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sábado, 18 de enero de 2020

LA OTRA NIÑA DE LA CURVA...



Lo bueno que tiene nuestro propio ordenador es que ya nos conoce, y en cuanto balbuceamos en Google, prácticamente una palabra, y a través de la experiencia, ya sabe lo que le queremos decir.

Hoy, "finde", he escrito “luz”, y ya Google automáticamente  me ha ofrecido Luz Sánchez-Mellado, “El País”, y es que San Google conoce mis filias, las fobias las vamos a obviar, y según te estás colocando las zapatillas, virtuales o no, ya tienes tu deseo en pantalla. 

En la visita a  Luz hoy, ha escrito, aunque su artículo es del día 16 de Enero, sobre mi particular niña de la curva politiquera, y Presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, en su aventura, sin velo y cortapisas, en Arabia Saudí, reiterándose llamándola “macarra”, y dando por supuesto sus argumentos que seguro que a Díaz Ayuso no convencerán.

Y es que las personas que al mirar hacia donde tú estás, parecen ignorarte, mirando a través tuyo hacia el más allá, con una sonrisa en sus labios, siempre con una sonrisa, me dan mucho miedo. Y tanto ella, como el actual alcalde de Madrid, José Luis Martinez-Almeida, tienen la virtud, además, de apropiarse por obvio de lo ya conseguido por los anteriores en sus cargos, y lo demás, lo que hagan a partir de ahora, como lo hacen ellos, y porque ellos lo valen, siempre será lo mejor de lo mejor.

Díaz Ayuso es tan vidente, que tiene la capacidad, como ya lo demostró incluso antes de ser Presidenta, de ver la belleza de los atascos de madrugada en pleno centro de Madrid, e incluso de sentir orgullo porque esos atascos formaran parte de la identidad madrileña.

Lo dicho, da mucho miedo la otra niña de la curva, porque de eso, a promocionar, por ejemplo, un tour de las noches del homeless madrileño, sólo hay un paso.

Va un churro virtual, pero muy madrileño también, para brindar por este sábado, sabadete,  que aunque se ponga mal nos puede saber incluso a sexo por, en el peor de los casos, tener que hacer aquellas cosas que nos joden…

*FOTO: DE LA RED



martes, 14 de enero de 2020

SÉMPER, EL ÚLTIMO ROMÁNTICO



Esta noche hemos tenido más vientos que mi cuñado esta pasada Nochebuena tras un rato de pimple desenfrenado. Por unos momentos me he sentido muy niño, repleto de miedo, con la sensación de que mi casa, mi cabaña del cuento, iba a salir volando como la de los cerditos por los soplidos del lobo de turno.

Y es que el miedo es uno de los mejores, y peores, medios para sufrir una especie de regresión al punto de partida, o del momento que dio origen a esa sensación rayando con la patología.

No sé si este mismo viento habrá sido el origen de la noticia con la que nos hemos levantado hoy, y en la que uno de nuestros vecinos en Donosti, Borja Semper, abandona la política, que siempre es mejor a que ésta te abandone a ti. Prueba evidente de que no se ven las cosas del querer, ni del poder, ni por supuesto del querer poder, desde Madrid, ni, como se decía en el argot teatral, desde provincias.

No conozco a Don Borja Semper, pero es de esas personas que siempre te dan sensación de buen temple, reflexión, mezcladas con cierta juventud. Es decir, bastante alejado de sus gerifaltes en Madrid, a los que procuras que no tengan cerca ni cerillas ni armas blancas aunque estén en una cocina, más que nada por la que puedan liar…

Siempre me ha parecido, y hablo desde una opinión simplemente personal, que el Señor Semper es un buen sucesor del malogrado Gregorio Ordoñez; es mejor estar rodeado de hombres buenos, y a ambos se les incluye, sin duda, en la misma categoría.

Quizás sea bueno para el arte, el de la escritura en su caso, que Borja Semper se centre en otros temas personales, porque siempre se ha hablado del “arte de la política”, pero en España tal como se están poniendo las cosas, ese arte, el que pueda tener todavía la política, está quedando a nivel de "Trileros.0".

Y a mí el Señor Sémper, quizás ya por su apellido, y por ese halo de galán romántico y un tanto bohemio, me hace gritar en un puro arrebato aquel: Sémper nos quedará París, quizás como el último romántico de la política actual. 

*FOTO: DE LA RED




miércoles, 12 de septiembre de 2018

DE LA VIDA UN CHISTE, O-VARIOS...



Esta noche he soñado que tenía problemas con la nevera, con llenar la nevera, y lo arreglaba, no la nevera sino mi situación económica, haciendo de mi vida muchos chistes, y vendiéndolos.

Siempre me ha atraído esa vida-leyenda de un Woody Allen despedazando todos sus complejos, todos sus miedos,  y vendiéndolos en forma de chascarrillos-chistes-sucedidos.

