Nada, lo tengo que reconocer. No quería decíroslo para no
preocuparos, pensando que lo mismo que ha venido se irá, pero…, continúo igual.
Estoy más deprimido que el Señor Pajares en su momento viendo la unión, o la
falta de ella, de su familia. Estoy tan “puf” que hasta la dimisión de Ana Mato
me da igual.
A lo mejor si se fuera el Señor Rajoy, se arreglaba algo en mí, pero como últimamente
no soy precisamente el rey de las fiestas, seguro que pensaría que “sí, se ha
ido Rajoy pero hasta que haya un nuevo periodo electoral le va a suplir otro de
su misma cuerda, y así no se arreglan las cosas…”
Estoy más deprimido que el antiguo maestro de Paquirrín
viendo los no progresos de su alumno, que el contable de su madre, que el profesor de canto de la no artista
antes conocida como Tamara y más tarde Yurena. Resumiendo, y en palabras del
filósofo Chiquito de la Calzada me siento: “Mu malamente”.
Y quizás esa depresión se deba a que hemos llegado a un
momento en el que el futuro no es que sea incierto, sino que es desgraciadamente cierto.
Estamos a menos de un metro de un acantilado, y aunque lo hemos visto, y nos hemos parado, nos
están empujando desde atrás, y no podemos darnos la vuelta para ver lo que
ocurre porque perdemos el equilibrio y el siguiente paso ya es el más allá, o
el “nunca”.
Si después de muchos años no hemos aprendido a volar, en
estos centímetros que nos quedan de tierra firme, no nos va a dar tiempo ahora, y si el mismo “Superman” se quedó parapléjico (me sigue saliendo mi
vena depresiva, ya lo siento) me da que ésto ya no se arregla.
Hace apenas un rato he estado viendo la comparecencia del
Señor Rajoy en el Congreso para hablar de la corrupción, y quizás eso ha sido
la gota que faltaba en mi estado. Hay gente a la que le prohíben ver partidos de
fútbol porque su corazón está débil, a mí me van a tener que prohibir muchas
cosas, porque tengo la sensación de que se ríen de mi a mi cara, y eso me
afecta mucho.
La intervención del Señor Rajoy proponiendo medidas en
contra de la corrupción ha sido como ver a Pocholo Martínez-Bordiú hablando de
lo malo que es consumir todo tipo de sustancias y bebidas alcohólicas. Y solo
me quedaba como solución a soltar todos mis sentimientos, el romper mi
televisor, pero no ha podido ser…, porque no tengo dinero para comprarme otro.
Y la intervención de Pedro Sánchez, secretario general
del PSOE, ha sido la otra cara de la moneda, lo que todos
queremos oír, pero, de pronto, me he
acordado de la típica escena de “poli bueno y poli malo” y que al final te
descuidas, largas, hablas, y al que le meten en la trena es a ti.
Y hace mucho que entre unos y otros estamos todos en una cárcel,
que otros han llamado crisis, y lo peor de todo es que alguien ha debido de
tirar las llaves al fondo del mar matarile, rile, rile.
Lo dicho estoy muy mal, y no sé si tomarme una pastilla
de cada medicamento, o todos en general.
Estoy sopesando la idea de comprarme una mascota, a la que llamar “Ilusión”, para poder hablar de ella todos los días,
porque la otra hace tiempo que la perdí. Pero desde mi depresión, yo mismo me digo
que no voy a hacerlo porque seguro que un tráiler articulado de esos me lo
aplasta y lo convierte en alfombra. ¡Vamos! Lo que hace tiempo hizo la vida
misma.
*FOTO: DE LA RED
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