Mostrando entradas con la etiqueta verdades. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta verdades. Mostrar todas las entradas

domingo, 9 de junio de 2019

¿LAS MUJERES NO DEBEN QUERERSE?


Ojeando esta mañana las noticias de estos días, hay una, que quizás por la misma prueba fotográfica que adjuntaba no es que haya centrado mi atención, sino que me ha secuestrado.

Esa pareja de chicas, que este miércoles pasado, se podía decir que paseando su amor por las calles londinenses (aunque pudiera teñir de cursilería el resto del mensaje, no es justo que lo hiciera cuando en una relación heterosexual no ocurriría), son asaltadas por cuatro individuos, entre 18 y 21 años, no muy valientes ellos, homófobos ellos, que no solo las agreden sino que para dejar la firma que les delate, y establezca nítidamente  la rotundidad de su incoherencia, les roban también.

Viendo parte de su barbarie en la foto, sería redundar en que el caballo blanco de Santiago era blanco, y que es mejor ante tanta injusticia no dejarse nada dentro, y gritar aunque sea al paso de un tren, como la protagonista de Cabaret. 

Quizás, el detalle que termina de definirlos no es el de homófobos, sino el de simples cobardes chorizos, por el robo del teléfono móvil y un bolso.

Parece que el simple hecho de pensar en dos mujeres prácticando sexo entre ellas, y con ellas, turba y perturba a muchos. Quizás debieran de pensar que sus madres, hermanas... también lo son, y que si piden respeto para ellas, el mismo respeto merecen, iba a decir "las demás", pero diera la impresión de que hacemos distinción, por lo que diré que el mismo respeto merecen todas.

Una gran verdad es esa de que el hombre es un lobo para el hombre, y más si olisquea en el entorno a la mujer.

Todo aquel, o aquella, que viendo la foto de las consecuencias del ataque a esas dos mujeres, simplemente por el hecho de estar enamoradas entre ellas, y no le hierba la sangre, puede que tenga algún problema, que tarde o temprano lo pueda incluso enmascarar en el robo de un móvil...

Ya para terminar, no puedo dejar de pensar en aquella gran filósofa que fue mi madre, y que lo han sido todas las madres de una época, después de la guerra, que en muy pocos años, tuvieron  que desaprender para aprender nuevas costumbres y conceptos.
La María me hubiera dicho: -Hijo, no te quepa la menor duda de que siempre es mejor quererse que odiarse. 

Verdades como templos, y nunca de Perogrullo, sino de una lógica aplastante...

*FOTO: DE LA RED


lunes, 19 de marzo de 2018

EL MARQUÉS DE GRIÑÓN, Y LA IMPORTANCIA DEL RELATO...


Debe de ser verdad eso de que los hombres sólo pueden hacer una cosa a la vez, porque llevo varios días pensando-rumiando, casi obsesivamente, eso que se ha sabido de que el Círculo Fortuny, asociación española representante de las empresas e industrias de alta gama españolas, con Carlos Falcó, Marqués de Griñón, y Enrique Loewe al frente, ha pedido a la Real Academia Española de la Lengua (RAE) que modifique la definición de la palabra "lujo", ya que las que existen, según su opinión,  "son bastante negativas" (Demasía en el adorno, en la pompa y en el regalo / Abundancia de cosas no necesarias / Todo aquello que supera los medios normales de alguien para conseguirlo), y según el parecer de esta asociación, el concepto se puede "mejorar".

Y no dejo de empalmar esta noticia con ese dicho de que "la historia la escriben los vencedores", con lo cual ya tendríamos, no sé si me siguen, el “crimen perfecto”. Por ejemplo, haces lo que te da la gana, en el utópico caso de que seas el jefe del gobierno, como que la mayoría del pueblo vea más de cerca la pobreza (¿Os suena?), o se mezcle con ella, y luego le pides a la Real Academia que edulcore el concepto de “pobreza”, con algo así como que los pobres verán a Dios, y que además, comer poco es bueno para la dieta. Y al final lo que consigues es que en lugar de una putada, en el caso del ejemplo, el gobierno en cuestión te esté haciendo un favor.

Luego, más adelante en sus declaraciones, el Marqués de Griñón se viene arriba, más todavía, y se pone hasta lírico diciendo que para él, el lujo tiene que ver más por ejemplo con una experiencia que vivió el pasado diciembre con su hija mayor, Xandra Falcó, a la que hacía tiempo que no veía y con quien, en un día soleado, cocinó con el primer aceite de su cosecha delante de su casa una tortilla de patatas. "Esto es un lujo y hay que mantener esta definición".

