jueves, 1 de mayo de 2014

EL DÍA QUE ME ENCONTRÉ CON BOB HOSKINS

Hace dos días, como de tapadillo, nos ha dejado un actor muy especial para muchos de los que amamos el cine. El actor británico Bob Hoskins se nos ha ido, así como sin darle importancia, porque él nunca fue de los que necesitaban grandes focos en las alfombras rojas. Lo suyo, en general, era dar la réplica al bueno, y hacérselo pasar de todos los colores durante la historia. Pero, aun así, tenía algo que hacía caer simpático, por muy malo que fuera durante toda la película.
Tenía un algo pícaro que nos hacía tomar un poco a guasa, y nada en serio, lo que hicieran sus personajes, y que fue muy bien usado por el director Robert Zemeckis para el rodaje de ¿Quién engañó a Roger Rabbit? A destacar una tremenda interpretación en esta película, teniendo en cuenta además de que la mayoría de las escenas fueron completadas por el departamento de efectos especiales, meses después, sin olvidar, que una de las que le daba la réplica, era una despampanante mujer, de esas de corta y rasga, y en este caso, también de pinta y colorea, al ser un dibujo animado.
Y es que, desde sus orígenes, ni el Señor Hoskins, ni “su chasis”, 1,68 cm de altura, y poco pelo, estaban hechos para grandes superproducciones, y sus comienzos fueron alejados de toda experiencia académica, ya que se tuvo que buscar la vida desde los quince años. Pero, en realidad, fue un todo terreno, desde sus inicios.
Este vecino no va a hacer una larga lista de sus películas, porque en ningún momento ha sido lo que le ha movido a escribir estas líneas, sino que por aquellas cosas del destino, en un momento de nuestras vidas, coincidimos en el mismo sitio, y un amigo me comentó, tiempo después, que muy bien podíamos haber pasado por hermanos, por un cierto parecido físico, aunque en todo caso, y por razones del calendario, él hubiera sido mi hermano mayor.
Un sábado por la tarde de 1979/80, en una de las callejuelas que componen, el conocido Soho londinense, tuve la suerte de verle durante unos minutos, en un descanso del rodaje de una de sus películas. El actor salía de una discoteca, en la que se habían rodado algunas escenas, y fue todo amabilidad y sonrisas para un público que le comenzaba a conocer especialmente por la televisión. Es una pena que todavía no existiera el teléfono móvil, por aquello de la facilidad para poder haber inmortalizado el momento, pero siempre le llevaré en el corazón que es al final donde verdaderamente tienen que triunfar las personas.
Si alguien quiere disfrutar del arte del Sr. Hoskins,  no deje de ver "El largo Viernes Santo", junto con ya entonces otro valor ascendente de la escena británica, Helen Mirren, y la impagable "Mona Lisa" de Neil Jordan, cine del bueno. 
Descanse en paz un gran actor y un buen ejemplo para actores en ciernes. Descanse en paz Bob Hoskins, por siempre en mi corazón.


*FOTO: DE LA RED

No hay comentarios:

Publicar un comentario