En realidad, es lo que llevo haciendo en este blog desde hace ocho años y un mes, y no es una condena sino una realidad. Con la salvedad de que no cobro nada por ello, y ha habido tiempos, que ya han pasado, en que he vivido en mono, nada de estéreo ni de drogas, y en blanco y negro. Sobre todo en blanco, por la línea blanca de Eroski, de la que compraba casi todo.

Y es que estamos en unos tiempos en que parece vergonzoso o incluso egoísta quejarse, porque siempre hay gente que está peor que tú. Y entonces es mejor coger la estela de un Woody Allen que pone en solfa todo su mundo  y se ríe de sí mismo. En realidad, hoy sería una especie de “influencer de perdedores", y de los que buscan, no cinco patas, sino seis al gato.

Ya no nos dejan ni quejarnos. No se puede hacer una caricatura de Serena Williams, porque eso es seximo, racismo, y cualquier otro "-mo" que se te ocurra; cuando, seamos sinceros, la querida Serena, con tanto músculo, y ahora tutús, ya es una caricatura de sí misma. A los dibujantes de revistas satíricas como, por ejemplo, "El jueves", cada vez se lo ponen más difícil. Sin embargo hay que soportar con una sonrisa en los labios, porque es lo casi-último en modernidad, anuncios en los que ponen a los hombres como inútiles, aunque lo seamos.

Soy de la opinión de que la prueba del algodón de cualquier supuesto es darle la vuelta al ejemplo en cuestión y hacerlo con el sexo cambiado. Y esos anuncios, que van de feministas, y ridiculizan ahora al hombre, no pasarían la prueba, porque no se permitiría ridiculizar a la mujer, y, ojo, me parece bien no ridiculizar a nadie. Se están cometiendo ahora los mismos errores que antaño, pero al revés. Sin embargo, como llevan aroma de “macho” marchitado, se permiten.

Ya no sé, me imagino que no, si en las discotecas ahora se pide baile. Pero si una chica, que no te gusta, te pide baile, y le dices que no, ya tienes el “pifostio” montado. Porque eres un machista y la has despreciado como mujer… Ahora parece que no se pueden dar calabazas, porque desprecias al otro sexo, cuando en realidad a mí personalmente me encanta, el otro sexo...

Por eso es mejor tomarse la vida como sugerencias de futuros chistes, y regalarlos incluso desde lugares como este blog, aunque seguro que ya habrá también alguna asociación de “guionistas  que a lo mejor pueda acusar a este vecino del mundo de practicar, por ejemplo, “dumping”, o de echar por los suelos el valor de la gracia, o la desgracia. Y yo diré eso de que a mí la palabra “dumping” siempre me ha sugerido imágenes de cuero, cadena y látigo. O lo que es la vida, un intercambio más o menos afortunado de olores, fluidos, y lo que viene siendo sentimientos.

*CARICATURA: DE LA RED

domingo, 4 de marzo de 2018

¡ESPOTIFICAME!


Miedo me da, mucho miedo. Y es que un pequeño detalle te puede conducir por un camino cuya importancia ni te podías haber imaginado al dar el primer paso. Pero, recapitulemos.

Este vecino del mundo lleva enganchado a “Spotify” unas dos semanas. Antes de nada habrá que decir  para los que no saben nada de “Spotify” que es una aplicación, programa, multiplataforma empleada para reproducir música por streaming. Su modelo de negocio se conoce como Premium, con una suscripción de pago mensual, pero ofreciendo, también, un servicio gratuito básico y con publicidad que es la que utiliza por ahora este bloguero y vecino del mundo.

Ofrecen todas las semanas muchos recopilatorios de canciones unidas en grupos con ciertas características similares. Y ahora viene la madre del cordero. 

Hace unos días me han ofrecido una selección de canciones en el que en el icono simulando la funda de un disco viene mi cara, y un título: Tu descubrimiento semanal. Y aunque no me lo dicen, tiene toda la pinta de que mediante un “algoritmo” se ha seguido la pista de mis movimientos por el programa durante estos días, y se me han asignado unas canciones, que antes no he oído en esa plataforma, pero que ellos “saben” que me van a gustar.

Canciones como: “La vie en rose”, en una versión, magnifica por cierto, de Sole Gimenez; “No puedo quitar mis ojos de ti”, con Alba Molina; “Va todo al ganador”, con Nina, del musical “Mamma mia”, “No dejes de soñar”, con Manuel Carrasco… Y lo mejor de todo, o lo peor, vaya usted a saber, es que han acertado plenamente.

Al final, encontrar la felicidad, o el destino, o Dios, es sólo cuestión de un algoritmo adecuado. Quizás porque estamos en una sociedad donde lo importante ya no es el fondo sino la forma.

