Con todo el miedo que nos están metiendo en el cuerpo de lo mal que va todo y de lo peor que puede ir, estaba pensando que a lo mejor esta noche buena es la última noche en que tenemos prácticamente de todo.
Aunque por edad, este vecino no ha podido vivir épocas peores, por nuestros padres hemos podido recibir información de épocas negras como la de la guerra, y una de las lecturas que se puede sacar es que la luz, para que esa época negra desaparezca, hay que encontrarla en uno mismo. Quizás en el fondo es una especie de metáfora de la luz que vieron aquellos magos de oriente.
En el momento en que estoy escribiendo estas líneas, todavía no ha amanecido y si miras a la calle no ves nada que te indique algo especial; es un día todavía sin identidad.
Nosotros somos los que damos el significado de las cosas en cada momento. Hoy es Noche Buena, así con mayúsculas, porque nosotros hemos decidido que lo sea, y queremos que en esta noche nos inunden mil sentimientos de recuerdos de otros momentos quizás en este mismo día.
Lo que quiero decir con todo esto, es que poco a poco parece que vamos a ir perdiendo de todo, pero algo que no nos van a poder recortar es el sentimiento de querer, de recordar queriendo, y hoy es una de esas noches propicias para ello.
Estos días, en cada familia, nos vamos a juntar miembros con diferentes maneras de pensar, de vivir, que nos unen lazos de sangre quizás adquiridos, y esa mezcla de maneras de pensar pudiera resultar letal, pero no va a pasar nada raro, porque todos queremos vivir unos momentos entrañables, y sabemos que nuestras armas y resquemores debemos dejarlos colgados en el perchero de la entrada.
Lo que este vecino pide desde su ventana es que deseemos ampliar esta tregua de amor lo máximo posible, y seguro que la vida se nos hace a todos un poco más dulce, y ese sería el sabor que nos debería de guiar de ahora en adelante.
Cada vez que alguien nos ofenda con una conducta irreverente debemos de entonar un villancico de amor en la entrada de nuestro corazón, y quizás la melodía llegue hasta los oídos del alma del que nos ha perjudicado, y poco a poco vaya cambiando de manera de proceder, y quizás algún día también él vea esa estrella de oriente que solo se ve cuando a uno le inundan sentimientos de amor. Y es que para muchos, hay todavía un mundo diferente por descubrir, si se ve todo desde el prisma del amor, y una de esas personas muy bien pudieras ser tú. Inténtalo.
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