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martes, 4 de abril de 2017

¿Y ESA FAMOSA FLEMA BRITÁNICA?


Estoy confuso y desnortado. Cuando llevas bastante tiempo en este mundo, y vas conociendo el cómo va esto, no hace falta que mires el calendario, porque, por ejemplo, si ves castañas, es como mínimo otoño, o invierno, y si hay árboles decorados por todas partes, estamos en Navidad.

Y uno, este vecino del mundo, está acostumbrado a que lo del peñón, Gib para los británicos, siempre ocurra cuando se está acercando el verano. Algo pasa entonces, que los súbditos de su reina, las autoridades del Peñón, y de rebote nuestros políticos,  se dicen unas cuantas sandeces, como para cumplir el expediente y … hasta el año que viene.

Lo de este año, la salida de pata de banco de las autoridades británicas con lo de Gibraltar, es todo menos demostrar su famosa flema británica. 

Acaban de dar comienzo a su famoso Brexit, y ya sacan sus pistolas dialécticas. Sinceramente, durante muchos años, y desde el punto de vista de este vecino del mundo, que no es técnico en la materia, sino simple observador, el Reino Unido ha sido el niño mimado de la clase, partiendo que la clase fuera la Unión Europea. Ese niño que siempre nos han dicho que es un tanto “especial”, no se sabe si por motivos de salud, porque siempre en su casa se le ha sobreprotegido o porque siempre tiene la ayuda del comodín del público. Pero, es así.

Se han acostumbrado, los británicos, a que su viaje por Las Europas, por el Continente como dicen ellos, siempre ha sido de una calma chicha total, e incluso ayudándoles con las coordenadas si fuera necesario, y a las primeras, más que de cambio, del cambio, sacan su lado más macarra, el de Magaluf, y amenazan, a los que ellos siempre han visto más débiles, pero que en el fondo les han tenido envidia, a los españoles; no se sabe si por su clima, o por su fiesta (y no me refiero a los toros), sino que deben de creer que todas las noches nos transformamos en habitantes de una Sodoma y Gomorra hispana.

Amenazar, recordando lo ocurrido hace 35 años, con Argentina, y unas pequeñas islas, es demostrar con hechos que nada ha cambiado, que somos igual de “salvajes”, y que la vida sigue, en realidad, en blanco y negro. En ese blanco y negro de los documentales históricos en el que nos recuerdan lo que no debería de ocurrir otra vez.

El Reino Unido, el verano pasado, jugó con un fuego que pensaban tenían controlado, y las urnas, por dejadez de unos y persistencia de otros, les hizo quemarse, y ahora están totalmente desubicados. Y cada vez que les llaman a la puerta, a su puerta, no parten de que el vecino europeo les va a pedir perejil, sino que despejen la zona, y así les va, y eso solo es el comienzo. Porque la Unión Europea tiene que demostrar, por su lado, a todos sus socios, especialmente a los que tienen tentación de copiar a los británicos, de que dentro se está mejor.


Ya sólo falta que  alguien diga que ha visto al monstruo del lago Ness, para que sea verano en primavera.

*FOTO: DE LA RED

sábado, 20 de febrero de 2016

LAS CINCUENTA SOMBRAS DE CAMERON



Como era más que cantado, incluso más que el Festival de Eurovisión, los líderes de los 28 estados que componen la Unión Europea, han llegado al acuerdo de que el Reino Unido pueda utilizar una especie de freno de emergencia, o de segunda velocidad, en el caso de que ciudadanos comunitarios trabajando en el Reino Unido signifiquen, por decirlo de alguna manera, una carga excesiva para sus finanzas.


Según el acuerdo alcanzado hoy, se permitirá que los europeos que lleguen al Reino Unido a partir del momento en que se ponga en marcha el mecanismo - previsiblemente por Enero del 2017, según el mismísimo Señor Cameron - no puedan acogerse a beneficios sociales en los siguientes siete años a los que, en cambio, sí tendrán derecho los trabajadores británicos. Por lo que ante un mismo puesto de trabajo, los ciudadanos europeos, o del resto de Europa, o del continente, recibirán más o menos en función de su pasaporte. No solo eso, sino que el mecanismo afectaría también de manera retroactiva a quienes ya disfruten de esos beneficios a partir del 2020.


Vaya por delante, que por motivos personales quiero mucho a los británicos, especialmente a los ingleses, porque pasé tres años de mi vida en Londres, y eso no se puede, ni se quiere, olvidar. Pero también me da más visión para poder criticarlos.  


Y hoy, este vecino del mundo se siente cabreado, muy cabreado, porque al final los ingleses han conseguido lo que querían, como siempre. Aunque, en realidad, este final estaba más que cantado, porque el resto de los países ya iban a la reunión a calzón quitado, y si hacía falta se practicaban las cincuenta, e incluso las sesenta y nueve, sombras de Cameron.


