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domingo, 25 de junio de 2017

MILÁ ... Y MEDIA


Desde hace un tiempo al menos, este vecino del mundo procura "cocinar" una televisión alternativa para consumo propio, viendo los programas, al menos los más importantes según su opinión, más que cuando los emiten originariamente, cuando a él le viene bien. Y para eso se mete en las entrañas de cada cadena, vía internet naturalmente, y se sirve a la carta. Por supuesto que sin pagar nada extra, ya que, está puesto y dispuesto, para servirse en una especie de buffet de barra libre.

Y acabo de deleitarme con el último capítulo, hasta hoy mismo, de “Planeta Calleja” (http://www.mitele.es/programas-tv/planeta-calleja/5946a85fb95c9b22b18b4575/player) protagonizado por Mercedes Milá.

Por supuesto que cada programa funciona en gran parte por lo que al invitado semanal le salga de sus entrañas más que lo que suelte por esa boquita. Y en eso, en entrañas, en espontaneidad, Doña Milá es un valor seguro.

En el capítulo del tándem formado por el Señor Calleja y La Milá que es como más cómoda se debe de sentir, y lo digo desde el alma, al referirse a ella, intentarán sobrevolar en globo aerostático, y en pleno invierno, las Islas Svalbard, que se supone que están las más cercanas, a unos mil kilómetros, al Polo Norte, con unas temperaturas rondando los -20ºC. Pero ya se sabe que en esos lugares extremos, el hombre propone… y la naturaleza dispone.

Este vecino no va a destripar nada más de lo que ocurre, sólo diré que vamos a encontrar a una Mercedes, más que cien por cien Milá (de ahí el título del post). Y que si la descubrí, creo recordar que sería  a finales de los setenta, comienzo de los ochenta, en televisión, y siempre pensé que estaba un poco más allá del resto de periodistas-presentadores de televisión, este programa me ha servido para descubrir que La Milá siempre ha vivido allí, en su microclima, y que se acerca un poco a nosotros para salir por televisión, y que le vayamos entendiendo cada vez un poco más, aunque que le comprendan, realmente, le importa un pito.

Porque lo suyo, lo de Mercedes Milá, es más que estudiarlo todo, destriparlo desde su óptica, y nunca ha querido juzgar nada, eso no le interesa, sino solo comprenderlo, y saber que existen otras opciones.

Haciendo un paréntesis, para los descubridores de temas, dentro del programa hay una pareja formada por un nativo del lugar, aunque más cerca de ser Papá Noel que un hombre de carne y hueso, y su esposa, colombiana, que merecerían un programa para ellos solos, y estoy convencido de que si se lo preguntan a Doña Mercedes, estará totalmente de acuerdo.  

¡Ojo! Y que se me entienda bien, este programa no va a servir para que el espectador cambie respecto a la manera en que ve a la casi-noble (aunque nosotros sabemos realmente que si algo es la Señora Milá, precisamente, noble lo es un mil por cien), sino que la verá de la misma manera a la que antes ya la juzgaba, pero elevada a la máxima potencia, esta vez, sin género de dudas.

Para terminar, solo puedo decir que si algún día me reencarno quisiera ser ésta (porque sin duda, en ella misma hay muchas) Mercedes, La Milá más auténtica y clarificadora de sí misma.


Por cierto, Mercedes Milá, lo ha puesto muy difícil para que cualquier invitado venidero aporte más al programa. Después de ver este capítulo de la serie, seguro que me van a entender…

*FOTO: DE LA RED

viernes, 30 de octubre de 2015

VÍSPERAS DE MUCHO... (GALA 8, GRAN HERMANO 16)



Hoy tenemos que apelar a ese viejo refrán: Vísperas de mucho, días de nada.

La gala de anoche, la octava, se presentaba con muchas expectativas, Noche de Halloween y con precedentes para pasárselo muy, pero que muy bien, y sin embargo, fue decepcionante. Me gustaría ser el único que ha sufrido esa sensación, pero me temo que  a más de uno le habrá pasado. Me aburrí como acostumbran aburrirse las ostras, me aburrí como la madre de todas las ostras y  con la madre de todos los aburrimientos. Fue un auténtico despropósito.

Daba miedo lo no preparado para asustar: el “look”, verdaderamente desafortunado de la presentadora (se creaba una duda :¿La apariencia de la Milá era una especie de alegoría a Halloween, o lo había diseñado su peor enemigo?). Y, sobre todo, daba miedo lo que se encontraban los concursantes tras vagar por ese pasillo de los horrores (que horrorizó más a algunas concursantes, que lo que divirtió a la mayoría de los espectadores), una desaforada Maite (que ya no se sabe si interpreta, verdaderamente está iluminada, o ambas opciones) que parecía un personaje escapado del hotel del "Resplandor",  y para más inri , cuando se encuentra con Amanda le suelta un impagable "Tranquila Amanda, soy la elegida de Dios”.

Quizás, al final, la clave está en los vómitos y fluidos desagradables que no hubo en el pasaje del terror. ¿No quisieron afear a unos concursantes cuyo mérito, la mayoría, está en su presunta percha, el famoso culto al cuerpo?