Cualquier día de éstos, el Papa Francisco, o el que venga después, se reunirá con los que ponen en marcha sus ideas, y mediante unos algoritmos adecuados maquillarán su credo según seas surfero, músico, artista, pobre (aunque en gran parte la religión ya nació para ellos) o… equilibrista. Observareis que de los ricos no digo nada, porque ellos ya hace tiempo que cambiaron lo que aparecía, por ejemplo, en el Evangelio según San Mateo, y de lo que decía Jesucristo a sus discípulos “Os aseguro que difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos. Lo repito: Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja que a un rico entrar en el reino de Dios”, seguro que ahora se puede arreglar todo con una buena ... donación.

Al final, tendré que estudiar al respecto, pero tanto tiempo esperando a las musas y seguro que también “sólo” es una cuestión de algoritmos.

*ILUSTRACIÓN: DE LA RED


martes, 13 de febrero de 2018

MIRANDO HACIA ATRÁS SIN IRA



Quizás sea porque uno que ya está vacunado por la experiencia de la vida, y solo tiene miedo así mismo porque lo demás, salvo excepciones, ya se ve venir, tras levantarme y aterrizar leyendo las principales noticias de ese día, o en realidad del día anterior, y dando una vuelta por Twitter, para no decir en plural eso de “redes sociales”, me doy cuenta al verlo como “Hashtag”, tendencia o etiqueta del día, de que es “Martes y trece.

Por un momento, y no va con coña, he creído que era 31 de Diciembre de hace muchos años, y que está noche íbamos a tener el show de la pareja de cómicos que nos visitaban todos los años en esa misma fecha. Pero, claro, inmediatamente me he dado cuenta de que entonces no había internet, ni mucho menos Twitter.

De todas maneras, me pregunto si hace falta avisar para estar alerta hoy por ejemplo, cuando cada día nos levantamos como si fuera, no el comienzo que suele ser más tranquilito, sino el final de una película de acción en su punto más movidito.

En nuestros días, y convendréis conmigo, no hay jornada que en algún aspecto alguien nos robe la cartera. Ya comenzando, quizás, con esa llamada al telefonillo del portal, que cuando te pones, resulta que es el cartero para dejar algo a … tu vecino. Hay 114 familias en un portal con tres escaleras, y no hay día que no te toque a ti, que tienes tu casa en un cuarto, y que prácticamente, salvo tu familia, esperemos que sea para bien, y Montoro, nadie sabe que vives, o en el peor de los casos, que sobrevives allí.

Y alguien, mucha gente si es “tendencia”, parece preocuparse de lo que pueda pasar un Martes 13. 

Existen muchísimas posibilidades de que tal como estamos en un país donde la actualidad diaria es más sorprendente que una película mezcla de Buñuel, Berlanga y Almodóvar, y donde el que gobierna solo espera que pasen los días sin el menor de los problemas, es perfectamente posible que ese día sea mejor que los anteriores. Quizás, porque llamen a tu puerta y alguien te abrace, creyendo tal vez que está un piso más arriba o más abajo, pero te abraza, y además no te quiere ni robar la cartera ni pegarte una enfermedad venérea. ¡Has tenido suerte, y disfrútalo!

Tras estos momentos de posible euforia, me ha dado por verme, en un improbable flash-back, en los comienzos de los sesenta, todavía muy niño, y en la orilla de la playa. Sobre la arena está escrito en letras grandes y húmedas, "13 de Febrero". Al mirar al mar, alguien ha escrito de alguna manera en letras tan blancas como la espuma de las olas, “14 de Febrero, San Valentín”. Y sabiendo todo lo que mi “amatxo” me ha dicho siempre de que no me meta en el agua sin haber hecho la digestión, ante tanto contraste, tengo el presentimiento de que me pueda pasar algo al cambiar de días con significados tan diferentes. Y … corro hacia la seguridad de mi toalla.

Hay algunos días que ante tanto sinsentido, uno huye hacia unos recuerdos metamorfoseados de una niñez en la que sí fue feliz.

*FOTO: DE LA RED


lunes, 6 de febrero de 2017

CUANDO TE INVADE LA MELANCOLÍA...



Cuando te invade la melancolía, ese lienzo en blanco, como la muerte, que te aprisiona sin apenas dejarte respirar, con ese frío que te cala hasta el tuétano de tus recuerdos, cuando un simple olor es capaz de trasladarte al comienzo de tu primer viaje sentimental, quizás signifique que estás preparado para todo, y para nada. Para ese todo del comienzo de una vida. Para la nada, que sabes que es lo que vas a poder llevarte a ese viaje, de este viaje.

Porque del comienzo de un viaje, ya estás en el intercambio de trenes, no sabiendo si continúas en la misma dirección, o el destino te va a cambiar de destino, con buen o con mal tino.

Cuando te invade la melancolía, no tienes por qué sentir miedo, porque si de algo puedes estar seguro, es de estar todavía vivo, con fotos que estaban en tus recuerdos, y ahora has comprobado que están, estaban, amarillas. 

Con aquella rosa que un día quedó aprisionada entre palabras de amor de un Bécquer que llegó a tu vida al mismo tiempo que aquellos granos tan impropios para tí, y esclarecedores para todos. Cuando aquella joven, era la joven que guiaba tus sueños primero, y luego tu decepción… y la culpa de todas las culpas.


