Muchas veces un simple detalle puede actuar como túnel del tiempo y llevarte muchos años atrás, sin que te lo hubieras propuesto previamente.
Eso me ocurrió ayer cuando estaba hablando con una amiga en un chat, y al despedirse, ella utilizó la frase coloquial: Agur Ben-Hur.
Automáticamente mi mente, olvidando cualquier relación espacio / tiempo, me dejó en mi niñez., con unos diez años, los días posteriores a ver esa película.
Mis recuerdos se refieren, claro está, a una de las veces que se reestrenó, sobre el sesenta y seis más o menos. Entonces la noción de estreno o reestreneo, al menos para mí, no estaba muy clara.
Mis amigos y yo nos pasamos semanas enteras jugando a romanos. Cuando querías sentir algo fuerte, en vez de elegir el papel de Ben-Hur, de los Hur de toda la vida, elegías el de Mesala, antiguo amigo de Ben-Hur, y por lo tanto ahora malo, malísimo. Siempre acabábamos por el suelo, claro, con las caídas de las cuadrigas.
Con el tiempo la escena que me anduvo a maltraer fue la caída de la teja sobre el representante romano, que es en realidad lo que origina todo el drama de la película. Cada vez que volvía a vivir esa historia, tenía la esperanza de que no volviera a ocurrir, pero al final siempre pagaban el pato los mismos.
Ahora ya los niños, no se manchan como lo hacíamos nosotros, pues raro era el día, además, en que no llegáramos a casa con alguna herida.
Ahora el único riesgo que corren, y ese puede ser gordo, es el de morirse electrocutados con alguno de los “aparatitos”que utilizan para meter sus videojuegos.
Una gran diferencia con antaño, es que ahora prácticamente no ejercitan la imaginación en sus aventuras porque ya les viene todo dado.
Para encontrar ahora un Mesala de videojuego, se me ocurre que muy bien pudiera ser Mouriño, como entrenador de un equipo que quiere ganar a toda costa, y no le importa nada como acabe la cuadriga del equipo contrario, con tal de que sea destruida.
En nuestros juegos terminábamos todos en el suelo muertos. Ahora te puedes recrear con los litros de sangre que pueden empañar tu pantalla, para darle más realismo al juego.
Al terminar con algunos videojuegos, te da ganas de limpiar cada centímetro de cable por si todavía queda alguna gota de sangre, con la esperanza además de que no sea tuya.
Con el tiempo me he ido dando cuenta de que junto con Mesala, fueron muriendo muchos recuerdos de la niñez, mezclados con la sangre de la vida, y la arena del tiempo, que lo tapa todo.
*FOTO: DE LA RED
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