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lunes, 27 de enero de 2020

VISTO Y NO VISTO



Leo en una de mis columnas favoritas de los lunes, Begoña Ameztoy en “Plaza de Gipuzkoa” de “El Diario Vasco”, haciendo alusión, y me imagino que ilusión también, a la  ministra de igualdad, diciendo que “se acabó el heteropatriarcado. Dentro de poco los heteros al armario.

Este tipo de cosas, creo yo que se suelen decir para que te despiertes con susto, con una especie de ducha fría, para que todo lo que venga después sea, como aquella frase que se decía antes, “miel sobre hojuelas”.

Lo que está más que claro, clarinete, es que ya ni los armarios van a ser lo que eran, sino una especie de escaparate de lo que te estás perdiendo en la vida real por no escuchar a otras tendencias, las que están o hemos enviado a los armarios de invierno.

Mientras, en nuestra España, estamos en pleno espectáculo, ni de Goyas ni de armarios empotrados, sino en plena pista central del circo político, asistiendo a como el Ministro Ábalos, nos presenta su último espectáculo, esta vez de cambio de ropas al instante. Y nos da varias versiones del viaje de la número dos de Maduro.

Al final ocurrirá como en el comienzo de la Gala de los Goya de este año, en el que Jesús Vidal, componente del reparto de “Campeones”, premiado el año pasado como mejor actor revelación, todavía estaba en el escenario, dando las gracias a sus más, y menos, allegados.

Totalmente convencido de que el Señor Ábalos al llegar a su casa ni sabrá cuál es la versión verdadera, si la hay. Ya le pueden pasar la máquina de la verdad, que seguro que ésta explota.

Por lo demás, y por si no lo habíais notado, algo está muy mal en nuestro país cuando las demás cadenas de televisión copian a Telecinco sus maneras, y entonación, de dar el cotilleo, incluido el pleno “Corazón” de Televisión Española que hace tiempo que cambió las luces de neón del gran espectáculo de nuestra vida, por el  "brigi brigi" del mercadillo más cercano.

*FOTO: DE LA RED

domingo, 13 de marzo de 2016

EL CABALLERO DE LA MANO EN EL PECHO (VERSIÓN TXURI URDIN)



Que sí, que estoy muy cabreado. Y hoy no escribo solo como vecino del mundo, sino como seguidor de la Real Sociedad.


Intentando ser positivo diré, que lo tengo claro, que si algún día me reencarno, no quiero ser ni rey, ni príncipe, ni otro Michael Jackson tan blanco como el anterior, quiero ser jugador de la Real Sociedad. Eso no es un trabajo, es un chollo. De vez en cuando con que corras un poco, no dispares a tu portería,  y de vez en cuando te masturbes el pecho, a la altura del escudo, poniendo cara de gusto, ya está hecho.


Yo diría que trabajan más los periodistas intentando domar a la masa, perdón, a los simpatizantes del equipo, y maquillando lo hecho en los distintos campos, que el once de gala. Hoy, por ejemplo, el Diario Vasco, en opinión de este vecino del mundo, más que ejercer crítica sobre lo que hace el equipo, o principalmente deja de hacer, parece que ejerce de auténtico relaciones públicas. Habiendo perdido (Celta 1 – Real Sociedad 0), el citado periódico se descuelga con este titular
“Adiós al último tren europeo.
La Real cae ante el Celta de Vigo y queda a diez puntos de la séptima plaza que ocupa el equipo gallego.”


No hay ninguna mentira, por supuesto. Pero como más sabe el diablo por viejo que por diablo, y por “piensa mal y acertarás”,  este vecino txuri urdin, a las doce de la noche del sábado al domingo, empieza a mirar en la clasificación, y… estamos a nueve puntos del descenso. ¡Hay que joderse! Un poco más  y el periodista de turno, al parecer optimista de lujo, dice lo que nos falta para igualar al Barça, y así poder ganar la liga.


Por cierto, y ya metidos en harina, ese mismo medio lleva vetando más de dos años mis opiniones en su versión digital. Automáticamente a los cinco minutos exactos, tras haberlas editado, desaparecen. Está en su derecho, por supuesto, lo único que ocurre es que la gente que me sigue, sabe que no soy dado a las malas maneras, ni a los insultos, muy al contrario, tiño mis opiniones de ironía y humor. Otra cosa es que al Diario Vasco no le interese difundir todo tipo de opiniones...


Y Carlos Vela parece que está queriendo irse del equipo. Yo si fuera su mejor amigo le diría que sus tiempos de ganar títulos con cualquier equipo ya se fueron, y que mejor que aquí no va a estar en otro sitio. Al menos, que saltándose todas las reglas del equipo, mienta y le pillen, y encima le perdonen, porque todos al unísono gritan que “es un chico excelente”, y ese mismo fin de semana aunque no salga de inicio, porque el staff también tiene que hacer el paripé, sí juega la mayor parte del segundo tiempo.


Por si Carlos Vela me está leyendo, ésto se lo diré directamente a él:
En otros equipos seguro que ganarás más, pero si haces un estudio de caloría perdida  por partido, no en todos, es verdad, el equipo que mejor te paga, seguro, seguro, que es la Real Sociedad, más o menos como las angulas la noche del 19 de Enero minutos antes de la tamborrada.


Antes, en los tiempos de Atotxa, los jugadores no serían tan técnicos, pero tenían “casta” y orgullo, y ahora tristemente eso lo dejamos para los leones vecinos.



Seguro que más de uno ahora querrá investigar quién es este vecino que intenta despertar al rebaño. Fui socio durante bastante años, ahora solo soy accionista, de aquellas famosas cinco acciones de cuando se inauguró el nuevo campo. Pero seguro que si haces cuentas, mis humildes cinco acciones, seguro que son más que las acciones que algún jugador txuri urdin lleva a cabo en cada partido. Por cierto, lo de llevarse la mano al escudo, eso, no cuenta, aunque pueda valer, como en aquel célebre anuncio, como animal de compañía.