Se ha apropiado de ti la melancolía, y con ella la sensación de que un día, en ese intercambio de vías que forman el tren de tu vida, perdiste tu Norte, y tu Sur. Desorientaste tus sentimientos dirigidos, ahora, a gente equivocada, aunque para ellos, a la postre, el equivocado siempre has sido tú.

Cuando te invade la melancolía, quizás es el momento de descubrir el ancla que te impide proseguir, aunque muchas veces, la mayoría, no sea de hierro, sino de miedo, ese material intangible, pero siempre tan pesado...

*FOTO: DE LA RED

miércoles, 18 de enero de 2017

ADVIRTIENDO, EN SUS DIFERENTES FORMAS...

Tengo un amigo tan pesimista,  y con el convencimiento de que siempre van a por él, en una especie de conspiración permanente, que se ha diseñado, y mandado hacer, un felpudo de bienvenida a su casa que dice: “Sabemos a qué vienes”. Está convencido de que con la verdad se va a cualquier parte, y él por si acaso ya va advirtiendo…

Siguiendo la idea de mi amigo, estoy diseñando otra alfombrilla, ésta para mí,  con el siguiente mensaje: “Cuidado, pingüinos jugando”.

Nos han metido tanto miedo, durante días y días, con lo del frío polar que uno ya se cree posible candidato a remedar, pero esta vez en la realidad, a uno de los personajes de la película “El día de mañana”.
¡Ojo! Este vecino del mundo no duda de las predicciones, y de que es mejor advertir a los despistados, pero es que frío, frío, en algún momento tiene que venir, aunque esta vez, como el caldo de gallina, venga concentrado..

Más frío me ha dejado la posición de la primera ministra británica, Theresa May, que ha dicho, obviamente de otra manera, que como el balón es suyo , que se van de Europa aplicando el “Brexit duro”, e ignorando al cuarenta y tantos por ciento, que perdió la votación del año pasado, por aquello de que un mal día, David Cameron, lo tiene cualquiera.

Es lo que suele pasar cuando los socios son incómodos y se les permite desde el principio, además, unas prebendas que los demás no tienen, y que cada vez que se cabrean porque las cosas no van como ellos quieren, amenazan, como los niños malcriados, a dejar de respirar.

Me pregunto cómo harán, en adelante, los británicos que quieran disfrutar de nuestras costas, e incluso seguir viviendo en ellas, cuando, en dos años, más o menos, se supone que tenga efecto el abandono de la Unión Europea. Ya les veo, y no me extrañaría, paseando por nuestros malecones, o paseos marítimos, con dos o tres de su grupo llevando una especie de biombos que les separen de los demás.
Aunque quienes verdaderamente conocen su manera de proceder, cuando se trasladan a vivir a España, saben que crean verdaderas burbujas del Reino Unido, con pubs (que no falten) incluidos, en las urbanizaciones de nuestro país. 

Este vecino del mundo no lo comenta desde el bien o el mal, sino desde el “es lo que hay”, como dicen los modernos.


Se suele decir que la naturaleza es sabia. Por eso la mayoría de los británicos son muy altos. ¿Que por qué? Muy sencillo, para que puedan mirarnos desde su superioridad…

*FOTO: DE LA RED
 TEXTO: F.E. PÉREZ RUIZ-POVEDA

lunes, 6 de junio de 2016

...Y NUESTROS POLÍTICOS, MENOS



Tal como está el panorama, esta campaña electoral debería ser presentada al próximo Festival de Cine de Sitges, porque fantasía hay y mucha, y este año además, con bastantes dosis de miedo. No sé si se está buscando un nuevo gobierno, o mezclar ácido nítrico concentrado, ácido sulfúrico y glicerina, montando un belén la mar de explosivo. 


Y es que cualquier día en uno de esos mítines, los del Partido Popular, aunque los ciudadanos de Ciudadanos no le van a la zaga,  para hablar de los de Podemos van a ir vestidos como en aquellos días de lucha contra el ébola, o en una especie de recreación de la muerte de E.T. hecha naturalmente con menos dinero y gracia.


Me imagino que el común de los mortales en España, y este vecino del mundo también lo es, está hasta el gorro de que todos, todos los partidos, nos recuerden que los suyos dejan España más blanca, y con menos esfuerzo.


Antes, si nos cansaban los políticos de turno, con alejarnos de los programas informativos, ya estaba hecho. Pero ahora, con ese cambio de estrategia promovido especialmente por los nuevos partidos, todos invaden todo tipo de programas. Y si hay que bailar, o cantar, se hace, porque lo de mentir, como en los coches, ya viene de serie.


Cualquier día, al ir a un restaurante, de esos que antes ibas bastante a menudo, y ahora lo haces una vez en la vida, y si lo haces, con notario, para que levante acta, y fotógrafo, para que haya prueba gráfica y lo puedas contar a tus nietos, le vas a decir al camarero al pedir la sopa: -Y por favor, cerciórese que no hay ningún político dentro.


