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jueves, 9 de noviembre de 2017

UNA CAMISETA, NUESTROS COLORES, Y CÓMO SE PAGA TODO


Llevamos casi dos días hablando de la nueva camiseta de la selección española de fútbol, y en realidad sólo hemos llegado a la superficie de la polémica, sobre si son galgos o podencos.

Nos hemos quedado en la falsa polémica de si los colores recuerdan a la bandera republicana.

Lo peor de la nueva camiseta de la selección española de fútbol, y deberíamos de abrir los ojos como platos, es su precio: 129,95 Euros, pornografía pura  si lo comparamos  con gran parte de nuestros sueldos.

Un precio que no está para nada acorde con los precios normales de lo que puede costar una camiseta homologada de cualquier equipo de fútbol, unos 80-90 euros, y especialmente frente a los sueldos de la España del currito de a pie.

Hace años que los mismos empresarios han entrado en una especie de mundo virtual con una gran contradicción en bucle:

Lo que queremos  que ganen nuestros curritos, ya los mileuristas quedaron atrás como casi millonarios. Pero por otra parte, necesitamos que esos mismos maltratados económicamente “dispongan” de dinero para poder hacer frente a ese mundo de ofertas, y chollos, que siempre se prepara con esa publicidad encubierta que suponen las noticias de cada día.

Esos lanzamientos en menos de un año, de smartphones y tesoros móviles de la manzana de las manzanas. Esos, los hemos visto estos días, que pasan la noche sin dormir por estar en la  cola y conseguir uno de los primeros productos de lo que se va a llevar esta temporada, contrastarían como el día y la noche, con los que no pueden dormir, víctimas de sus preocupaciones, por intentar hacer frente a las facturas de hipoteca, electricidad, y calefacción que vienen cada mes.

Aquellos que diseñan nuestro futuro inmediato, que los hay, llevan mucho tiempo forzando las cosas al límite, y en la rueda del consumismo diseñado a distancia, hace tiempo que los productos son mucho más caros que lo que el consumidor medio puede gastar sin que se le caiga la cara de vergüenza al tener que admitir que desde su economía, siempre bajo microscopio para que las cuentas casen, sale más de lo que entra.

Ya lo importante no son los colores de nuestra camiseta, sino que el precio de ésta a más de uno de los clientes en potencia, ya ha dejado blanco, y esa selección nacional de fútbol que ayer tenía planificado hacer un gran alarde de puesta en escena de ese producto que no deja de ser la gallina de los huevos de oro, ha dado en cierta manera la espantada por aquello de ese look/apariencia republican@.


Sin embargo, a nadie de los ayer convocados para dar relumbrón al lanzamiento de la camiseta nacional se le ha caído la cara de vergüenza por su precio, o para más inri, y hablando de colores, no se le subieron los suyos a la cara. 

Hace mucho tiempo, y más de uno ahora llamara populista a este vecino del mundo, que esos jóvenes deportistas, estrellas de nuestro fútbol, están también, como nuestros políticos, separados del mundo real, y vuelan por encima del resto de los mortales; la altura diferencial que les da ese poder adquisitivo de coches/casas de lujo, y no tener que plantearse el mañana. Sin mencionar a esa Federación Española de Fútbol que cierra con Adidas un contrato, según informaciones, por once años, y que es secreto de sumario.

Lo dicho, lo peor de esta camiseta al final no son sus colores, republicanos o no, efecto óptico o no, sino la poca, nada, importancia que se le da al aficionado/sufridor.

FOTO: DE LA RED

lunes, 9 de junio de 2014

¿HAY ALGO QUE ME HE PERDIDO?

Esta mañana este vecino del mundo se ha levantado con un “clavo” tremendo, el problema es que o se ha perdido algo de la noche anterior, o tan solo puede ser cansancio, porque desgraciadamente no ha habido una noche loca.
Últimamente este vecino, de todas las maneras, se ha perdido muchas cosas, porque ahora nos ha entrado a todos unas ganas tremendas de votarlo todo. Vaya por delante que uno no es ni monárquico, ni republicano, ni nada.
A este vecino le han traído a este mundo sin pedirle permiso, solo porque dos personas en algún momento se enamoraron, o creyeron que estaban enamoradas, y después de eso, ha tenido que ir improvisando en su vida, como en uno de esos juegos de ordenador en el que te van viniendo problemas y los tienes que ir solventando, pero con el agravante de que solo tienes una vida, y que el único “bonus”, bonus track, que recibes es cuando compras algún disco, y te miran en la tienda como “rara avis”.
Dicho lo cual uno se ha perdido algo cuando todo el mundo pide ahora que haya votaciones para comprobar si queremos al futuro Felipe VI
En una monarquía, como es la que tenemos, o sufrimos, o disfrutamos, según gustos, no es lógico el votar, porque solo hay un sucesor directo, directo, y además visto lo visto los que le rodean tampoco son la “crème de la crème”, y de pronto este vecino se ha imaginado a Froilán dando patadas a las invitadas en una recepción de palacio.
También se ha perdido algo este vecino, cuando se pide “república” porque a la república nunca se ha llegado por votación, y sino que se lo pregunten a todos aquellos que perdieron el cuello en aquella “movidita” que se dio en llamar Revolución Francesa.
Como suele decir un amigo mío, lo bueno, o lo malo, que tiene la Democracia es que sólo se puede ser demócrata. Aunque ese mismo amigo siempre decía que él no se quería casar, que directamente quería ser viudo, por lo que me imagino que su opinión no valdrá mucho.
Este vecino sabe las cosas por experiencia, que es una de las mejores maneras de aprender, porque no se te va a olvidar nunca. Y, sabe a ciencia cierta, que cada vez que vota para algo, el dinero se le escapa del bolsillo. Y eso lo saben todos aquellos que tienen un piso y han tenido que acudir a más de una de esas reuniones de comunidad.
Por cierto, en realidad ¿qué ha cambiado desde que el Rey Juan Carlos I haya dicho que abdicaba para que todos nos pongamos nerviosos? 
Eso me recuerda cuando el profesor o la profesora de turno abandonaba la clase por un momento, el follón que se armaba. Todo el mundo tirando papeles.
Lo dicho, este vecino se ha debido de perder algo.

*FOTO: DE LA RED