Creo que ya lo he comentado aquí alguna vez. Soy un gran
seguidor de Boris Izaguirre y su columna semanal, los sábados, en El País, por
aquello de que siempre está en un lugar diferente, y que como el panorama que le
rodea, hoy habla de una cosa y mañana de otra, pero siempre con un toque de
clase y de cierto aroma a jet lag.
Hoy haciendo guardia en casa, y tras leerle, me estaba preguntando, si en los ambientes
que frecuenta Don Boris, también caerán rendidos al coronavirus. Por lógica sí,
pero me imagino que en su versión más “posh” (elegante). Nada vinculado con
China, sino algo proveniente por ejemplo de Mónaco. Ya se sabe que la corona en
Mónaco siempre ha estado más que cuestionada.
Nosotros, nuestra España en cambio, en momentos donde queda
al descubierto nuestras prioridades, demostramos que lo que más nos preocupa es
la retaguardia. Única manera de explicar esa gran preocupación por el papel
higiénico y de terminar con sus existencias.
La experiencia demuestra que siempre hay alguna Universidad
rara, de esas perdidas en algún lugar desconocido hasta entonces, que siempre se descuelga, especialmente en
verano, con algún estudio de esos muy raros que te hace cuestionar cómo puede
haber alguien que se pueda hacer esa pregunta.
¿Para cuándo un estudio de la preocupación que tenemos los
españoles con el papel higiénico en momentos en que pudiéramos correr riesgo de
desaparecer?
Si ayer me hacía eco de esos madrileños que han tomado al asalto
las tierras valencianas, y lo enfocaba en Gandía, horas después nos enterábamos
de que el Señor Aznar y su esposa, o la Señora Botella y su esposo, también
emprendían su éxodo particular, estos a Guadalmina, en Marbella. Que todavía hay
clases, y más si fueran verdad lo que las malas lenguas contaron en su momento
sobre pisos municipales que fueron vendidos en Madrid a fondos buitres…
Pero ya se sabe que la gente siempre es muy mal hablada y
pensada, especialmente si les quitan la vivienda y no les queda… ni para
limpiarse el trasero.
Por eso sigo sin comprender esa obsesión por algo tan
superfluo como un papel que solo maquilla vergüenzas pero nunca otorga patente
de corso para cualquier tropelía, y sino que se lo pregunten a los Aznar Botella.
*FOTO: DE LA RED