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domingo, 29 de abril de 2018

UN MUNDO LLAMADO "ABBA"



Entre manada y manada, los que acapararon la atención otra vez ayer, después de 35 años, fueron los ABBA.

Para resumirlo, vuelven, pero como siempre han sido ellos: de una manera diferente. Han grabado dos canciones nuevas; sólo, diríamos muchos, pero el grupo sueco que siempre ha sido cuando menos diferente, seguro que con eso, sólo, serán capaces de hacer maravillas.

Mediante un mensaje en Instagram, vienen del ayer más lejano pero colgados de las nuevas tecnologías, como siempre hicieron. 

Prácticamente fueron los primeros en realizar videoclips, y evitarse de esa manera muchos viajes, ya que al parecer no eran tan dados a viajar por viajar. Los cuatro miembros de ABBA han anunciado que se han reunido en un estudio y han grabado dos nuevas canciones.

En los 35 años pasados desde su “parada”, entonces presentada como tal, en diciembre de 1982, el cuarteto rechazó, al parecer, ofertas estratosféricas (¿mil millones de dólares?) para hacer otra gira. 

Han aprobado para la primavera del 2019 un espectáculo de “realidad virtual”, se presupone que con hologramas; tecnología que se utilizará para presentar “I Still Have Faith in You”, uno de sus nuevos temas, en un especial de televisión previsto para finales del presente año.

En el caso personal de este vecino del mundo, hablar de ABBA es abrir una puerta al pasado. Forma parte de su banda sonora. En las radios londinenses fue donde conocí uno de sus mayores éxitos: Chiquitita, a primeros de 1979.

Con ropajes casi más cantarines que sus voces, pero muy cercanos, por ejemplo, a nuestros “Diablos”, son la fotografía de una época. Además, hay que recordar que entonces estábamos atravesando en España aquella época conocida y reconocida ahora como “landismo”. Y en la que, imaginemos la siguiente frase con aquella voz cantarina del López Vázquez: “una sueca, es una sueca”. Y en Abba había dos, una morena y una rubia, como en nuestra zarzuela. A este vecino, ahora que no nos oye nadie lo confiesa, le “en-cantaba” la morena.  Siempre recordará unas imágenes de un concierto en que Agnetha Fältskog, la morena, se agachaba vistiendo  uno de esos monos ceñidos mientras masajeaba de arriba abajo una de las piernas de su guitarrista, que lógicamente, hacía ímprobos esfuerzos en concentrarse en su trabajo.

Al leer la idea que han tenido de hacer un show sin su presencia, sólo con hologramas, me he acordado inmediatamente de una entrevista que concedió para Televisión Española Xabier Cugat, a mediados de los setenta, cuando el buen hombre, ya había elegido Barcelona para instalar sus cuarteles de invierno. 

Alababa, como no podía ser de otra manera, la manera de ser del americano, y decía que aquello era el país de las oportunidades. De hecho, de alguna manera se comprometió a que él, con una buena campaña publicitaria, podía vender hasta cajas vacías. Me lo creí entonces, y me lo sigo creyendo, ahora incluso con más motivos.

De las bandas tributo, que siempre le han parecido a este vecino del mundo un quiero y no puedo, bajamos ahora un escalón, y ya ofrecemos “hologramas”, naturalmente, y me imagino, a precios de angulas.

Quizás haga un esfuerzo personal para asistir a uno de esos shows, siempre que, y lógicamente, se me permita pagar con hologramas de billetes de cien euros. Sería lo justo.

*FOTOS: DE LA RED



jueves, 27 de agosto de 2015

DEJAD EN PAZ A LISBETH


El poder de ser inmortal hace años que ya se ha encontrado, al menos en el universo literario.

¿Que un autor tiene la desagradable idea de morirse en pleno triunfo, o incluso en momentos antes de saborearlo? Pues si el mundo editorial quiere y hay unos familiares que parecen practicar ese famoso dicho de “El muerto al hoyo y el vivo al bollo”, ya tenemos el lío armado, y un cuarto libro de  Lisbeth Salander, la chica con el tatuaje de un dragón más famosa del mundo, llamando a nuestras puertas desde hoy en España.

Lo más injusto de esta historia es que en una sociedad en teoría tan moderna y libre, se dé tanta importancia a la ausencia de un papel que certifique un matrimonio que nunca existió porque la pareja en cuestión no lo estimó necesario, y eso haga, que unos familiares, padre y hermano, que presuntamente, al menos así se contó en su momento, no se hablaban con el aún desconocido autor, ahora rijan el destino de una herencia, al menos cultural, que ni presuntamente les había interesado, ni habían vivido de una manera cercana en su gestación.

Se presupone que la novia de Stieg Larsson, y su compañera hasta que falleció, mejor que nadie debía de saber las intenciones del autor con respecto al futuro de los personajes del universo de  Millennium, y siempre se ha dicho que ella se negaba rotundamente a que los personajes sobrevivieran a su autor.

Este vecino del mundo, y tras haber leído la trilogía sueca, nunca ha podido olvidar a ese personaje delicado y duro al mismo tiempo, en un ambiente tan negro como su manera de vestir, que como el Ave Fenix renace, no de sus cenizas sino del estercolero familiar que le rodeaba, y siempre ha estado seguro que si Lisbeth hubiera sido de carne y hueso, sin duda hubiera estado detrás de lo de WikiLeaks y ese tipo de filtraciones.

Los malos de su universo,  que de alguna u otra manera seguirán siendo familiares de ella, seguro que hubieran querido manchar, más si es posible, su imagen intentando hacernos creer, que ella era sin duda la cabeza culpable de casos como el robo de fotos, en la célebre nube, de famosas desnudas, que tuvieron lugar hace un año o dos, y últimamente, de ese robo de nombres de gente que ha sido infiel a sus parejas, y que además, al parecer, se pavoneaba de ello de una manera organizada.


