Mostrando entradas con la etiqueta Dúo Dinámico. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Dúo Dinámico. Mostrar todas las entradas

domingo, 1 de septiembre de 2019

EPÍLOGO A UN VERANO


Uno de Septiembre y parece, al menos es el sentir de este vecino del mundo, que ya se ha clausurado el verano, y lo que es peor aún, sin la banda sonora del "Final del verano" del Dúo dinámico.

Un agosto que se puede resumir con un Plácido Domingo  que han intentado, no se sabe bien  en realidad quiénes pueden estar detrás, que entre en barrena y que las élites de ese mundo, al que él ha puesto durante muchos años su banda sonora operística, se resisten a dejarlo caer, no vaya a ser el preludio de un efecto mariposa que ponga en solfa todo su mundillo de oropeles y aparentes buenas maneras.

Un mes, este agosto que acaba de morir, en el que hemos aprendido inglés, al menos a decir “Open Arms”, y sueco, a hacerse el, como lo están haciendo  la gran mayoría de países que integran la Comunidad Económica Europea y su actitud con el problema de la gente que llega huyendo en todo tipo de objeto supuestamente flotante.

Un mes canicular por excelencia que sin embargo, al menos sentido por este vecino, lleno de frialdad no solo en lo concerniente al “comportamiento europeo” con respecto a un problema humanitario, sino también a ese ir y venir de la Familia Real para visitar a Juan Carlos I tras su triple bypass. 

No se si será esa foto de la Familia Real perfecta, perfectísima, y sin "fotochop", ante las puertas del Quirón (del que se resalta ya más el nombre propio que el que sea un hospital), o el hecho de "estar de visita”, incluida la reina emérita.


Uno, que es muy mal pensado, y cada año que cumple lo es más, no puede dejar de preguntarse a quién le habrá tocado el pasarse muchas horas al lado del convaleciente. Más que nada porque así se sabría si lo ha hecho por cariño o por el vil metal. Llámenme cotilla, pero el que esté libre de pecado que tire la primera piedra…

*FOTO: DE LA RED




martes, 1 de septiembre de 2015

¿QUIÉNES SOMOS "TODOS"?


 Como se suele decir, somos un poco “cansinos”.

Ahora, 1 de Septiembre, toca hablar del fin del verano y de la vuelta al cole. Todos, la mayoría, confunden la vuelta al trabajo con el fin del verano, y para redondearlo nos adjuntan unas imágenes de playas que ya se están quedando vacías, y como banda sonora “El final del verano” del Dúo Dinámico, y que a la  mayoría nos recuerdan también al final de “Verano azul” y, por supuesto, a aquel Chanquete, que cada vez que reponen la serie revive para volver a morir.

Ni Chanquete vivió nunca, ni acaba el verano ahora. Todo son tópicos, en una estación del año que, ésta, pasará a la historia de los tópicos también como UNA TRAGEDIA HUMANITARIA con una gran afluencia de refugiados que intentan cruzar las fronteras europeas, cayendo al mismo tiempo en las garras de la mafia. 

Y mientras, en Europa, repartiéndonos cifras, porque desgraciadamente eso es lo que son los que cruzan nuestras fronteras europeas, meros números; como alubias sobre un tapete en una partida de mus. En realidad, la ayuda debería de venir desde el convencimiento, y no desde "el qué dirán, y vamos a quedar bien porque nos están observando".

Llámenme malo pero es la única vez que veo a la Merkel dispuesta a repartir algo. De acuerdo que hay que ayudar a los refugiados, aunque sea solo, y esto es para los más reacios, como nos ayudaron a nosotros, o a nuestros padres o abuelos, durante la guerra civil. Pero en este caso, como en todos, cada uno cuenta la feria como le va, y solo cuando los refugiados se adentran en la, digamos, Europa profunda, o se acercan a las Islas Británicas, “todos” empiezan a ponerse nervios. Con lo cual, y no hay que ser muy listos, hay muchos “todos”, y algunos parece que son más importantes que otros. Lo mismito que en España, cuando hablamos de que “Hacienda somos todos”, y luego nos enteremos de que “todos” tienen que regularizar cuentas porque se les ha olvidado unos ahorrillos que tenían por Suiza.

En Europa también existe el “Sur”, y el sur tiene ese problema, llamémosle así por definirlo de alguna manera, desde hace mucho tiempo, y nada se solucionará mientras no se vaya a la raíz, que en algunos casos es la escasez de todo en los países de origen, y en otros pueda ser la intolerancia a todo tipo de pensamiento, desde religioso hasta vivir la sexualidad de manera diferente.