Si pensamos en la famosa frase “a donde fueres haz lo que vieres”, un británico viene por ejemplo a España, y en realidad lo que hace es convertir la pequeña parte de España en la que está, en su país.
Lectores, por ejemplo, de la zona Sur y Este de España, en la que hay muchos núcleos de británicos viviendo, podrán corroborar que lo que han hecho es crear pequeñas comunidades británicas con sus pubs,  y viven a su manera, incluso con camareros que no tienen repajolera idea de español, y en lugares en los que claramente te hacen sentir que el “guiri” eres tú. Si los españoles de a pie vamos por allí tendremos la sensación de que nos hemos perdido algo, y sin comerlo ni beberlo nos hemos confundido de país, y ya no estamos en España. Todo ello, dicho sea de paso, con la consiguiente reacción del gobierno español de "no sabe, no contesta".


¿Cómo se sentirán los griegos, por ejemplo, teniendo en cuenta como, hace menos de un año, se les trató a ellos?


En tiempos de nuestros abuelos se decía aquello de que "el que tiene padrino se bautiza y el que no …”. Y recuerdo también, que nunca terminaban el dicho, sino que medio daban a entender mediante gestos, todos ellos negativos, a los que este vecino del mundo los “traducía” como “…y el que no, se jode”. Sin embargo, hoy precisamente, preparando este texto, me he enterado del final verdadero del dicho, que siendo más políticamente correcto, incluso es, al entender de este vecino, más tajante. Y dice: “El que tiene padrino se bautiza y el que no, se queda hereje”.


Desde que me he enterado de ese final, sigo dando vueltas a la idea de si los herejes ahora son los británicos, o el resto de Europa. Lo que sí sé, es que sea lo que sea, ellos se han quedado la mejor parte. Porque, precisamente, ya lo dice otro dicho: ”El que parte y reparte, se lleva la mejor parte”, y las fotos de esas sesiones maratonianas, ya lo dicen: Los españoles solo nos hemos llevado unas cuantas pizzas, que las han comido, con nocturnidad y alevosía, para más inri, los que posiblemente “ya” no estarán en el gobierno dentro de cinco minutos.



Los británicos, y olé para ellos, siguen con su Imperio, aunque de vez en cuando (una vez al año), sus vástagos se desmadren en Magaluf y similares, porque precisamente, y lo han demostrado hoy una vez más, quieren y pueden. Los demás, nos comemos el resto de la pizza, mientras sentimos unas profundas y desgarradoras agujetas, no por practicar, sino porque nos practiquen, las cincuenta, o más, sombras de Mr. Cameron.



*FOTOS: DE LA RED

miércoles, 16 de septiembre de 2015

EL PRECIO DE UN FRACASO


Alguien dijo alguna vez: “Donde termina el esfuerzo, comienza el fracaso.” Y en el caso de la Unión Europea y los refugiados ya no sé si el por ahora fracaso viene motivado por la falta de esfuerzo, o que ésta es solo una apariencia, para que creamos que el fracaso viene motivado por ello, y así no poner en duda la “potencia” de cada uno de los diferentes cargos, o mejor dicho la impotencia de los mismos.

Hay algunos días en que uno se avergüenza de ser humano, y por consiguiente de tener el don de pensar. Y de comprobar que las autoridades, a todos los niveles, mueven el culo, y lo que hay por delante, para que no pase ni un minuto, sin ayuda a las entidades bancarias y a su estado financiero, y por otro lado, para ayudar a los refugiados  convoquen reuniones  de “urgencia” a más de dos semanas vista.

El amanecer de ayer, martes, 15 de Septiembre, fue uno de los más desasosegantes de mi vida, al comprobar ya fuera de toda duda, la banda de personas, habrá que llamarles así todavía, frías y sin escrúpulos, que está al mando de este buque que es Europa, capaces de dilatar una solución por una lucha de egos patrióticos. Lo de, por ejemplo, Gran Bretaña, limpiándose las manos, porque ellos no están en el denominado "Acuerdo de Schengen", puede ser una más de los que conducen por la izquierda, o por donde les da la gana.

Cuando España entró en la Unión Europea lo hizo como aquel que sabiéndose dueño de una piscina, aunque solo fuera de una pequeña parte de ella, se tira de panza como si fuera un nuevo rico, y con el razonamiento de que “como la piscina es mía me tiro como me da la gana, aunque me pueda romper la crisma”.

En cambio, los británicos siempre han sido, aunque sea para zambullirse en la piscina, o en cualquier charco, más de meter primero un dedo del pie, y luego ya veremos. Ahora estoy en la Unión Europea, pero no en la de todos, sino en la que a mí me conviene. Otra cosa es, y muy deprimente, que les dejen hacerlo.