Lo importante en todo, es saber dónde abrir una brecha y tener la suerte de encontrar un filón. Lo de la cuarta novela, “Lo que no te mata te hace más fuerte” es solo cavar en una dirección ya apuntada, como dirían en películas con doblaje “latino”, por un finado que desde el más allá quiere, sino contradecir al título, al menos variar ese dicho, y nos hace patente que “Lo que mata puede hacer a otros más ricos”

*FOTO: DE LA RED

miércoles, 2 de julio de 2014

EL MAPA HUMANO Y LO PROHIBIDO

A medida que uno va cumpliendo sus años, va teniendo “sus cosas”. Y últimamente a este vecino le ha dado por sentirse “incomodo” mientras lee. ¡Ojo!  En ningún momento este vecino quiere decir que le incomoda la literatura en cualquiera de sus vertientes, sino el mero hecho de leer con lentitud...
Lo que ocurre es que a este vecino le encanta la novela negra, por cuanto tiene de desentrañar un jeroglífico, pero es más bien de pensamiento disperso y tarda bastante en concentrarse en su lectura. Y últimamente le ha dado en pensar que cada vez que para de leer un libro, deja a los personajes protagonistas “parados a su vez en sus pesquisas”. Y eso es malo para la reputación del protagonista de turno, por lo que cada día que no lee es una especie de carga de culpa que se echa a sus espaldas. Y ha llegado un momento en que se ha sentido tan culpable que no es solo que haya retomado sus lecturas, sino que quiere que los protagonistas de sus últimas novelas vayan resolviendo sus casos a marchas forzadas para que no sufran en su reputación.
Este vecino está hablando ahora en plural porque está leyendo las aventuras y desventuras del sargento de la benemérita Bevilacqua y la cabo Chamorro, hijos de la imaginación de Lorenzo Silva. En estos momentos están enzarzados en la aventura de “La reina sin espejo”.
A este vecino del mundo le encanta la novela negra sueca, pero llega un momento en que tanto frío, tanta humedad, y unos personajes tan fríos y secos al mismo tiempo, piden a gritos un descanso en forma de personajes españoles en un entorno conocido, y con los vicios y virtudes que muy bien pudieran estar encarnados en tu vecino del quinto. Un mesón castellano, o catalán en estas aventuras, es más fácil de imaginar que un garito sueco. Y una tortilla de patatas siempre es más apetecible, para nosotros, que un buen plato de köttbullar.
El miedo que le amenaza ahora a este vecino es el pensar que quizás Alonso Quijano empezó así con las novelas de caballería, y acabó como… Don Quijote de la Mancha, y que quizás él pueda acabar como defensor de causas, más que perdidas cuando menos dudosas. Este vecino, de todas las maneras, tampoco se ve con tricornio, si acaso con una gabardina usada al estilo Colombo, y ya que no puede llevar el pelo despeinado por culpa de su alopecia, sí al menos con barba de cinco días, visitando garitos de luces variopintas en busca de alguna pista.
Por ahora hay que tomar notas del saber de Bevilacqua y la manera de abordar el mapa humano, que sin duda ayudará a solventar cualquier caso por extraño que de antemano parezca. Porque con el tiempo te vas dando cuenta de que la vida es la mejor de las novelas, aunque la mayoría de las veces la identidad “del malo” sea más que dudosa.

*FOTO: DE LA RED

miércoles, 23 de abril de 2014

UN TROCITO DE SHANGRI-LA

Hoy en alguno de esos periódicos digitales, y más tarde en emisoras de radio que “leen” esos periódicos, han hablado sobre la calle en la que sale más caro comprar un piso en España, y cualquier donostiarra, sin embargo, ya lo sabía desde hace muchísimo tiempo, porque es en el paseo de Miraconcha, en frente de la mismísima playa de la Concha. Y con esa noticia, hoy tristemente confirmada, se va al traste uno de mis sueños más íntimos.
Hay quien sueña con suecas, no de Sueca en la provincia de Valencia, sino de la mismísima Suecia. Otros, que por ejemplo tienen el alma blanca, sueñan con la décima. Sin embargo, para este vecino siempre ha sido su Shangri-La, su trocito de Edén, el sueño de levantarse por las mañanas, y salir a su mirador, precisamente en Miraconcha, con su calzoncillo descolocado, y mientras se lo coloca, el calzoncillo y todo lo demás, abrir los ojos, todavía somnolientos, y comprobar cómo se juntan una vez más el azul del mar con el del cielo.
Y lo triste no es pensar que nunca, al menos en esta vida, conseguiré mi trocito de Shangri-La, sino comprobar que los sueños tienen un precio, y que hay personas que los pueden conseguir sin parpadear. A este vecino se le plantea entonces que no debe de ser lo mismo los sueños de un "currela" que los de un multimillonario, que no es que tenga dinero en el banco, sino que es el propietario de una cadena de bancos. Y seguro, seguro, que el multimillonario te vendrá con la milonga esa de que él no puede ni soñar porque está todo el día currando, y que para él su sueño sería el poder tomarse una caña con sus amigos del alma.
Este vecino no puede negar, de que aunque al comienzo del post no pensaba en él, ahora le viene a su mente el Señor Blesa, que no sabe si habrá conseguido sus sueños, pero sí el dinamitar presuntamente miles de sueños de sus clientes, y algo muy, muy morboso, el sentar en un banquillo al juez que previamente le había sentado a él. Quizás por eso no hay duda, de que de España se puede decir que es la tierra donde cualquier sueño es posible, sobre todo si tienes mucho dinero, jeta y amigos apropiados. 

*DIBUJO: DE LA RED