Y mientras, la Merkel intentando mostrar  su cara buena, durante su paseo con el Señor Rajoy, para intentar convencer a todos, aunque alguno ya empieza a mover el telón detrás de ella,  y a dejarse ver por el escenario dando cantos de sirena poniendo en cuestión el Acuerdo de Schengen, que contempla la supresión de los controles en las fronteras interiores (de los países que lo acataron) y por el que se trasladaron esos controles a las fronteras exteriores. Y a este vecino del mundo esa amenaza le recuerda a cuando su madre le decía que si no se portaba bien, le dejaba sin paga. Y realmente, le dejó sin ella…


En un tiempo de tópicos, la tragedia de los refugiados no lo es, aunque se repita como el “Verano azul de Chanquete” muchísimas veces, porque, como siempre, en los casos realmente importantes nunca estamos a la altura, porque seguiremos mirándonos al ombligo, al nuestro, naturalmente.

*FOTO: DE LA RED

lunes, 26 de agosto de 2013

AQUEL VERANO Y SUS RECUERDOS


Todos los años por estas fechas tengo en mi mente el último capítulo de aquella serie mítica, y un tanto desprestigiada por la cantidad de repeticiones que ha tenido que sufrir, como fue “Verano azul”, en el que los protagonistas terminaban sus vacaciones, y se despedían de los amigos que habían hecho esos meses en aquel pueblo, y aunque volvieran, que eso estaba por ver, ya nada sería igual. Todo ello naturalmente “empapado de nostalgia extrema” por una acertadísima canción del Dúo Dinámico, que además daba nombre al citado capítulo.
Las vacaciones se están terminando y este vecino del mundo no quiere esperar hasta el último día para hablar del halo de nostalgia que siempre ha sentido al llegar estos días. Antes lo achacaba a la expectativa del volver al trabajo, pero ahora, tras aquel frío e injusto ERE que nos dejó a treinta personas, y sus respectivas familias sin trabajo, los sentimientos son iguales.
Teniendo en cuenta que estoy en la ciudad del un, dos, tres, en Torrevieja, en la que al final resultaba, que si ibas a ella, los apartamentos no se regalaban, sino que tenías que hacerte amigo del bancario de turno, estas vacaciones se han caracterizado por oír más que nunca a turistas hablando francés y ruso. No hay que olvidar tampoco, pero ese ya forma parte del paisaje torrevejense, al turista británico.
En realidad Torrevieja debiera ser nombrada ciudad benefactora de la humanidad porque mientras el británico está aquí, no emplea su tiempo en alterar políticamente hablando. Desde esta atalaya este vecino lanza la idea de invitar perpétuamente a Fabian Picardo, ministro principal de Gibraltar, a unas vacaciones sine díe, para que se relaje y solamente plasme sus ideas en algún libro, que con el tiempo, quién sabe, pudiera ganar el premio Ciudad de Torrevieja, eso, si alguna vez vuelve a haber dinero en las arcas municipales, que no es lo mismo que en las arcas del alcalde o concejales.
Quizás la parte positiva de estar en el paro, sea que cualquier día me lío la manta a la cabeza y vengo a pasar más días a esta bella y tranquila ciudad, ya que estar "tieso" se puede estar en cualquier parte,  y comprobar al mismo tiempo que aquí también existen las otras estaciones del año.
Por cierto, y a modo de chiste con escarnio diré, que Torrevieja en algo le gana a Donosti: En las estaciones del año, pues mientras Donosti tiene cuatro, Torrevieja  cinco: primavera, verano, otoño, invierno y... la estación de autobuses. Eso, para escarnio del denominado “ñoñostiarra extremo”.
Este año ha sido unas vacaciones tan en crisis que no ha habido ni canción del verano, y quizás ocurra como en aquellas películas de Ingmar Bergman, donde no había música, para resaltar la gravedad del momento.
Desde aquí un recuerdo para Don Antonio Mercero, que precisamente no anda bien de eso, de recuerdos, pero como dijo uno de sus hijos, así podrá ver, su película preferida, “Cantando bajo la lluvia”, siempre, como si fuera la primera vez.
Y quizás eso mismo ocurre con el verano, y las vacaciones, que siempre son las primeras de algo, y también el final, aunque sea solo de una ilusión.

*VIDEO: ESCENAS DE "VERANO AZUL"