No le extrañaría nada a este vecino del mundo, que en la próxima entrega de “Mar de plástico”, aparezca algún candidato real, prometiendo mejores salarios y de paso desentrañar el misterio, porque cualquier misterio será más fácil de resolver, que conseguir que en España todo vaya bien, menos el choriceo.



Ya para terminar, este vecino del mundo avisa, se empieza dando cabida a los políticos en todo tipo de programas, y teniendo en cuenta las "películas" que nos cuentan,  pronto nos encontraremos que en una nueva revisión de “Psicosis”, la madre de Norman Bates, aún estando en penumbra, descubrimos que tiene barba y coleta. O los que se disfrazan de señoritas en la banda de “Con faldas y a lo loco” se parecen mucho, por ejemplo,  a Mariano Rajoy y Albert Rivera. Porque ni que decir tiene, que hace mucho tiempo que descubrimos que “Nadie es perfecto”, y nuestros políticos, menos.


*FOTO: DE LA RED

viernes, 30 de octubre de 2015

VÍSPERAS DE MUCHO... (GALA 8, GRAN HERMANO 16)



Hoy tenemos que apelar a ese viejo refrán: Vísperas de mucho, días de nada.

La gala de anoche, la octava, se presentaba con muchas expectativas, Noche de Halloween y con precedentes para pasárselo muy, pero que muy bien, y sin embargo, fue decepcionante. Me gustaría ser el único que ha sufrido esa sensación, pero me temo que  a más de uno le habrá pasado. Me aburrí como acostumbran aburrirse las ostras, me aburrí como la madre de todas las ostras y  con la madre de todos los aburrimientos. Fue un auténtico despropósito.

Daba miedo lo no preparado para asustar: el “look”, verdaderamente desafortunado de la presentadora (se creaba una duda :¿La apariencia de la Milá era una especie de alegoría a Halloween, o lo había diseñado su peor enemigo?). Y, sobre todo, daba miedo lo que se encontraban los concursantes tras vagar por ese pasillo de los horrores (que horrorizó más a algunas concursantes, que lo que divirtió a la mayoría de los espectadores), una desaforada Maite (que ya no se sabe si interpreta, verdaderamente está iluminada, o ambas opciones) que parecía un personaje escapado del hotel del "Resplandor",  y para más inri , cuando se encuentra con Amanda le suelta un impagable "Tranquila Amanda, soy la elegida de Dios”.

Quizás, al final, la clave está en los vómitos y fluidos desagradables que no hubo en el pasaje del terror. ¿No quisieron afear a unos concursantes cuyo mérito, la mayoría, está en su presunta percha, el famoso culto al cuerpo?

En esta especie de descrédito del que se ha teñido este/estos últimos grandes hermanos, está la conciencia para muchos de que el devenir del reality se escapa de las manos del consumidor. Tanto la no salida, o la salida honoris causa de Suso, y sobre todo la de Belén Esteban en su Gran Hermano VIP, han marcado, por mucho que lo quieran negar en la Cadena Alegre (en oposición de la tristeza de la que acusan ellos mismos a otras cadenas de su entorno) una tendencia a la baja que ya es muy difícil de remontar.

En la opinión de este vecino del mundo, solo se podría hacer la remontada, con un discurrir “limpio” del programa con las mimbres que se tienen, y nada de moviolas que cambien pasados de veredictos democráticamente planteados, en forma de repescas.

Más hablar y menos discutir, menos músculos y más corazón, y sobretodo no desvelar desde dentro del programa o desde los estudios, estrategias que sigan los concursantes para intentar ganar. Por ejemplo, ayer a Carolina, la expulsada de la semana, la presentadora, Mercedes Milá, le dio carta blanca para que dijera todo lo que quisiera a los concursantes al despedirse, y eso antes no pasaba, ni a lo mejor pasa la semana que viene. Porque lo que ayer se hacía, hoy no se hace, y quizás mañana se haga otra vez. Y así solo vamos a  esta pendiente que nos lleva hacía abajo en la atención del programa.

Se debería de volver a los primeras ediciones en las que no se desvelaba ningún proceder de los concursantes hasta que todos iban saliendo, e iban descubriendo las perspectivas lejanas que da el estar fuera de la casa.

Lo importante no es un estriptis que nunca se va a ver durante un “edredoning”, sino una charla a corazón abierto. Conocer a las personas que se esconden detrás de la fachada de un concursante que se cree frío y calculador.

Se acusa a muchos concursantes de ser verdaderos muebles, y tras eso se van a ir de rositas caracteres que hubieran merecido la pena descubrir, como una Niedziela que solo contando su vida circense tiene mucho que decir. O, Marina, y su necesidad de tener una réplica de bebé. Un Vera, seguro que tiene mucho para contar y seguro que así entenderíamos mejor sus reacciones. Sin olvidarnos, por supuesto, ni de Han y sus excesos en todo, como contrapunto a un Aritz enigmático, atrayente y casi siempre controlado, pero siempre sonando a sinceridad extrema.