En esta especie de descrédito del que se ha teñido este/estos últimos grandes hermanos, está la conciencia para muchos de que el devenir del reality se escapa de las manos del consumidor. Tanto la no salida, o la salida honoris causa de Suso, y sobre todo la de Belén Esteban en su Gran Hermano VIP, han marcado, por mucho que lo quieran negar en la Cadena Alegre (en oposición de la tristeza de la que acusan ellos mismos a otras cadenas de su entorno) una tendencia a la baja que ya es muy difícil de remontar.

En la opinión de este vecino del mundo, solo se podría hacer la remontada, con un discurrir “limpio” del programa con las mimbres que se tienen, y nada de moviolas que cambien pasados de veredictos democráticamente planteados, en forma de repescas.

Más hablar y menos discutir, menos músculos y más corazón, y sobretodo no desvelar desde dentro del programa o desde los estudios, estrategias que sigan los concursantes para intentar ganar. Por ejemplo, ayer a Carolina, la expulsada de la semana, la presentadora, Mercedes Milá, le dio carta blanca para que dijera todo lo que quisiera a los concursantes al despedirse, y eso antes no pasaba, ni a lo mejor pasa la semana que viene. Porque lo que ayer se hacía, hoy no se hace, y quizás mañana se haga otra vez. Y así solo vamos a  esta pendiente que nos lleva hacía abajo en la atención del programa.

Se debería de volver a los primeras ediciones en las que no se desvelaba ningún proceder de los concursantes hasta que todos iban saliendo, e iban descubriendo las perspectivas lejanas que da el estar fuera de la casa.

Lo importante no es un estriptis que nunca se va a ver durante un “edredoning”, sino una charla a corazón abierto. Conocer a las personas que se esconden detrás de la fachada de un concursante que se cree frío y calculador.

Se acusa a muchos concursantes de ser verdaderos muebles, y tras eso se van a ir de rositas caracteres que hubieran merecido la pena descubrir, como una Niedziela que solo contando su vida circense tiene mucho que decir. O, Marina, y su necesidad de tener una réplica de bebé. Un Vera, seguro que tiene mucho para contar y seguro que así entenderíamos mejor sus reacciones. Sin olvidarnos, por supuesto, ni de Han y sus excesos en todo, como contrapunto a un Aritz enigmático, atrayente y casi siempre controlado, pero siempre sonando a sinceridad extrema.

Siempre se ha dicho eso de que por la boca muere el pez, y si algo no se deja en el programa es hablar tranquilamente, porque dialogar no es discutir, ni provocar discusiones. Y el programa continuamente busca eso. Busca el “ya”, el momento, antes que los prolegómenos, el hablar, el contradecirse, el pillar mentiras tras varios días de diálogos.

Curiosidades del programa de ayer:
Sofía está tan centrada en su conquista de Suso, que al darse cuenta de que Raquel podía volver al concurso se llenó de tan mala leche que los que debieron de pasar miedo en el pasaje del terror sin duda fueron sus moradores, porque ella permaneció totalmente impermeable.

Niedziela, que se supone que al trabajar en un circo, debería de ser valiente e intrépida, ayer para más inri, montó otro circo, éste dentro de Guadalix, durante su azaroso discurrir por su pasaje del terror, que si no llega a ser por Vera, todavía la tenemos hoy sin poder salir del recorrido, y chillando hasta la extenuación.

Marta y Raquel, al volverse a reencontrar, para besarse ni se han tocado. Una auténtica metáfora de lo políticamente correcto: un beso, a secas.

El comportamiento y maneras de Raquel y Amanda, al reencontrarse,  es mucho menor que el nivel que se pide para entrar en cualquier guardería.

Carolina fue la expulsada, y fue un momento triste, porque es una persona que merece la pena, pero que en el programa “no vendía”. La que vale más para el esquema del espectáculo que siempre mueve y promueve Telecinco, es la madre de Carolina, un verdadero personaje a poco que le hagan hablar en los programas de la cadena. Y sino, al tiempo.

Cada día estoy más convencido de que Han es una rémora para Aritz, y no un salvavidas,  y es más, casi me atrevería a decir, que puede ser un lobo con piel de cordero para Aritz. Eso, o es un inconsciente y no le importa  hacer por momentos, mucho daño al vasco.

Que conste, que a Sofía le han hecho un favor al no entrar su madre otra vez, porque le perjudica en su imagen y comportamiento.

Llegó la hora en que Suso se debe de definir entre Sofía y Raquel. Veremos si lo hace, aunque por mí, se podrían ir los tres.

Marina, Suso, Amanda, Ricky y Vera, son los nuevos nominados en “Gran Hermano 16”.

¿El deseo de este vecino del mundo? Que se vaya Suso, y con su ida otros concursantes como Amanda, Sofía, y la mismísima Raquel, se tendrían que poner las pilas y navegar en el programa con otros horizontes.


La más que posible realidad es que nos encontremos esta semana con que la mayoría de los colaboradores de la cadena, como siempre, coincidan en su gran mayoría, y esta vez hagan campaña para que se vaya Marina.

*FOTO: DE LA RED