Si uno se da una vuelta por las “Españas” de la costa mediterránea, descubrirá muchas urbanizaciones que son como pequeñas avanzadillas de Gran Bretaña allí, con sus pubs y tiendas muy “british”. Porque, y esto no es una crítica, sino una realidad, el británico allí donde va no se mezcla con el nativo, extiende su territorio

En la Unión Europea, unos cuantos países han extendido su país, para llegar sin mezclarse con los demás. Y así estamos ahora. Con unos políticos que deben de estar mirando de reojo a que los civiles se organicen y hagan algo (el crudo invierno, especialmente para los refugiados, se avecina), porque ellos están en una partida de póquer, que saben cuándo comenzaron pero no cuando van a acabar, ni cómo. Y en el fondo tienen la esperanza, y casi la seguridad, de que las ONGs harán algo, mientras ellos se miran y vigilan para descubrir quién la tiene más grande.

Hemos estado criando con tanto cuidado y esmero a una camada de políticos europeos tan bien cebados, mantenidos, y atendidos desde un punto de vista crematístico , que al final se han creído que son diferentes a nosotros; que ellos vienen directamente de la perfección. Y que las gotas del caro perfume con el que aderezan sus cuerpos y que, no lo olvidemos, pagamos todos, en nosotros se transforma en simple sudor por el esfuerzo, precisamente, de poder ganar lo que ellos nos cuestan.

En el fondo, y visto lo visto, la pasada madrugada, llena de indecisiones y faltas de compromiso, no deja de ser el precio de un fracaso.

*FOTO: DE LA RED



domingo, 5 de julio de 2015

EL OTRO CREPÚSCULO DE LOS DIOSES (O EN SUNSET BOULEVARD SUENA SIRTAKI)


Hay momentos en que uno tiene la certeza de que está ante un acontecimiento histórico, y hoy es uno de esos días.

Se ha jugado un órdago, es discutible sobre quién lo ha dado, entre Grecia y La Unión Europea, bajo la forma de un referéndum, y aunque todavía no se ha cerrado el escrutinio, gana claramente el “NO”.

Todo lo que ha llevado a ésto, la escenificación, ha sido como prepararse para una guerra, y ya se sabe que en las guerras en realidad todos pierden. Por eso como los únicos, en el planteamiento inicial, que iban a perder eran los griegos, ellos pierden pero menos, y los que no se van de rositas es La Troika y ese comportamiento gansteríl de “sí o sí”.

En estos mismos momentos este vecino se imagina a Ángela Merkel como la protagonista del film “Sunset Boulevard”, que en España se tradujo como “El crepúsculo de los dioses”, película cuyo planteamiento ya era original por ser una historia contada en “off” por alguien (William Holden), que en el primer fotograma ya vemos que está muerto, flotando en una piscina.

Es probable que Doña Merkel, como Gloria Swanson en el original, baje esas escaleras de película contoneándose como la estrella que fue, siendo aplaudida por quien espera al final de esas escaleras de mármol, que en esta versión no puede ser otro que el Señor Rajoy, palmero hasta el final.

El todavía presidente del gobierno español ha demostrado ser un voceras a destiempo, esos que tras una pelea en la que ellos no han intervenido pero que se sienten arropados por los “ganadores”, y dicen algo así como “PARA QUE APRENDAS” o “PARA QUE LA PRÓXIMA VEZ TE LO PIENSES MEJOR”, y lo dice en una décima de segundo en la que se ha formado un pequeño silencio, y naturalmente le ven, y oyen, hasta aquellos que no quería que le vieran.

Este vecino del mundo ya lo comentó el otro día en “Música para un conflicto”(http://patxipe.blogspot.com.es/2015/06/musica-para-un-conflicto.html), a los representantes europeos se les ha ido la mano, y los griegos ya no tienen nada que perder, excepto el honor, y  hoy lo han demostrado.

Ya las próximas páginas no están escritas con antelación, y será una verdadera incógnita, pero veremos si más de uno sigue dando órdagos a voces, o baja el tono y la dureza de su comportamiento para con un país que incluso hoy está demostrando que quiere seguir siendo europeo, pero no mancillado.

Por cierto, y ya para terminar. Este verano ya tengo la llave para aguarle la fiesta a más de un guiri de esos que salen de noche de punta en blanco, con la sensación de que todo lo que le rodea, aunque estén en España, es suyo. Normalmente son rubios, y rubias, naturalmente, y muy altos. Más de uno descubrirá que como un Superman o Superwoman cualquiera, también tiene su punto débil, su “kripotnita” particular, al oír la palabra clave:

Varoufakis”.

*FOTO: DE LA RED