Y este vecino no deja de pensar en la gran cantidad de “su” posesivo que se encuentra en el relato poético del Marqués: aceite de “su” cosecha (en “su” tierra, que ésto último no se menciona, pero se sobrentiende), …”su” casa; que quizás, en realidad todo ello junto, sea el verdadero lujo.

Por cierto, y haciendo un inciso, lo que más quiero de Don Carlos Falcó, y no está en su relato, y no pongo nada de ironía en ello, es a su hija Tamara. Esa si que es un "lujo de hija", y aún, quizás, sin quererlo ella misma, y espero que se me entienda, "es la verdad sin filtro".

Quizás, en el fondo, y volviendo al tema principal, el concepto negativo no está en la definición de “lujo”, sino que siguen existiendo dos Españas, pero no las del poeta: 

Una que tiene el lujo por castigo y que quiere que no se note, o que no lo notemos los de la otra España, que el lujo que añora es el de poder tener tres comidas y el futuro asegurado. Pero ahora a eso no le llaman las verdades del barquero, sino populismo, o también popularismo, que según el diccionario de la R.A.E. también se usa en sentido despectivo. 

El currito de turno, sin embargo, no tiene tiempo ni para intentar convencer a los miembros de la Academia de la Lengua, ni por supuesto agasajarles con “sus” productos, que no tiene; porque todo cuesta, y me lo han puesto a huevo hoy, un "griñón". Y lo de "agasajar a los miembros de la Academia", sólo era como gesto de hospitalidad, no vayan a pensar que…

Y para terminar, mencionaremos al gran filósofo Groucho Marx,  que sin mencionar el "lujo", hizo un buen retrato al decir: "Hijo mio, la felicidad está hecha de pequeñas cosas: Un pequeño yate, una pequeña mansión, una pequeña fortuna". 

Gracias a Dios, o al que sea, que Groucho no está disponible para que el Círculo Fortuny se ponga en contacto con él; aunque tratándose de Groucho, seguro que, en este caso, probaba la cuadratura del Círculo.

*FOTO: DE LA RED




















jueves, 12 de octubre de 2017

CUANDO LA MANTA SE ROMPE


Algunas veces este vecino del mundo tiene la sensación de que más que débil de ideas para el blog, está yermo. Sin embargo, en cualquier momento, como hoy, alguien viene, en forma de declaraciones y parece transformarse en un brazo muy largo cuya mano llega a tu lengua y comienza a tirar de ella hasta que sientes una necesidad inmensa de “inaugurar” otro artículo, lo prefiero a “post", aunque no sean exactamente lo mismo.

Esta mañana, estaba ojeando mi cuenta de Twitter (@PATXIPE), cuando una joven actriz a la que sigo porque me parecen muy juiciosas sus apreciaciones personales, adjuntaba como idea a 

Hombres de la política y de las mesas de debate, un apunte:

Un hombre comienza a ser interesante cuando aprende a dudar.                                                        
                                                         Carmen Rico-Godoy

Este vecino del mundo, que siempre se aplica el cuento de todo, incluso a modo de conejillo de indias, ha llegado a una rápida conclusión:
-No hay duda, yo soy interesantísimo.

Lo que ocurre es que hace tan solo unas semanas, lo ha recordado inmediatamente, coincidió con una excompañera de trabajo, y siempre sabes si tienes química con alguien, y con ella, siempre se había adivinado, que de haber habido algo, hubiera sido “armas químicas”, por estar uno en las antípodas del otro. Y tras estar un rato hablando, ella me confesó “siempre he sabido que eras una buena persona, pero (era inevitable que apareciera el “pero” a modo de indicación de que ahora venía la bofetada) eres muy indeciso”.

Está claro que ella nunca ha llegado a plantearse, ni remotamente, que quizás nos seguimos hablando precisamente por eso, porque algunas veces tras la indecisión se esconde el saber a qué conduce el paso al frente, y en su caso, o en el mío, sólo hubiera sido el leernos las famosas “verdades del barquero”. Y  ya se sabe que  “barquero” es todo aquel que coge el mando del relato, e inefablemente el de protagonista y, por supuesto, héroe de la historia, porque siempre la cuenta, de otra manera es cuando menos más infrecuente, desde su punto de vista.

