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jueves, 12 de noviembre de 2015

AL ARGENTINO CONTUNDENTE.


Más de una vez he pensado que siento al revés de los mortales. 

Normalmente, mientras eres joven, tienes ganas de viajar, sin embargo a este vecino del mundo, ahora ya más cercano a los sesenta que a los cincuenta, le están entrando muchas ganas de pegarse una vuelta  por el extranjero, y no volver durante cinco o seis años.

Creo que si me mirara la lengua en un espejo la tendría blanca, y mi madre me diría eso que me decía de pequeño: -Es que estás empachado de comer porquerías.

Ahora las porquerías este vecino del mundo no las  come sino las ve y las sufre. Como diría un argentino contundente:-Estoy hasta el orto.

Hasta el orto de un positivismo fingido y que se acabará el día después de las elecciones. ¿Se acabó la crisis? Pues hay mucha gente muy mal informada, y que, quizás por eso, todavía se las está pasando canutas.

Hasta el orto de los que se quieren separar de España, de los que quieren amarrar a los que se quieren ir, de los que tienen que hacer algo y solo dan signos de impotencia, y para acabar de cerrar el círculo, de los que en lugar de Viva dicen Arriba.

Estoy hasta el orto de que un simple campeonato de motos, por muy brillante e importante que sea, acabe, casi, en una guerra entre dos países mediante el método de “calumnia, que algo queda”. Empezar defendiendo a tu ídolo, cosa que es normal, y que éste, despechado entre los despechados, eche gasolina al fuego con sus declaraciones, y al final veamos todo tipo de feos comportamientos, incluyendo  ciertos medios de comunicación italianos, para acabar con las sospechas de que alguien es gay. ¿Ser gay es malo? Porque al menos el que lo sea, en el fondo, busca amor, y si lo encuentra, será feliz.  Mientras, otros, en la sombra, siempre en la sombra, seguirán lamiéndose las heridas e incendiando al que se deje con el odio de sus palabras. Y el odio siempre es malo, y sordo, sobretodo sordo.

Estoy hasta el orto de los que confunden el amor con el odio, las caricias con las palizas, el dos con el uno, y solo utilizan el “yo” en lugar de “nosotros”. Estoy harto de esos que quieren que la vida, el amor, y la muerte, siempre sea a su manera. Se creen enamorados y solo son unos cobardes asesinos. Para cuándo un cambio de sus prioridades y primero se suicidan ellos.

Lo dicho, estoy hasta el mismísimo orto.

                                                       
                                 Dedicado al argentino contundente.

*FOTO: DE LA RED

sábado, 8 de febrero de 2014

NO DEJES PARA MAÑANA...

Nos pasamos la vida dejando cosas para mañana, en una especie de cajón de sastre de deseos incumplidos, cuando un acontecimiento puede hacerte cambiar el planteamiento de tu vida.
La muerte de un amigo, por ejemplo. Porque la muerte siempre nos visita demasiado pronto, aunque tengas noventa años, nos recuerda, y más si él era más joven que tú, que cada vez está más cerca el final de tu historia, y que tienes menos tiempo para realizar todos los planes que habías pensado, en el caso de que lo hubieras hecho.
Este vecino, siempre ha deseado, y a medida que pasa el tiempo más, viajar, conocer muchos países, porque bien pensado la tierra es nuestra casa, y siempre es un contrasentido el tener estancias de tu hogar sin visitar. A nadie se le ocurre reconocer que, -ya perdonarás pero no tengo ni idea de cómo tengo la sala-, o -vamos a visitar juntos por primera vez la habitación principal de nuestra casa-.
El problema de estos deseos, como es fácil de imaginar, es la financiación de los mismos.  Con las nuevas tecnologías, ahora también se puede viajar, de otra manera, pero no es lo mismo, porque entre otras cosas se pierden los olores, los sabores, los atardeceres, el conocimiento de los nativos.
A este vecino no le importaría viajar vestido con una especie de mono como el usado por Fernando Alonso en su coche, con todo tipo de anuncios de los negocios de gente que te rodea y a la que aprecias. Aunque qué pintaría este vecino en la mitad de Punta Cana, por ejemplo, anunciando a las panaderías OGI BERRI, cuando no existen allí, todavía al menos. Este vecino se iba a pasar más tiempo hablando de lo que significaba ese nombre y lo que se escondía tras él, que intentando comprender la manera de pensar de ellos.
Y es que en el fondo lo importante es el “conocimiento”, y eso lo podemos ir ampliando, afortunadamente, sin movernos de nuestros respectivos hogares. Porque ahora no hace falta ni abrir un libro, si es que era “eso” lo que te molestaba. La misma pantalla de tu ordenador que sirve para evadirte de mil maneras, te permite conocer maneras de pensar, tramas de mil historias, vidas ajenas, en lo que ahora se denomina “ebook”.  Aunque para sorpresa de muchos, los libros, diríamos que en su versión clásica, todavía existen.
El deporte, para mover el corazón, incluso lo puedes hacer, evitando utilizar el ascensor, y caminando por tu ciudad, por lugares que seguro que todavía desconoces, lo cual significa también, más conocimiento.

*DIBUJO: DE LA RED