martes, 19 de marzo de 2013

UN COMPORTAMIENTO IMPROBABLE


El niño me seguía pellizcando y me producía una falta de dolor insoportable que no lo podía traducir ni con un simple gesto. Y encima, aquella ajada mujer se mosquea, y me tacha de “borde” porque no le he reído la gracia al ajado niño, ni le miro a ella mientras me habla.
Llevo unas dos horas en este cubículo sin poder moverme, y no solo la gente no se da cuenta, sino que ve en mí actitudes que no son, porque no puedo mover un simple músculo de mi cara.
Alguna vez había sentido cierto adormilamiento en la mano y pie, pero esta mañana al entrar en el centro comercial, he sentido que una especie de calor frío invadía mi cuerpo.
Nada puede ir peor. La ansiada cita de trabajo buscada durante meses se ha ido al garete, y la razón, imposible de creer.
Me tengo en frente, y la verdad es que mirándome en el espejo, cuando no hay nadie que interrumpa mi visión, no se adivina nada raro en mi figura que advierta de mi parálisis total. Quizás, observando fijamente, se me ha quedado como único efecto, un rictus que da una especie de autosuficiencia a la expresión de mi cara, que es lo que ha debido de sacar de sus casillas a la madre gruñona.
Estoy experimentando lo que alguien llamó la soledad en la muchedumbre, pues este ascensor, uno de los cuatro que se encuentran junto a la entrada del centro comercial, no para de subir y bajar, y nadie advierte lo improbable de mi comportamiento.
Estoy convencido de que lo mismo que me ha invadido ese calor paralizante, en cualquier momento comenzaré a sentir los músculos relajándose dentro de mí. Solo puedo esperar, y no importa si me da un ataque de nervios, porque nadie lo va a notar.
Estoy en la última planta, con la puerta del ascensor abierta a mi izquierda. Desde hace unos instantes parece que la gente habla más alto y en desorden. Se acaban de oír unos gritos, y justo al lado de la puerta pasan varias personas corriendo.
No se si es mi imaginación, pero juraría que un poco de niebla con olor a pintura empieza a ocultarme.
La puerta se cierra tras un chasquido metálico. Estaba confundido.
El día empeora. 

*FOTO: DE LA RED

No hay comentarios:

Publicar un comentario