En los momentos de zozobra es cuando se aprecia más la unión, y es cuando todo se puede resquebrajar por los puntos más débiles. Ésto es lo que ha ocurrido en una de las noches más largas de la comunidad económica de vecinos europeos.
Este otro vecino no entiende nada ni de economía ni de política en general, solo sufre los desperfectos, como casi todos, pero en realidad lo que está ocurriendo últimamente podría ser una historia de western postrero de esos en los que Clint Eastwood ha demostrado ser un maestro.
Se habla poco pero con contundencia y se tiene muy en cuenta las compañías, y su número.
El solitario de Albión, Mr David Cameron, se ha quedado, pues eso, prácticamente solo, ya que ha demostrado ámpliamente que lo único que le interesa es su rancho y su divisa.
Este vecino del mundo es de la opinión de que cuando se toma una decisión, no se puede andar con medias tintas, y aunque añora los tiempos de la pequeña rubia, también conocida como peseta, si se ha iniciado un viaje habrá que continuar en él. Bien es cierto, que habrá que vigilar de cerca al marido de la cantante, no sea que el que desafine sea él, y aunque el idioma francés es muy sugerente, desafinar es malo en cualquier idioma. Mientras, la seriedad de la Señora Merkell nos confunde siempre, pues no sabes nunca debido a esa economía de gestos si nos está amenazando o nos va a cantar “El cumpleaños feliz”.
Hace dos noches se jugó una partida de pocker y al rajarse el solitario de Albión nunca sabremos si franceses y alemanes tenían buenas cartas o iban de farol.
Muchas veces la economía no se guía tanto por las decisiones tomadas, sino por la escenificación de las mismas. Si fuera así lo veremos pronto y puede ser bueno para pegar un pequeño acelerón a las diferentes bolsas.
De nada vale mirar para atrás cuando ya has partido, ahora solo nos queda mirar hacia adelante, más que nada por ver si divisamos costa, y en caso de accidente si nos vamos a ahogar o no.
De todas las maneras, y teniendo en cuenta a quienes tenemos por compañeros de grupo, a la hora de gastar el poco dinero que nos queda, mejor será hacerlo con productos de países presuntamente amigos, y no con los que te dejan en la estacada a las primeras de cambio. Resumiendo: si vas a un pub, son muy buenos... los irlandeses.
A este vecino, desde la espantada del solitario de Albión solo le viene a la mente aquel chiste en el que un borracho llama a Alcohólicos Anónimos y cada vez que descuelgan el teléfono les dice: Rajaos, que sois unos rajaos.
*FOTO: DE LA RED
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