Está claro que la persona, con su buen deseo que ha originado este artículo, se estaba refiriendo a lo que ocurre entre el Gobierno Catalán y el Central, pero uno, este vecino, siempre relaciona todo, en primer lugar, con lo que tiene; y a la mayoría ya sólo nos quedan los recuerdos.

Con respecto a Cataluña, este vecino, sin ser politólogo, ni historiador, ni mucho menos futurólogo, está convencido de que este asunto tiene mucho que ver con lo ocurrido a los británicos y su Brexit.

Siempre tan cuidados, con medidas especiales, y ojo, aviso para los que no me conocen, soy vasco, y todo ésto, no me trae de nuevas, porque siempre nos han hecho sentir, a los vascos en general, como dentro de un polvorín, llega un momento en el que te puedes creer imprescindible, e incluso el rey, perdón, en este caso el republicano de la fiesta. Hasta que tiras tanto de la manta, para intentar quedartela, que se rompe, y con la avanzadilla que llevabas te quedas al borde de la nada. Y sino, lo dicho, que se lo pregunten a los británicos, que de ser, al menos ellos así lo creían, el ombligo del mundo, han pasado a tener el trasero muy prieto.

*FOTO: DE LA RED
 IDEA: PATXIPE



jueves, 8 de octubre de 2015

DANDO GATO POR LIEBRE... O EN LA MÁS FRONDOSA DE LAS HIGUERAS



La enciclopedia de la vida está llena de verdades como mitos. Esas sentencias que caen como losas, y que no hay nadie que las pueda comprobar.

Hoy, sin embargo, y preparando ésto, este vecino ha podido “comprobar”, aunque no sabe si es la expresión exacta,  que una de esas losas que entre bromas y veras nos han caído a los hombres, tiene algo de realidad. La ya famosa frase de que los hombres tenemos una sola neurona.

La Nuri, mi sufrida, tiene por su trabajo un horario un tanto especial, que va variando. Por eso, con todavía varios días de fiesta por delante, hoy ha convertido la casa en un campo vietnamita en plena refriega contra los norteamericanos, ya que, según ella, tocaba limpieza.

Tiene, como toda buena mujer, una capacidad innata en mezclar materias a un mismo tiempo. Puede estar dejando un espejo casi transparente, mientras la olla a presión le está avisando que está a punto de romper aguas, o humos, al tiempo que me está diciendo que ese cuadro que estoy pintando (y que ella no ve en ese mismo momento, porque nos separan otras dos habitaciones) me está quedando o demasiado claro, o demasiado oscuro, o demasiado algo.

Nosotros, los hombres, enfocamos nuestra atención en un solo tema, mientras que ellas, o la mayoría, sufren de una especie de estrabismo de ideas y de control del terreno,  que parece que utilizan pequeños drones de visión para tener todo bajo control.

A todo esto, hay que destacar, que la mayoría de las veces, cuando nosotros nos enfadamos, al cabo de un rato ya no recordamos el por qué lo hicimos. Sin embargo, prueba con tu esposa, por ejemplo, y pregúntale cuando es la última vez que se ha enfadado contigo. Te hará, y con mucha facilidad, un esquema o croquis de cada una de las veces que se ha enfadado contigo, el por qué, cuales fueron tus alegatos, dónde decías que estabas y el lugar exacto en el que te encontrabas en realidad, que en la mayoría de las veces era en la más frondosa de las higueras.

A la hora de romper con una mujer, a ella nunca le valdrá eso tan manido de “No eres tú, soy yo. Por mis dudas…” Como mínimo te preguntará cómo se llama el zorrón con el que ahora estás, porque no se la vas a dar con queso. A nosotros, en cambio, somos tan simples, que cualquiera de ellas nos dice eso de que “no eres tú, soy yo”, acompañado de una ligera caída de párpados, y nos quedamos como el mismísimo Julio Cesar pasando revista a sus tropas, embobado.

Y todo es, porque por una vez no nos echan la culpa de nada, y mientras, nos pegan el portazo de los portazos en nuestra propia nariz.

Solo una mujer podía decir de manera cuasi convincente eso de "Como se pactó una indemnización en diferido en forma efectivamente de simulación o de lo que hubiera sido en diferido...". Un hombre para poder decirlo, como mínimo se tiene que disfrazar de Groucho Marx, beberse tres o cuatro copazos, y darse una extensa capa de maquillaje blanco para no sufrir las consecuencias de la vergüenza ajena.

