Siempre se ha dicho que un
televisor es una ventana abierta por la que conocemos gente que con la costumbre,
y en ciertos casos, podemos incluso considerarla “como de la familia”. Por el
lado contrario, cuando, digamos, sientes que las visitas, más que inoportunas, agreden a tu manera de ser, se puede decir que no son bien recibidas, sino que
te pueden llegar a violentar.
Desde hace ya un tiempo hay
un anuncio, de Pastas Gallo concretamente, que comienza con Susanna Griso (acompañada por el cocinero Pepe Rey) que entra en nuestras casas, sin llamar a la puerta, y lo primero que nos dice es "Hay que ver qué poquito os
cuidáis los hombres”.
En primer lugar habría que
decir aquello de que no conviene “generalizar”, y que habrá de todo en la viña
del señor.
Lo triste del caso es que
desde hace unos años, hemos pasado de unos anuncios pasados de machismo y de
mujeres florero, a otros en los que los “chistes” se hacen a costa de
los hombres. Parece que siempre hay que herir a alguien, y los hombres ahora
tenemos todas las papeletas.
Hay otro anuncio en el que
un hombre limpiando el suelo nos recuerda que hasta ahora en esas situaciones se veía a
mujeres, pero en contra de lo que dice, ya han pasado bastantes
años, porque ahora es al hombre al que se le pone en situaciones, vistas desde
la óptica femenina, se supone que graciosas, pero cuando les tocaba a ellas, se
calificaba como netamente machistas. Porque lo importante no es el hecho en sí,
sino el tono que se le da, y ahora, con el hombre como objetivo, hay que ser,
cuando menos, "graciosillos".
Incluso, hace unos años ya,
para mandarnos el mensaje que los
hombres también podemos poner una lavadora, en lugar de decirlo tan llanamente,
se utilizaba a unos cuantos hombres en momentos ridículos, alguno de ellos
en mallas…
Seamos serios, si en lugar
del anuncio y página web “adoptauntío”, que parece que hace gracia, fuera: “adoptaunatía”,
seguro que ya se había armado un buen lío.
Tengo un amigo, bastante
bruto, mucho, pero un auténtico filósofo de taberna, y siempre que entra Susana
Griso en mi casa, y sin avisar, me acuerdo de él, porque siempre que se siente
agredido con un comentario inoportuno, contraataca con otra pregunta: ¿Y tu
prima…qué tal mea?, pero quizás ahora esa pregunta ya no sea ni graciosa, sino
totalmente sexista.
Lo de los hombres, no es
cuestión de sexo, sino que son, somos, al parecer, directamente unos adanes…pero
no es cuestión de recordárnoslo todos los días, ni entrar en nuestras casas a gritárnoslo
en la cara, porque entonces es cuando me acuerdo de la prima de la
Griso, y ella, la prima, tampoco tiene
la culpa de nada.
*FOTO: DE LA RED
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