Siempre se ha dicho eso de que por la boca muere el pez, y si algo no se deja en el programa es hablar tranquilamente, porque dialogar no es discutir, ni provocar discusiones. Y el programa continuamente busca eso. Busca el “ya”, el momento, antes que los prolegómenos, el hablar, el contradecirse, el pillar mentiras tras varios días de diálogos.

Curiosidades del programa de ayer:
Sofía está tan centrada en su conquista de Suso, que al darse cuenta de que Raquel podía volver al concurso se llenó de tan mala leche que los que debieron de pasar miedo en el pasaje del terror sin duda fueron sus moradores, porque ella permaneció totalmente impermeable.

Niedziela, que se supone que al trabajar en un circo, debería de ser valiente e intrépida, ayer para más inri, montó otro circo, éste dentro de Guadalix, durante su azaroso discurrir por su pasaje del terror, que si no llega a ser por Vera, todavía la tenemos hoy sin poder salir del recorrido, y chillando hasta la extenuación.

Marta y Raquel, al volverse a reencontrar, para besarse ni se han tocado. Una auténtica metáfora de lo políticamente correcto: un beso, a secas.

El comportamiento y maneras de Raquel y Amanda, al reencontrarse,  es mucho menor que el nivel que se pide para entrar en cualquier guardería.

Carolina fue la expulsada, y fue un momento triste, porque es una persona que merece la pena, pero que en el programa “no vendía”. La que vale más para el esquema del espectáculo que siempre mueve y promueve Telecinco, es la madre de Carolina, un verdadero personaje a poco que le hagan hablar en los programas de la cadena. Y sino, al tiempo.

Cada día estoy más convencido de que Han es una rémora para Aritz, y no un salvavidas,  y es más, casi me atrevería a decir, que puede ser un lobo con piel de cordero para Aritz. Eso, o es un inconsciente y no le importa  hacer por momentos, mucho daño al vasco.

Que conste, que a Sofía le han hecho un favor al no entrar su madre otra vez, porque le perjudica en su imagen y comportamiento.

Llegó la hora en que Suso se debe de definir entre Sofía y Raquel. Veremos si lo hace, aunque por mí, se podrían ir los tres.

Marina, Suso, Amanda, Ricky y Vera, son los nuevos nominados en “Gran Hermano 16”.

¿El deseo de este vecino del mundo? Que se vaya Suso, y con su ida otros concursantes como Amanda, Sofía, y la mismísima Raquel, se tendrían que poner las pilas y navegar en el programa con otros horizontes.


La más que posible realidad es que nos encontremos esta semana con que la mayoría de los colaboradores de la cadena, como siempre, coincidan en su gran mayoría, y esta vez hagan campaña para que se vaya Marina.

*FOTO: DE LA RED

domingo, 29 de marzo de 2015

AQUELLA SEMANA SANTA EN BLANCO, Y SOBRE TODO, NEGRO



A todo se hace uno, por eso cuando se echa la vista atrás, quizás al estar ya acostumbrado a lo que vivió y a lo que vive, y como los cambios se han ido haciendo paulatinamente, algunas veces no se es consciente. Pero los días que vamos a comenzar, la Semana Santa, son un claro ejemplo de ello.

No tiene que ver nada una Semana Santa de ahora, para el españolito medio, y ahí también incluyo al católico medio, con la Semana Santa de, por ejemplo, los años sesenta. Empezando por el hecho de que los únicos que tenían fiesta eran los estudiantes. Mis padres, por ejemplo, sólo tenían fiesta desde el llamado Jueves Santo al Domingo de Resurrección.

Si hay una palabra que este vecino del mundo, entonces un niño, relaciona con esos días es “silencio”. Se decía silencio de recogimiento, pero en realidad era un silencio que presagiaba miedo. Miedo a la misma historia que traían implícitos esos días. Una historia trágica, que por sabida, no dejaba de serlo. Una muerte, que aunque éramos niños, no escapaba la idea de que era “por nuestra culpa”. Un mucho de trágico y de inexplicable. Unos hechos que acababan, eso decían, en la gloria. Pero una gloria rara. Veías claramente la tragedia, pero la gloria y los días buenos había que creerlos por fe.

Las Semanas Santas de entonces sabían a limbo, si alguna vez hemos comprendido lo que era “eso”. Ausencia de cine, de espectáculos de todo tipo, incluidas prácticamente otro tipo de noticias tanto en periódicos, radio y en la única televisión existente.

El único cine que se permitía era de historia bíblica, de vida de santos, y hechos cristianizantes. Y música, mucha música, pero clásica, y sacra a ser posible. Y en la radio, las mismas voces que se lucían en las célebres novelas, ahora escenificaban la vida, y muerte, de Jesús de Nazaret.