Según un estudio de científicos españoles, de hace unos tres años, los hombres tienen, tenemos, el cerebro un diez por ciento más grande que las mujeres. Pero, como muy bien suelen recordarnos ellas en algunos momentos, “el tamaño no lo es todo”. Ya que esta diferencia solo nos sirve para orientarnos mejor en el espacio. Vamos, aquí se puede pensar que, como siempre, es para salir huyendo con la excusa de ir a por tabaco, aunque casualmente, no fumes.

Los hombres, según este estudio, muy al contrario de la bromita de menos neuronas, al tener el cerebro más grande, se  traduce en un dieciséis por ciento más de neuronas, aunque eso no nos hace más inteligentes, como lo demostramos  cada vez que nos metemos en problemas, que suele ser cada vez que nos dejan solos.

El psicólogo Miguel Burgaleta, catedrático de la Universidad Pompeu Fabra, de Barcelona, autor del estudio, asegura que "El hombre tiene más neuronas dedicadas al razonamiento espacial. El cerebro de ellas es más eficiente, necesita menos energía y es mejor para las tareas verbales".

Por todo el estudio se deduce que las mujeres  disponen de más conexiones neuronales que les permiten hacer varias cosas a la vez, La Nuri y su comentado estrabismo de ideas. Tienen el cerebro más pequeño, pero más eficaz, consume menos energía y sus conexiones de la materia blanca es más compacta.

Lo dicho, a la hora de diseñarnos, a los hombres nos dieron gato por liebre, y al parecer lo único grande que obtuvimos es nuestro ego y una gran capacidad…para no enterarnos de nada.


Visto lo visto convendría pensar,  en el caso de que Dios existiera y tuviera sexo, que, francamente, es más fácil que sea mujer, especialmente por esa gran capacidad de controlarlo todo, y de estar en todas partes…

*FOTO: DE LA RED

martes, 22 de octubre de 2013

SENSACIÓN GENERAL

Hay una sensación general de contradicción. Lejos quedaron, al menos eso queremos creer, los momentos de sentirse integrante de una manada, y ahora aflora el individuo, el “yo soy yo y mis circunstancias”, la persona única y diferente, “porque al parirnos nuestra madre, se rompió el molde”, aunque en realidad lo rompimos nosotros mismos porque somos unos egoístas, y no queremos a otro a nuestro lado.
Hay una sensación general de ser observados, pero observados por nosotros mismos. Una sensación de escrutar lo que hace, más que el prójimo, el próximo, el cercano. Una sensación de querer confirmar en los ojos vecinos lo que estás sintiendo en tus carnes, y es que las cosas no van nada bien. Y llevamos tiempo, y no nos hemos acostumbrado, ni nos acostumbraremos.
Sin embargo, hay una sensación de búsqueda de alguien que diga las famosas verdades del barquero, pero que no las diga con el sabor del resquemor, con la cara roja llena de ira, sino con palabras suaves, llenas de experiencia y con ecos de bondad. Por eso, cuando se encuentran personas de lógica aplastante, como el Señor Miguel Ángel Revilla, uno se olvida si es de izquierdas o de derechas, y se hace admirador suyo, y cree que mientras existan personas como él, el mundo, al menos el nuestro, tiene arreglo.
Y es que las buenas personas, no son ni de izquierdas ni de derechas, tienen partido propio, y aunque quisiéramos crear un partido con él, el Señor Revilla es tan inteligente que nunca va a estar por la labor, porque siempre harán falta los francotiradores de ideas, que lanzan sus pensamientos a modo de bengalas, para marcar en la oscuridad la dirección a seguir, y él lo sabe, y lo practica.
Es una lástima que sin embargo, Don Miguel Ángel, necesite foros para dejarse oír como son los canales privados de televisión, en los que, dicho sea de paso, están encantados de brindarle “su púlpito”,  y del que él nunca cobra nada, como lo ha confirmado en muchas ocasiones. Otra cosa es, que esos mismos canales solo vean en él una manera segura de subir las audiencias, y vender más publicidad, la cual pagamos a precio de oro, a la hora de comprar. Una más de las paradojas de esta sociedad que observa, y muchas veces paga por ello.
Hay una sensación general de contradicción, de lo que hay que hacer, y de lo que quiero hacer.

*FOTO: DE LA RED