miércoles, 7 de diciembre de 2011

CUANDO EL PROBLEMA SIEMPRE ERES TÚ

Desde que abrí esta ventana hace ya más de un año, ¡cómo pasa el tiempo!, la comunicación siempre ha sido en ambos sentidos; es decir, este vecino del mundo ha dado su opinión, y el mundo, al menos alguno de sus habitantes, le ha dado la suya.
En el ánimo de este vecino nunca está el insultar, pero si en cierta manera, alguien le mete el dedo en el ojo, por lo menos lo que puede hacer es quejarse un poco.
Ayer irónicamente mencioné a una persona, que como tal tiene todos mis respetos, como los tiene que tener cualquiera hacia mí, pero uno de mis lectores me hizo ver, con buenísimas palabras eso sí, que quizás había sido un tanto cruel con ella, por aquello de ¿qué te ha hecho a tí para que le des tantos palos?
Para este vecino ninguna opinión cae en saco roto, ni tan siquiera la deja caer, pues no están los tiempos como para deshacerse de nada, por eso desde ayer estoy dándole vueltas a mi proceder, a mi sentir... no en este caso, sino en general.
No se por qué pero enseguida me ha venido a la mente la cantidad de años de trabajo, intentando no mezclar lo personal con lo laboral, y si alguna vez no te quedaba más remedio, eso en el último de los casos, contabas tu problema en el despacho correspondiente, que en realidad era un simple intermediario con ínfulas de salvador de empresas y de detector de mentiras varias. La única respuesta que recibías, si es que recibías alguna, era que ese problema es tuyo y no de la empresa.
La bonanza duró mucho, pero un día se fue y cambiaron las tornas, y aunque el problema lo tenía la empresa, entonces si era mío también, e incluso al final el problema no era de mercado, ni de ventas, sino que el problema eramos sesenta personas, aunque solamente se autorizó para que nos mandaran a treinta.
El mundo se puede ver o muy grande o en realidad del tamaño de una aldea, global o no da lo mismo. Todo se relaciona al final.
En el caso de A.G., ella cobra por salir en la televisión y por dar reportajes en revistas. Si le pagan, es que genera dinero también, y al final, como en las crisis, los que pagamos, bien en forma de sufrir publicidad, o de pagar por una revista, somos nosotros. Me imagino que solo por eso tendremos derecho al pataleo.
Además estoy convencido de que a ella no le importa, porque lo interesante es seguir generando opinión, y si es peor, aunque parezca una broma, es mejor, pues puede generar más dinero.

*FOTO: DE LA RED

No hay comentarios:

Publicar un comentario