miércoles, 9 de octubre de 2013

EN PRIMERA FILA CON PABLO

Hoy vamos a hablar de la noticia que se esconde detrás de la noticia.
Este vecino, quizás por la edad, no es muy seguidor del cantante Pablo Alborán, y solo utilizaría su música para, en una noche de insomnio, intentar conciliar el sueño. Me pasa parecido que con Manolo García, que no distingo donde termina una canción y dónde empieza otra, o si es su último éxito o de un disco anterior.
La noticia sería que Pablo Alborán, como se ha enterado este vecino a través de la cadena “To be” de radio, actúa este viernes en el Palau Sant Jordi de Barcelona. Sin embargo, para este vecino la verdadera noticia no es ésta, sino que ya hay bastantes jovencitas acampadas en las inmediaciones, no para coger entradas, que hasta eso lo podría, incluso, comprender, sino para conseguir estar en la primera fila. Algunas de ellas están en el lugar de los hechos, desde el miércoles de la semana pasada.
Tras enterarse de ésto, que según parece ya viene siendo habitual en el comportamiento juvenil, este vecino se hace muchas preguntas, porque piensa que no tendrán mucho apoyo familiar, por decirlo de alguna manera. Aún en el caso de que alguna de las jovencitas trabaje, la mayoría tienen que ser estudiantes, y estamos en pleno curso escolar. Aunque estén relevándose en la cola, necesitan de cierta logística, y sobre todo “dinero” familiar.
¿Serán sus padres de los que opinan que la educación de sus hijos empieza y termina en la escuela?
¿Cuál es el fin último de estar en la primera fila durante la actuación? ¿Ver mejor? ¿Ser “descubiertas” por Pablo Alborán? ¿Aparecer en los medios de comunicación? ¿Seducir a la estrella, ya que ellas ya lo están? ¿Piensan en un futuro de sus vidas, o solo ése es su futuro?
Ya con los Beatles, y de eso se cumplen cincuenta años, se daba el fenómeno fan, con desmayos y petición de hijos incluidos, pero para este vecino ésto va más allá. Es una especie de la reencarnación de una divinidad en forma humana, con tintes de “ese día yo también estuve allí” y “durante todo el concierto, Pablo solo me miraba a mí.
Y ahora, y ya para terminar, viene una de las preguntas del millón: ¿Es mejor colaborar en ésto, bien sea con dinero, o con otro tipo de ayudas, desde el ámbito familiar, o es mejor intentar cortarlo de raíz?

*FOTO: DE LA RED


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