Todos los años en la televisión se repetían películas como “Molocai”, “Santa Rosa de Lima”, “Marcelino, pan y vino” y, especialmente, “La Señora de Fátima”, y muchas películas, que ahora te das cuenta que aunque eran sobre la vida de Jesús, eran una especie de cine B, cuya característica en común era que no las habías visto, prácticamente, en los cines, y que en ningún momento de la historia se le veía la cara a Jesús. Te pasabas toda la película intentando verle el rostro, pero no había manera. Una especie de asociación entre rostro, cielo  y gloria.

El común del españolito medio no se iba de vacaciones; como mucho, si podía, dos o tres días a su pueblo. Y hay una sensación que vista ahora, me recuerda en cierta manera a las Navidades.

Una característica de las Navidades, ese sabor a querer cambiar, a tener nuevos hábitos y costumbres, también se sentía entonces. Debido a ese “limbo” comentado anteriormente, era una sensación a que estabas en una habitación esperando  a ser juzgado, y que si salías, siempre ocurría, libre de cargos, te ibas a portar incluso mejor.

También ayudaba a ese sentimiento extraño, las procesiones y esa, cuando menos compleja costumbre, pero captada, sin duda, por los niños, de que los hombres desfilaban por un lado, en fila de uno en uno, y las mujeres, al final, todas a la vez. Otro signo más, de una diferenciación entre sexos, que no se explicaba, sino que calaba en un todavía aprendiz ADN.

A este vecino hay algo que siempre le recordará a Semana Santa, aunque lo coma en cualquier otra época del año, y son esos barquillos dobles con miel dentro. Uno de esos pequeños vicios a los que todavía uno no ha renunciado. Una auténtica metáfora en sí mismos. Esa sensación de alcanzar la gloria, cuya antesala siempre ha sido  la Semana Santa, y que cuando vas a llegar a ella, a la gloria, se resquebraja y desaparece. Promesas que siempre quedarán en eso, en promesas.

Aquellas personas que no hayan vivido esa época, un franquismo tardío, donde la Iglesia tenía a un más poder, y juzgaba con mano firme, especialmente al pobre y nada poderoso, seguro que no me comprenderá. Los demás, no hará falta que lo recuerden, porque eso es un traje que siempre se lleva puesto, y no hay manera de quitárselo, una especie de “traje-cebolla”, del que te vas quitando capas, pero siempre queda algo. Ese aroma de culpa, de que has hecho algo malo, y si no, lo has pensado. Porque a Dios no se le puede engañar. Recuerda, está en todas partes. Una especie de Hacienda, con el mismo oscurantismo, pero con rosario acuestas, y penas para toda le eternidad.

*FOTO: DE LA RED


jueves, 3 de abril de 2014

LA NOCHE COMO VERDAD

Hace muchos años aprendí que la noche es la verdad.  Es el momento en el que los gigantes de la memoria se despiertan, el reino de lo sabido y ocultado. El rastro que queda de los dioses del  miedo.
La noche es la bruja de los cuentos, el hermano malo del bueno, la cara oculta del Edén, la verdad de la mentira. La noche es el sonido del silencio, la sombra del día, el recuerdo de lo que se quiere olvidar. La noche es el vestido del ladrón, el cobijo del amante, el castigo del engañado. La noche es frío para el soltero, la soledad del viudo, la verdad del amargado.
En el mundo de los conquistadores la noche es terreno inconquistable, las arenas movedizas de la memoria, el planeta cuestionable de lo que no se cuestiona. La noche es un susurro constante de lo que quieres olvidar, la cicatriz de la herida, el telón del teatro de la vida.
Los años pasan, y el miedo a la noche contínúa. No existe una escuela para aprender  a dominar la noche, a domarla, a leerla, porque la noche es el lado salvaje del reprimido, la rotura del acero bien templado, el final del terreno conocido, el lugar donde no sirven los mapas.
Aunque te quiera olvidar la noche es tu aliada, porque susurra tu nombre en deseos interminables, porque me recuerda a aquella vida contigo. Ahora, sin embargo, son noches capadas, sin la luz de tus besos, de tus susurros, sin el salvoconducto a la felicidad.
Si la noche es la verdad, el resto es mentira, mentira para olvidar tu ausencia, para emborrachar mis sentimientos, pero nunca te podré ver, no doble, sino una simple vez más, para decirte los “todavía” que tengo almacenados, porque todavía te tengo presente, como a la noche en que decidiste dejarme, y las sombras que todavía me cubren. 

