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martes, 26 de agosto de 2014

LOS GALLOS DE LA MADRUGADA


La vida será diferente cuando los gallos de la madrugada canten canciones de amor, cuando los semáforos proyecten corazones de colores y la nostalgia tenga vacuna.
El futuro será mejor cuando el  presente solo sea un regalo, y no el momento en el que estamos, y la música  pueda ser el eco de nuestros pensamientos.
La vida será otra cuando la pupila de tus ojos me sonría con la verdad por delante, cuando los cruces de caminos sean como queremos que sea el amor, de ida y vuelta.
El destino podrá cambiarse cuando todos tengamos un precio y no haya el suficiente dinero en el mundo para poder pagarlo.
Los deseos son utopías que se anhelan sin pensar, porque están en el ADN de nuestro ser, y engordan la salsa de nuestra vida.
Muchas veces buscamos respuestas que no queremos conocer, porque nunca nos ha interesado la verdad sino tener una coartada para nuestras explicaciones.
La vida será diferente cuando los gallos de la madrugada no distingan el día de la noche, porque la diferencia de colores nos dé igual si están sobre nuestra piel, y no en nuestra alma. Porque las almas son blancas y el uso las ensucia.
El futuro será mejor cuando los niños nazcan riendo, porque hay que desterrar los lamentos con caminos de bondad y raciocinio.
Siempre será el primer día del resto de tu vida, y merece la pena olvidar, porque nuestros recuerdos no tienen que ser el comienzo de nuestro fin, sino el principio de nuestro edén particular. No hay mejor viaje que aquel que es hacia dentro, con billete de ida y vuelta, porque nuestro principio y fin es regresar a nuestra esencia, que la perdimos desde el momento en que nacimos.
Muchas veces buscamos respuestas por el mero hecho de seguir hacia adelante, sin saber que quizás ya hemos dejado atrás la estación para la que nacimos. Porque tan importante es saber comenzar nuestro viaje como terminarlo, y saber reconocer el inequívoco canto de nuestros gallos en la madrugada de la vida.

*FOTO: DE LA RED