*FOTO: DE LA RED

miércoles, 20 de enero de 2016

UN "GORA DONOSTI" INDIGNADO


Indignado. Esa es la palabra y mi sentir. No se puede pretender ser el ombligo del mundo con un Donosti, con un San Sebastián, de postal, de marco incomparable ante el mundo, gastándose millones para promocionarse, y en un momento que va a trascender a montones de países al menos durante unos segundos, y gratis, en la Víspera de San Sebastíán, y preámbulo de esa capitalidad europea, no se puede hacer peor que pitar al Himno de Europa (Himno a la alegría), en su versión más donostiarra con tambores y el mismísimo Orfeón Donostiarra.


Que no sabemos medir los tiempos. Que ayer nada tenía que ver ni con la Merkel ni con esas autoridades que viviendo a miles de kilómetros de nosotros, quieren medirnos y guiarnos en nuestro camino a la pobreza. Ayer era una especie de ¡Hola, amigos europeos! Y, en realidad, nos comportamos como los niños que cuando viene una visita y tras adularnos nuestros padres diciendo todo tipo de bondades que poseemos, en lugar de confirmarlo después con nuestro verbo fácil, simpatía irrefrenable y gran talento innato, o comenzamos a llorar a voz en grito, o a arrojar platos a las visitas.


Lo de ayer fue totalmente, y con perdón, mear, mareas vivas enteras, fuera del tiesto, y como siempre, salvo alguna contada excepción, la prensa local, y oficial, no se ha hecho eco.


En una ciudad “acostumbrada”,  porque esa es la palabra, a que las obras, incluso las pequeñas, duren como “El Escorial”, eso cuando comienzan, porque, como diría mi madre, “hasta poner el huevo” pueden pasar tranquilamente diez años, más de treinta en el caso de la nueva estación de autobuses que TODAVÍA no se ha inaugurado, nos cabreamos con “algo”, un ente, un ser misterioso que a lo mejor no existe, porque ha formado parte de nuestro triste folclore el pitar antes de cualquier acto oficial.


Una cosa debe de ser una reivindicación y otra un acto de mero civismo con la Europa que en ese momento nos estaba abriendo una ventana, y contra la que hemos tirado piedras auditivas.


Hay que protestar todos los días por unos comportamientos irreverentes contra el contribuyente donostiarra, pero como se han convertido en costumbre, ya no los vemos.


Ni se puede tolerar, T-O-L-E-R-A-R, unos precios tan abusivos en todo, incluso convertir un “menú del día” de un restaurante, unos 13 euros, a un plato del día, por un módico precio de 7-8 euros, en lugar de bajar los precios del primero, y no parpadeemos.


Las tarifas de las grandes capitales como Barcelona y Madrid, son juegos de niños en Donosti, y ni parpadeamos por la costumbre. Estamos perdiendo las tiendas de toda la vida y convirtiendo Donosti en capital de la franquicia, en una ciudad repetida de otras, ante el reumatismo de la autoridad in-competente, y ni nos inmutamos. Eso sí, somos los más jatorras (majos, puros, verdaderos…) entre mil.


Si queremos pitar y protestar, debemos hacerlo contra nuestras autoridades que nos han acostumbrado a no hacer prácticamente nada, sino de vez en cuando a auténticos brindis al sol, como muy recientemente lo de TABAKALERA, que primero se hace (porque la capital vecina ya tiene el Guggenheim y esa afrenta no se puede quedar así) y luego ya veremos con qué lo rellenamos. La culpa nunca será de las autoridades bilbaínas que hacen lo que pueden y más, sino de las nuestras que miran al vecino y se lamentan, como un niño cuando quiere el juguete de otro.


En una ciudad con un subsuelo totalmente arenoso, queremos levantar un metro, porque el vecino, otra vez, ya tiene uno, y en realidad el nuestro no va a llegar ni a “centímetro” porque el mapa no ayuda. Y luego, nos parece normal, que en cualquier cosa los diversos partidos que conforman el ayuntamiento nunca se pongan de acuerdo en nada, y eso sí, lo primero que hacen es nombrar una “comisión” a favor y otra en contra que lo estudie, y cada vez que se oye esa palabra, COMISIÓN, significa: tres o cuatro años más tranquilamente. Y partidos que cuando estaban mandando opinaban una cosa, y cuando están en la oposición, otra.


A ellos, a los políticos, y a la prensa que con su silencio les ayuda es a la que hay que pitar. Por cierto, ¿alguien ha leído muchas veces (con dos me conformo) comentarios afeando la conducta de nuestra Real Sociedad en partidos y comportamientos calamitosos la mayoría de las veces? Este vecino tampoco.


El que me siga sabrá que el vecino del mundo puede decir muchas cosas, verdades desde su punto de vista, que incluso puede estar equivocado, pero que las dice desde su corazón, y sin embargo, lleva prohibido en EL DIARIO VASCO por más de dos años, por no estar de acuerdo con un comentario que hicieron, y sin faltar a nadie, y mucho menos a ellos, se lo hice notar y dando razones. Lo único que obtuve es su callada por respuesta, y como el juguete, el periódico, es suyo, en la práctica mi prohibición a publicar más textos (textos que se recogen en sus páginas pero que a los cinco minutos desaparecerán para siempre).


Y nosotros, seguimos pitando a donde alguien nos enseñó a pitar, mientras nos robaba la cartera y los sueños, y todavía no nos hemos dado cuenta de ello.



Aún desde la indignación… Gora Donosti!


*FOTO: DE LA RED