jueves, 29 de diciembre de 2011

NOCHE EXTRAÑA

Como ya me salía el cubata de ron por las orejas y mientras intentaba alejar de mi la música que prácticamente devoraba mis oidos, divisé al lado del pasillo y sentada en un sofá a una morena que juraría me miraba. Al acercarme se hizo la despistada.
- ¿Bailas? - le pregunté. Me miró con una sonrisa en sus labios. Me dijo - Sientate  – mientras sacaba del bolso un tablet pc de esos modernos.
Con aire de mujer de negocios me preguntó:-¿Cómo te llamas?.  A esta primera pregunta siguieron muchas más como -¿Dónde trabajas?; ¿Estado civil?; ¿Hablas idiomas?; ¿Dónde vives?;¿Esperas que nuestra relación llegue a algo más?
Tras escuchar cada una de mis respuestas y tomar nota de lo que ella creía oportuno, me habló con mucha calma y me dijo:
-Ya lo siento pero no es el perfil que estoy buscando para al menos esta noche.
Si quiere le guardo en mi base de datos para futuras ocasiones, pero en ese caso tiene que pagar unas tasas de veinte euros por cada mes en el que quiera seguir incluido.
Ante mi confusión por la inesperada respuesta, recordé que en el bolsillo izquierdo de mi pantalón tenía cuarenta euros. Los saqué mientras pensaba que cómo habían cambiado los tiempos desde que había intentado ligar por última vez.
Al recoger el dinero me ofreció la más sugerente de sus sonrisas, y al instante miró hacia mi derecha. Al observar el detalle, instintivamente miré yo también. Se había formado detrás mio, sin darme cuenta, una pequeña cola de otros tres individuos que al parecer también deseaban probar suerte.
Con el rabo entre las piernas, y nunca mejor dicho, me levanté, mientras sentía el aturdimiento propio de saber que había hecho el mayor ridículo de mi vida, y lo peor es que encima constaba en una lista por la que, a más inri, había pagado.
Mientras caminaba por una calle pobremente iluminada, iba preguntándome dónde había quedado el romanticismo. Al instante me dí cuenta de que en realidad era yo el que estaba perdido pues si quería leer un buen libro no debía de ir a una panadería.
Mientras me alejaba de un sitio al que ya no hubiera sabido regresar, una pareja me adelantó. Se agarraban con todo el amor del mundo. No obstante hubo algo en la imagen que me dejó inquieto. Del hombro derecho de ella colgaba en una especie de bolso negro un tablet pc, cuya luz verde todavía estaba encendida.

*FOTO: DE LA RED
                                                                            Dedicado a Cesar con todo mi cariño.


2 comentarios:

  1. Gracias, amigo Patxi. ¿como han cambiado los tiempos verdad? Mejor dicho los medios, porque esto también ocurría antes, pero sin tablet PC desde luego. Feliz Año!

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  2. Pues sí, no hay nada nuevo bajo el sol. Lo único que cambia es la decoración porque la historia es siempre la misma. Un abrazo.

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