, como se solía decir antes, que le echen un galgo.

No hay que olvidar que en los últimos años ha aumentado el número de millonarios, y esos en realidad son como el Mortadelo de los tebeos, que se disfrazan, o camuflan, de avezados empresarios, para no resaltar.

Los que pegan el cante son esos que llevan el chiringuito de su negocio montado en una bicicleta, y que además para más inri, su cara y su piel forma parte de la chapa y pintura de su patrimonio.

*FOTO: DE LA RED

martes, 16 de diciembre de 2014

SIMULACIÓN DE CARTA DIFERIDA


                                                               
                                            Donosti, 16 de Diciembre, 2014

Doña Dolores de Cospedal,

Me atrevo a dirigirme a usted porque he leído unas declaraciones suyas diciendo que la corrupción es patrimonio de todos. Y como en ese “todos” se me menciona personalmente, tengo ganas de dirigirle unas palabras.
En primer lugar he de decirle que si eso fuera verdad, que fuera “patrimonio”, cosa que lo dudo, sería de lo poco que nos han dejado con tanto recorte.
Personalmente he estado mirando entre mis papeles, de lo poco que me va quedando, y yo no tengo nada de corrupción a mi nombre, aunque quizás la primera norma para ser un buen corrupto consista en eso, en no tener nada a su nombre.
Es curioso que con relación a los presuntos fallos que se achacan a su partido, como la corrupción, la única defensa que tengan es decir que “todos lo hacen”, o que “lo han heredado de los anteriores”.
Seguro que usted no me comprenderá, quizás por eso se dedica a la política, porque hay una especie de pantalla de incomprensión, que separa al político del votante, pero al enterarme de sus declaraciones me he acordado de esos niños que cuando llevan un suspenso a casa dicen que es porque al profe no le cae bien, y que además a la mayoría de sus compañeros les ha pasado lo mismo.
Sinceramente, cuando era niño, y mediante las imágenes de la única televisión que había en España, estaba convencido que para ser ministro había que ser muy inteligente. Era el ejemplo vivo de lo que siempre me repetían mis padres: “ser un hombre (o una mujer) de provecho”. Y, quizás, tristemente ese famoso mensaje se ha debido de ir deteriorando con el boca a boca, y ahora ha quedado como “hombre (o mujer) aprovechado”. ¡Vamos! Que quizás se ha cambiado el concepto de “inteligente” por “listo”. Y ahora la política, en un gran porcentaje es pasto de los listos de turno. 
El problema es que para que haya listos tiene que haber tontos. Y los tontos está claro que somos los de siempre: aquellos que han pagado las equivocaciones de los bancos, de los políticos, hasta, como dice la canción, de los malos tiempos para la lírica.
Y ahora me viene usted, porque en ese “patrimonio de todos”, también se dirige a mí, diciendo que todos somos corruptos…
Señora Cospedal, debería tener usted más respeto al coeficiente intelectual del pueblo, y no ir provocando. Porque en cierta manera considero que lo que ha hecho usted con esas declaraciones es un “escrache” a mi honor, y al de la mayoría. Y eso con la nueva ley que se han sacado de la manga (esa misma manga que para algunas cosas la tienen tan ancha), pudiera estar penada. Pero, claro, como ahora eso lo sancionarán los políticos de turno, y no la justicia, en eso una vez más me lleva, nos lleva, ventaja, y no tiene nada que temer.
Y ya para terminar, solo añadir que he preferido decirle todo lo anterior simulando una carta, y en diferido. No me cabe ninguna duda de que usted lo habrá entendido, porque siempre ha demostrado que es muy lista.
Sinceramente,

Un vecino del mundo.