*FOTO: DE LA RED

lunes, 12 de agosto de 2013

LA PESTE DEL VERANO

Llevo varios días que no vivo en mí. Tengo miedo de abrir las puertas de casa, e incluso de salir a la calle por miedo a encontrarme o con Alaska y el grano que le ha salido, su marido Mario Vaquerizo, o a los inefables “Auryn”. Programa que pongas en televisión, especialmente en la “cadena alegre” , programa en el que aparece Mario o los jóvenes cantantes disfrazados de estrellas mediáticas.
Ayer, concretamente, me quedé encerrado en el ascensor, en Torrevieja, y el pánico que pasé no era por estar dentro de la cabina, sino por el miedo de tocar al timbre del rescate y que me vengan a salvar el Señor Vaquerizo, o los Auryn, nacidos de una agobiante campaña de marketing.
Este vecino del mundo no tiene nada contra Olvido Gara, más conocida como Alaska, sino muy al contrario, ya que ella es de las luchadoras de toda la vida, y que ha sufrido muchas vacas flacas incluso en buenas épocas, ya que por aquello de los gustos del mercado, durante mucho tiempo se olvidaron de ella. Sin embargo, la opinión de este vecino, que nunca tendrá y lo sabe, el don de la verdad verdadera, es peor, porque considera que nos está vendiendo la moto de un friqui indocumentado y cándido. 
Esa fachada, sin embargo, es incompatible con otros cargos que ha tenido y tiene como representante o agente de prensa de Dover, Merche, Elsa Pataki y Leonor Watling. Nadie en su “sano juicio” pondría su carrera en manos de una persona aparentemente atolondrada. Sin embargo, es tan inteligente que ha convencido a todos los fans de su grupo, Nancys Rubias, de que es “normal” actuar haciendo playback en todas sus actuaciones, eso sin olvidar el hecho de que ha tenido el arte de convertir su vida, y la de su mujer, en un reality televisado.
Este vecino del mundo siempre ha pensado que hay que ir con la verdad por delante por eso no le gusta nada lo que representa Mario Vaquerizo, ni el montaje que se ha realizado en torno a ese grupo de cinco jóvenes cantantes llamado “Auryn”, que por otra parte cantan bastante bien, donde solo se intenta mostrar el candor de un grupo soñador, mientras que como en un show de magia se intenta ocultar el truco, y éste es la toda poderasa productora Warner, que hacen que aparezcan en televisión a todas horas, y que esa aparente candidez ya mencionada, en realidad esté milimetrada, y que, lo triste del asunto, es que no seamos nosotros quienes elijamos escuchar su música, sino que unos señores, en este caso con acento americano, han decidido qué música tenemos que escuchar y cuándo.
En realidad, en la mayoría de los casos a este vecino del mundo le gusta pensar que es él quien toma la iniciativa de sus gustos, aunque la mayoría de las veces, desgraciadamente, no sea así, principalmente por la publicidad, pero es que ahora, ya es una peste, esperemos que solo veraniega.
Hoy, me voy a ver un museo, y estoy tranquilo, porque seguro que no estarán allí, bueno, eso creo.

*FOTO: DE LA RED


viernes, 28 de junio de 2013

UNA VEZ EN LA VIDA

Todos aquellos que siguen el blog de este vecino, recordarán que este 6 de Enero, y entre los regalos de los Reyes Magos recibí un regalo original, motivado por uno de mis deseos confesado más de una vez, y es el de un viaje en globo de una hora de duración.
Con el mal tiempo que caracteriza este año, todavía no había podido realizar mi sueño, pero hoy me han confirmado que realizaremos el viaje a primera hora de la mañana, por la zona de Orduña, en Vizcaya. La verdad es que La Nuri, mi sufrida, siempre me sorprende con sus regalos, pero este año se superó, y más teniendo en cuenta que los prolegómenos han durado, entre una cosa y otra, seis meses. Osea, que teniendo en cuenta la duración real del efecto del regalo, le ha tenido que salir “tirado” de precio.
Nos han informado que mañana se prevé un tiempo extraordinario para practicar el viaje en globo aerostático.
Cuando comenté en esta ventana mi deseo de montar en globo, hubo más de uno que me definió como valiente.
A lo mejor puede ser más inconsciencia, aunque en realidad es más buscar la poesía, los momentos bellos y diferentes que normalmente vas a sentir solamente una vez en la vida.
Para este vecino la idea de montar en globo se une a aquellas películas de la niñez de “La vuelta al mundo en 80 días”, y “Cinco semanas en globo”, ambas basadas en relatos de Julio Verne, en las que en realidad el viaje en globo era lo más suave que les podía pasar.
Aunque estoy preparando la cámara de fotos, y de video, lo que no voy a hacer de ninguna de las maneras, es sacrificar ese momento especial por grabar imágenes o sacar fotografías. Si me da tiempo después de cerrar la boca harto de admirar y de que se me tranquilice la tensión, intentaré tomar alguna imagen, pero no para que se me crea que lo he hecho, sino para el recuerdo.
Este acto no es cuestión ni de dar envidia, ni de sorprender, ni de nada de nada. Hay un momento en que sin saber muy bien por qué tu cuerpo te pide probar esa sensación y se lo cuentas a tu ser más querido...y mañana me dan esa oportunidad.
Ya os lo contaré...si puedo.