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jueves, 23 de agosto de 2018

ENTRE PARPADEO Y PARPADEO...



Llámenme loco, pero estamos en una época del año en la que tengo la sensación de que si vengo un poco tarde de la playa, me voy a perder la cena de Navidad... O dicho de otra manera, en cualquier momento va a sonar el timbre del portal, y al ponerme al telefonillo me entero que es MRW. Me he debido de desvanecer, y lo siguiente ya es una gran montaña en el salón de mi casa con todos los primeros números de los fascículos que se lanzan estas semanas.

Lo mismo que hay una clara pendiente cuesta arriba, la famosa de enero, existe otra no tan publicitada pero sí sufrida desde finales de agosto, y con una vertiginosa pendiente que más que bajar se desploma y nos deja en plenas navidades frente al mostrador de cualquier departamento de “El Corte Inglés”. Tenemos que improvisar, como siempre, unos cuantos regalos haciendo un gran esfuerzo para no repetir actuaciones pasadas que tampoco fueron ninguna maravilla de originalidad.

Hablando de originalidad, estoy pensando muy seriamente  en ese maldito cisne hinchable con el que prácticamente todos estamos terminando estas vacaciones, y que por supuesto lo mantenemos hinchado, para no asfixiarnos aún más, mal colgado en ese metro de balcón al que seguimos llamando “terraza”. 

Ya que lo tenemos, y no hay vuelta atrás cuando tomo una decisión, este año va a sustituir al árbol navideño, y pondremos los regalos en su base.

¿No se nos dice continuamente que hay que reciclar, no malgastar, y ser originales? Pues este año nacerá el “Cisne de Santa Claus”, que será el mismo del verano, al que añadiremos un elegante gorro de Santa que naturalmente habrá depositado en mismísima persona en el “chino” más cercano. Por supuesto, que dos metros alrededor del cisne quedará confiscado todo tipo de petardo, velas y cerillas para no convertir aquello en una trampa mortal.

La veteranía que dan los años te ayuda a asimilar que la vida son una sucesión de imágenes entre parpadeo y parpadeo. Y que además hay que aprender  a disfrutar antes de que cualquier desaprensivo te meta el dedo en el ojo con cualquier excusa como bromas o familiaridades mal entendidas.

Me acabo de poner el casco, nunca se sabe, por aquello de a grandes velocidades, grandes remedios…

*FOTO: DE LA RED
 TRUCAJE: PATXIPE

jueves, 16 de abril de 2015

NADA PERSONAL



¿No te ha dado por pensar alguna vez que lo que hay entre tú y el cartero es pura atracción? No importa que vivas en un segundo, o en un tercero, no importa que el botón de tu casa esté a trasmano, que siempre te aprieta tu ojo a primera hora de la mañana. Porque no nos engañemos, llamar sobre las nueve de la mañana al timbre de tu casasolo al tuyo, varias veces, para que se pare el mundo, es eso, meterte el dedo en el ojo más que llamar al timbre.

Y si le dices algo por el telefonillo cuando te pide por favor que le abras la puerta, él te contesta: -Mire, señora, me pagan para esto, y estoy en mi horario laboral. Si no me quiere abrir, no lo haga, y vendré mañana. Yo lo que me digan, pero a lo mejor era algo urgente…

Tú tienes una vez de bajo impresionante, especialmente si es la primera palabra que dices a alguien para “inaugurar” el día, pero el cartero tras meterte el dedo en el ojo en forma de llamar al timbre no repara en el profundo matiz de tu voz y te llama “señora”. No es nada personal, solo cumple con su trabajo, pero te llama “señora”. Y si tú te cabreas, eres un maleducado, y tienes un humor del “carallo”, como diría tu amigo que ha vivido quince años en A Coruña.

La vida  está llena de momentos que no son personales pero que van amoldando tu alma, y la quieren hacer cada vez más pequeña, pero la culpa siempre es tuya por tomártelo como no debes. El gobierno tiene que tomar unas medidas que no son bienvenidas pero no le queda más remedio, debido a la crisis que hay. Y no vamos a recordar de quién es la culpa por haber vivido por encima de sus posibilidades…

A lo mejor tu mujer te acaba de dejar, pero no es tampoco nada personal, la culpa en realidad no era tuya, es de ella. Ha cambiado a lo largo de estos años no en la misma dirección que lo has hecho tú, ya perdonarás, pero son cosas que pasan. No ha habido un tercero,  pero por casualidades de la vida, mañana te vas a enterar, que ya está con otro. Pero no es nada personal…

Y tú en cambio tienes la mala suerte de que te afectan esa cantidad de cosas no personales  que como flechas se te van clavando a lo largo de tu existencia. Y sabes que aunque vives, o sobrevives en Donosti, tú, precisamente tú, no tienes nada de San Sebastián, el mártir.

Y te acuerdas de la mala suerte de estar en el paro por un E.R.E. que tampoco era nada personal pero que dejó a parte del “personal” en el paro. Y tienes que seguir viviendo, aunque de vez en cuando te sigan metiendo el dedo en el ojo con cosas no personales, y  sólo eres tu quien se lo toma de mala manera. Y además, tienes el mal gusto de recordar cosas injustas que no atañen a los demás, y que ya incluso hace años que pasaron.

*FOTO: DE LA RED