San Sebastián, 14 de Diciembre,
2015
Estimado indeciso,
Hoy, lunes, me he despertado
muy temprano. Al principio no le he dado importancia, pero poco a poco un
desasosiego me ha ido invadiendo. Y es que esta semana es atípica; desde
ya huele al próximo domingo, a fecha electoral. Y nos jugamos mucho.
Si en unos seis años, no
más, a este país, entre unos y otros, los dos partidos de siempre, lo han
dejado como un bebedero de patos, con perdón a los patos, en la próxima legislatura, y al más firme
estilo del Forges de los setenta, nos daremos cuenta de que iba muy en serio
lo
de España
S.A.
Y el problema en esta
ecuación, por simplificarlo mucho, no es de ellos, los de siempre, que arriman
el ascua a su sardina, o a la de sus amigos, en un país lleno de amiguetes, sino nuestra, que nos seguimos creyendo las mismas
mentiras de siempre, y como han colado, y siguen colando, pues más.
España no va bien. No soy ni
licenciado en derecho, ni economista, pero desde hace unos años, como afectado, y mucho por la crisis, desgraciadamente tengo mucho tiempo libre, mucho tiempo
para observar, y recapacitar. Y, lo dicho, España no va bien.
Nos están vendiendo la moto
de que si les dejamos seguir, a los del partido todavía en el gobierno, lo peor
ya ha pasado. Pero, señores, seamos serios que llevan varios años cerrando las
cuentas cogiendo el dinero que es para la jubilación. Así también este vecino
del mundo, cierra cualquier ejercicio económico, si le pide a un conocido que
le ponga lo que falta.
Y este conocido, es muy
conocido. La mayoría de ellos se han batido el cobre durante treinta y cinco años, o más, no solo trabajando, sino logrando unas
mejores condiciones en todo, e incluso ahora utilizando su jubilación para
ayudar a los parados, que quien más o quien menos, tiene en su propia casa.
Sinceramente, durante muchos
años, y ahora me doy cuenta, he sido ese buen ciudadano, al final un borrego
siguiendo a la manada, que no ha dado nunca problemas a nadie, ni a las leyes
ni a los empresarios. Solo he perdido días de trabajo por una neumonía y una
operación nasal para poder respirar mejor.
En la empresa nunca han
reconocido época de vacas gordas, incluso los jefes casi no cogían vacaciones,
pero se iban frecuentemente de viajes de negocio, de los que volvían sospechosamente morenos. Y
cuando “la cosa”, la famosa cosa empezó a ir un poco mal, nos mandaron a la
calle a los que teníamos más de 52 años, no a todos evidentemente, porque siempre hay una ventaja para el que sabe reverenciar al jefazo, al jefe, y a los jefecitos.
No hay trabajo para los
jóvenes, bien pagado y en condiciones, para los esclavos sí, y ahora nos viene el Señor Presidente del Gobierno en calidad de candidato, diciendo que el que quiera seguir trabajando cuando llegue a los sesenta y cinco
lo podrá seguir haciendo, claro, sin cobrar la jubilación, cuando a una gran mayoría nos han mandado ya a casita, al ver que eramos los que mejores condiciones teníamos, sin tener el estatus de jefe, claro.
Ayer me desperté
desasosegado, tras soñar con una oficina llena de lentos y reumáticos
trabajadores, con culos enormes blindados por “Dodotis”, la mitad de los cuales
ni podían recordar el trabajo que tenían que hacer. Verdaderamente lamentable
el sueño/futuro.
El todavía Presidente, otra vez como candidato, nos
dice también que no se puede dejar el gobierno en manos de partidos bisoños. El
problema es que los que están y los que han estado tienen tanta experiencia
que, como diría aquel, “se las saben todas”, incluso hasta a hacer “pagos en
diferido”.
Seamos serios, cuando murió
Franco, una gran parte de los que se presentaron a las elecciones, y tuvieron
gran importancia a posteriori, eran “bisoños” también.
Quizás la bisoñez pueda tener su parte buena, y entre que acaban de aterrizar llenos de ganas, la
sensación de que están siendo vigilados por la nueva oposición, que les
vigilaría al máximo azuzados por su cabreo ante su nuevo futuro, el nuevo
gobierno, como se diría vulgarmente, iba a comportarse más fino que el coral.
Los ayuntamientos han
cambiado, en su gran mayoría, y no reina el caos. Muy al contrario, ha servido
para airear cuentas oscuras, muy oscuras.
El futuro está en nuestras manos,
aunque viendo esa juventud polígonera, y esa otra “pija máxima” que solo sueña
con sus cinco minutos de gloria, y el tener para comprarse un móvil de última
generación para sacar fotos a la persona que más quieren, ellos mismos, como no
nos movamos la generación intermedia ya, lo del arca de Noé va a ser un juego
de niños.
Hay, se dice, todavía un cuarenta
por ciento de indecisos como usted. No voy a intentar convencer a nadie,
pero antes de votar, recapacite sobre su
vida anterior, y lo que se ha deteriorado estos últimos seis años, si está conforme, hay dos/tres
partidos que le están esperando.
Yo, particularmente he
comenzado una estricta dieta de fruta y verdura morada, buena para prevenir
ciertos cánceres y, sobre todo, para la memoria, porque no quiero que se me
olvide nada de lo que me han hecho, nos han hecho.
El secreto va a estar en el
morado.
Atentamente,
Un vecino del mundo
*FOTO: DE LA RED
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